PODER POPULAR COMUNITARIO.
19 de julio de 2023
NEW YORK-BRONX.
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EL MELINKA RECORDARA HISTORIA DEL MIR.COMUNICARSE AL 1 (718)2926137.
Capítulo IV. Intelectuales chilenos en el MIR: fundadores y jóvenes académicos
Full text
1En la historización de las organizaciones revolucionarias latinoamericanas, y especialmente las chilenas, no ha estado presente el análisis de las relaciones entre intelectuales y las orgánicas políticas. Si bien hay estudios en América Latina que resaltan la militancia política de algunos pensadores, no se profundiza en sus aportes a dichas experiencias partidistas.
2En Chile, si los estudios sobre intelectuales y política son pocos, las indagaciones sobre estos y las organizaciones revolucionarias son aún más escasas, sobre todo porque el relato social construido sobre esta experiencia es que carecieron de racionalidad política y representaron solo excesos, radicalizaciones infantiles y violencia. Se tiende a reducir las organizaciones político-militares a su definición estratégica, invisibilizando las reflexiones políticas y las definiciones teóricas que hay detrás.
- 430 Hugo Vezzetti, Sobre la violencia revolucionaria. Memorias y olvidos, Buenos Aires, Siglo XXI, 2009 (...)
- 431 Pablo Poza. Intelectuales y lucha armada en Argentina en los años sesenta. Revista electrónica de e (...)
3Para el caso argentino, los autores que han analizado la experiencia de Montoneros y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) tienden a coincidir en que fueron organizaciones antiintelectualistas y que hacia fines de los años sesenta abandonaron la política para orientarse a la lucha armada430. Pese a eso existen ciertos estudios que indagan en las trayectorias militantes de algunos intelectuales431 y en los frentes sociales en los que participaron como, por ejemplo, el Frente Antiimperialista de Trabajadores de la Cultura (FATRAC).
- 432 Pedro Naranjo, Mauricio Ahumada, Mario Garcés y Julio Pinto (eds.), Miguel Enríquez, el proyecto re (...)
- 433 Martín Hernández Vásquez, El pensamiento revolucionario de Bautista Van Schouwen. 1943-1973, Concep (...)
- 434 Eugénia Palieraki, ¡La revolución ya viene! El MIR chileno en los años sesenta, Santiago, LOM, 2014
- 435 Recientemente, luego de haber terminado la investigación que dio origen al presente libro, Aldo Mar (...)
4 Para el caso chileno, hay algunos estudios sobre el pensamiento político de Miguel Enríquez432 y de Bautista Van Schouwen433 y también un extenso trabajo sobre la trayectoria del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Eugénia Palieraki, en el que la autora trabaja aspectos del pensamiento y el vínculo militante con algunos intelectuales, sobre todo en el periodo fundacional434. No obstante, la participación de los intelectuales en los partidos políticos chilenos no ha sido muy estudiada y menos aún la relación de estos actores con las organizaciones revolucionarias435.
5La propuesta aquí es analizar la relación militante que tuvieron los intelectuales latinoamericanos y latinoamericanistas con el MIR chileno, entendiendo al partido como un espacio de elaboración, recepción y difusión de pensamiento. En ese sentido nos interesa la contribución intelectual que hicieron esos sujetos a la teoría revolucionaria.
- 436 Los años sesenta fueron el momento de mayor relevancia y prestigio del pensamiento latinoamericano (...)
6La función intelectual que mejor dialogó con las necesidades de las organizaciones revolucionarias fue la del cientista social. Esto porque sus reflexiones se situaban en total coherencia con el desafío más urgente: elaborar un proyecto social para la revolución. La discusión estética abordada por otros intelectuales era importante, pero menos urgente e instrumental. El vínculo del MIR con los cientistas económico-sociales chilenos y de otras nacionalidades que en ese momento se encontraban en Chile fue importante e intenso, fundamentalmente por las tesis desarrolladas en los capítulos anteriores436.
7 El MIR chileno surge en medio del proceso de radicalización de la política y la intelectualidad; es parte de dicho proceso. Sin embargo, los estudios que se han hecho sobre este partido hasta el momento no han indagado en las trayectorias de los intelectuales militantes y tampoco en los aportes que hicieron a la organización. Teniendo esto en cuenta, planteamos que el vínculo entre intelectuales y política no se basó solo en el prestigio mutuo –que era la que sustentaba la relación entre literatos y poetas con los partidos comunistas– sino en el aporte recíproco para el desarrollo de un proyecto estratégico. El partido proporcionaba el lugar desde donde idear la nueva sociedad y los intelectuales aportaban con sus conocimientos específicos para bajar la estrategia a la acción.
8El presente capítulo pretende analizar la relación del MIR con los intelectuales chilenos desde su fundación hasta 1973. En paralelo a la identificación de las etapas de desarrollo de la organización iremos destacando a los intelectuales que adscribieron a su militancia y los aportes que realizaron al partido. A este análisis se sumará una tipificación de los sujetos, ordenándolos en cuatro grupos: los intelectuales fundadores (aquellas personalidades relevantes que aportaron teóricamente al proceso fundacional); los intelectuales militantes (aquellos que cumplían la función social de intelectuales, pero no necesariamente aportaban desde ese lugar a la militancia); los militantes intelectuales (aquellos que siendo un aporte teórico relevante para la organización y el proyecto revolucionario no cumplían la función social de intelectual fuera del partido); y los intelectuales revolucionarios (aquellos que cumplían la función social de intelectuales y que a la vez que elaboraban teoría para la revolución revolucionaron su propio campo profesional).
Cientistas sociales en los orígenes del MIR (1965-1967): las trayectorias de los intelectuales
9A la fundación del MIR concurrieron un grupo de trabajadores, estudiantes, pobladores e intelectuales en 1965. Según los relatos sobre este suceso, existió una confluencia de múltiples ideas y experiencias que no veían en la vía institucional una posibilidad para responder a las reivindicaciones de la clase obrera. El reciente triunfo de la Democracia Cristiana en las elecciones presidenciales, lejos de ser visto como un avance para los sectores populares y los trabajadores, era percibido como un retraso, e incluso como un retroceso, debido a la propuesta social democratacristiana.
- 437 El periodo fundacional del MIR ha generado algunos estudios específicos, pero no son muy numerosos. (...)
10El obrerismo y la radicalidad en el análisis y la propuesta de acción estuvieron representados en tres de los sujetos que calificaremos aquí como intelectuales. Ellos son Clotario Blest, Óscar Waiss y Luis Vitale437. Estas figuras darán origen a una organización que más tarde convocará a pensadores sociales latinoamericanos y latinoamericanistas de mucha influencia y renombre en el ámbito de las ciencias sociales. Estas tres personalidades son consideradas como intelectuales fundadores no solo por la función social que desempeñaron (Clotario Blest es un dirigente obrero, no un pensador, académico o cientista social), sino por los aportes teóricos que hicieron a la organización.
- 438 Carlos Sandoval Ambiado, M.I.R. (una historia), Santiago, Sociedad Editorial Trabajadores, 1990, pá (...)
11Blest, Waiss y Vitale serán calificados más tarde como trotskistas debido a las propuestas principales que guiaban su acción: el obrerismo, el insurreccionalismo y la importancia que le daban a la discusión ideológica. Sin embargo, es necesario advertir que en la época la mayoría de las corrientes disidentes de la línea oficial del Partido Comunista eran definidas, de manera genérica, como trotskistas. También es necesario advertir que, pese a la crítica que se levantó en el MIR luego del congreso de 1969 sobre los “trotskistas”, por su excesivo ideologismo y poca disposición a la acción armada, cuando los protagonistas de esta experiencia realizan el recuento del periodo fundacional reconocen que “sin la batería ideológica que dispuso el trotskismo, sin la presencia social – aunque escasa– y la experiencia política de comunistas disidentes, difícilmente habría podido nacer la izquierda revolucionaria”438.
12La confluencia en la fundación del MIR de personalidades y grupos diversos es parte del proceso de radicalización de las organizaciones políticas de base, en el que dirigentes obreros, como Clotario Blest, pretenden superar la militancia social y participar en la construcción del instrumento orgánico para la revolución. Asimismo, el proceso de radicalización también afectó a las organizaciones de la izquierda tradicional, generando quiebres, expulsiones y deserciones; entre los que provenían de estas rupturas estaba Óscar Waiss. Finalmente, la radicalización también toca a un conjunto de organizaciones pequeñas que asumen la unidad con otras agrupaciones como una tarea del periodo para el logro de los objetivos revolucionarios, a ese grupo pertenecían Luis Vitale y Humberto Valenzuela.
13Vitale, Waiss, Blest y Valenzuela quedaron, entre otros, en la conducción de la nueva organización. Lo que nos importa, más que evaluar la importancia o la trascendencia de estos intelectuales a nivel general, es destacar sus trayectorias para entender por qué estos sujetos de letras, de elite intelectual y muy sobre la media de edad de los que se sienten llamados por la revolución, participan en la fundación del MIR. Por estas razones, abordaremos en este primer apartado sus itinerarios individuales hasta su confluencia en el MIR. Los antecedentes intelectuales y políticos de estos pensadores sociales nos permiten también reconocer espacios de creación intelectual, redes políticas e intelectuales y la evolución del pensamiento político de la época.
Clotario Blest, el militante intelectual
14Blest reúne en su trayectoria militante la formación socialcristiana y obrerista. Por sus primeros pasos organizativos bajo el vínculo directo con Luis Emilio Recabarren y la participación en la fundación del MIR, Blest se convirtió en un puente entre el obrerismo clásico y la Nueva Izquierda, dos tiempos y dos formas de entender la revolución. Al momento de la conformación del MIR, Clotario Blest tenía 66 años de vida y más de treinta de sindicalista. No estamos hablando aquí de un “trabajador intelectual”, sino de un intelectual del pueblo. Su obra, por lo tanto, no se puede cuantificar en libros, sino en discursos y formación política.
- 439 Maximiliano Salinas, Clotario Blest: testigo de la justicia de Cristo para los pobres, Santiago, Sa (...)
- 440 Ibid.
15La formación intelectual de Clotario Blest estuvo vinculada al Seminario de Santiago, al estudio del latín, la teología y las enseñanzas del jesuita Fernando Vives Solar439, crítico del conservadurismo e incitador de la formación cristiana y social de Blest. El abandono del seminario le abrió la puerta para vincularse con otras organizaciones y grupos, desde donde continuó su formación intelectual y política. La Casa del Pueblo, la Unión de Centros de la Juventud Católica, los Círculos de Estudios Sociales y el Partido Popular fueron organizaciones en las que participó, llegando a ser presidente de la Unión de Centros de la Juventud Católica440.
- 441 Aparte de su participación en la revista Germen, Blest fue redactor en 1948 de Amanecer, órgano de (...)
- 442 Mónica Echeverría, Antihistoria de un luchador (Clotario Blest 1823-1990), Santiago, LOM, 1993.
16Desvinculándose de la institucionalidad eclesiástica y abogando por un Cristo de los pobres formó el grupo Germen, desde el cual editó una revista del mismo nombre. Clotario, hasta ahí, era más un pensador, propagandista y formador que un político u hombre de acción, lo que terminará enemistándolo con el otro líder de Germen, Bartolomé Ramírez, representante del socialcristianismo chileno441. Es en esa publicación en la que podemos encontrar los aportes intelectuales de Blest y la definición de lo que se llamará cristianos sociales. También desde ahí critica a la izquierda tradicional por generar divisiones entre los sectores populares y aboga por la unión de los trabajadores442.
17Durante la dictadura de Carlos Ibáñez, junto a estudiantes católicos de la elite intelectual y económica de Santiago, participó en los círculos de estudio organizados por Oscar Larson, sacerdote formado en la Universidad Católica de Lovaina. En paralelo, formó, junto a Bartolomé Ramírez, algunos círculos de estudio utilizando la infraestructura de las parroquias obreras. Las enseñanzas de la escuela de Lovaina estuvieron presentes en ambos grupos indirectamente. Blest recibió la formación cristiana más progresista de su época.
- 443 Fundador del Partido Corporativista Popular “[c] reado en 1932 […]. Grupo heterogéneo, propiciaba l (...)
18Recién instalada la República socialista en 1932, participó en la fundación y la dirigencia del Partido Socialista Sindicalista, poco importante para la vida política chilena, pero relevante para la conformación ideológica de Blest. La nueva organización fue un espacio de confluencia de intelectuales de la época. Ahí Blest conoció, por ejemplo, a Carlos Vergara443, admirador del cristianismo corporativista. Círculos de estudio, discusiones filosóficas y promoción del cristianismo social serán la actividad de Blest hasta la fundación de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), organización a la que estará vinculado desde su fundación en 1943 hasta 1980.
19Desde su liderazgo sindical y en disputa permanente con los partidos tradicionales, el pensamiento de Blest entre 1943 y 1950 girará en torno a la organización gremial y la unidad de los trabajadores. En ese lapso, la acción política toma mayor relevancia debido a su rol de conductor de la actividad huelguística de uno de los gremios más importantes del país.
- 444 Echeverría, op. cit.
20Durante los años cincuenta su ascenso en la lucha concreta se nutrió y potenció a partir de su visita a la Unión Soviética y Checoslovaquia. En esa misma gira conoció a Mao Tse-Tung, Ho Chi Minh y Bertrand Russell, con quien mantuvo una relación epistolar por muchos años444. De dirigente cristiano, Clotario Blest se convirtió (o por lo menos así lo perciben los protagonistas de la época) en un líder combativo que condujo a los trabajadores y planteó una fuerte oposición al gobierno de Gabriel González Videla y su Ley Maldita.
21Al igual que su relación con la institucionalidad eclesiástica, su relación con los partidos tradicionales de la izquierda fue siempre conflictiva y tensa. Los episodios de enfrentamiento y contradicción directa con el Partido Socialista y el Comunista los vivió cuando fue nombrado presidente de la Central Única de Trabajadores (CUT). Blest era un líder respetado y carismático, que abogaba por una multisindical sin “manipulación” de los partidos y que criticaba las intenciones de conducción que estos tenían respecto de la organización obrera. Esta actitud antipartidista es propia de los disconformes de la época con las políticas de las organizaciones tradicionales, rasgo propio también de los periodos de crisis institucional y de su visión cristiana esencializadora de los sujetos populares.
22Superados los círculos de estudio e instalado en la conducción gremial, Blest comenzó a percibir los límites de la organización social y a polemizar con los partidos tradicionales ya no en clave autonomista, sino planteando una alternativa de construcción política. La conformación del Movimiento Fuerza Revolucionaria (MFR) en 1961, una vez que renuncia a la CUT, expresa este giro.
23En 1960 el líder sindical viajó a la Habana, experiencia que lo convirtió en un propagandista de la revolución y en un impulsor de esta en Chile. En el texto de Luis Vitale sobre Clotario Blest, el historiador destaca la condición de revolucionario de este, pero también la existencia en Chile de condiciones prerrevolucionarias que hacían coherente el actuar del sindicalista. A juicio de Vitale:
- 445 Luis Vitale, Los discursos de Clotario Blest y la revolución chilena, Santiago, POR, 1961.
A pesar de los errores de la dirección obrera de seguir con las luchas aisladas, muchos trabajadores sacaron los conflictos de las cuatro paredes del sindicato y los llevaron a la acción decidida en las calles. Ese retorno a los métodos de acción practicados por nuestros antepasados de la FOCH no solo se daban en los obreros sino también en los empleados. Las combativas huelgas de Mademsa, Madeco, Lo Valledor, Salud, Semifiscales, Endesa, Telefónicos, profesores, mineros, metalúrgicos, la ocupación de tierras en el campo sureño, la toma de poblaciones por los “Sin Casa” crearon la convicción de que solo a través de la lucha directa u de conjunto era posible quebrarle la mano al intransigente gobierno del más genuino representante del capitalismo criollo Jorge Alessandri Rodríguez445.
- 446 Echeverría, op. cit.
24En este contexto, Blest veía a la insurrección popular como la estrategia para terminar con las injusticias sociales y, concordante con esto, fundó en 1962 el Comité Latinoamericano por la Guerrilla. Su primer objetivo fue emitir “bonos solidarios”, que tenían por fin promover la compra de plasma sanguíneo y elementos de primeros auxilios para las columnas guerrilleras que combatían446.
- 447 Ibid. El libro de Mónica Echeverría incluye varias entrevistas a Clotario Blest y el rechazo a la v (...)
25En entrevistas muy posteriores a esa coyuntura, Clotario Blest señala haber sido siempre detractor de la violencia activa447, pero durante su conducción del MFR, grupos adscritos a la organización instalaron algunas bombas, por lo que es vinculado con las acciones de violencia y detenido. Pese a estas apreciaciones opositoras de la violencia activa –ex post–, los discursos y las acciones de Blest lo vinculan a la violencia popular y al movimiento armado latinoamericano. En una alocución dada en noviembre de 1960 y recopilada en el texto de Vitale plantea:
- 448 Vitale, Los discursos…, op. cit., pág. 3.
La clase trabajadora debe despertar de este letargo, los obreros, empleados y campesinos deben despertar de este sueño soporífero para levantarse en armas y derribar al Gobierno […] El pueblo empieza a darse cuenta que es necesario que con los puños crispados estemos dispuestos al sacrificio y a la lucha callejera que dé el triunfo a la clase trabajadora chilena448.
26Poco después de su liberación, en marzo de 1963, Clotario inicia una gira por el país para dar a conocer los postulados del MFR. En su visita a Concepción conoce a Miguel Enríquez, Luciano Cruz y Edgardo Enríquez, a partir de este encuentro estableció con ellos una muy cercana y fraternal relación; incluso escribió una carta para que Miguel Enríquez fuera recibido en China. Más tarde fundará con ellos el Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
27Podemos comentar dos aproximaciones a la figura de Blest. La primera es la de Maximiliano Salinas, escrita en 1991, donde las referencias a su vida pastoral y su mensaje cristiano es lo fundamental. La segunda es la escrita en el acontecer de los procesos por Luis Vitale – compañero de militancia–, donde las arengas revolucionarias, la incitación a la lucha obrera y a la insurrección son las ideas destacadas. Ambas figuras son Blest y ambas conformarán la síntesis que lleva a su participación en la fundación del MIR.
28En Clotario Blest el intelectual que funda el MIR encontramos una serie de elementos de época. El primero es la categoría misma de intelectual que podemos usar. En el caso de Blest, y a diferencia de Waiss y Vitale, no podemos hablar de un trabajador intelectual pero tampoco podemos decir que Blest forma parte de lo que Gramsci llama “la gente sencilla”. Si bien la actividad laboral en la que se desempeñaba no era la de un trabajador manual, no es esa condición lo que lo identifica como intelectual, sino su formación de origen, esa que le permite conocer los evangelios desde la misma interpretación crítica que recibió Alberto Hurtado y Camilo Torres y que en él provoca una síntesis nueva, una filosofía, una lectura de la realidad chilena desde su formación cristiana.
29El segundo elemento que encontramos en Blest es el líder sindical y en contacto con los pobres. Él identifica como sujeto de la revolución a los trabajadores, aboga por su unidad y autonomía en los primeros tiempos y a su combatividad preclara después. Esta cercanía con los sencillos es una cercanía idealizada (por lo tanto, no tan cercana). Un claro episodio que nos lo demuestra es el relato reproducido en el libro de Echeverría en relación con su estadía en la cárcel pública en 1962.
30Echeverría le pregunta “ ¿Cómo fue su relación con los cogoteros durante esos 15 días que permaneció allí?”. Blest le contesta:
- 449 Echeverría, op. cit., Pág 253
Me impresionó la calidad humana de esos hombres. Tuve largas conversaciones con ellos. ¿Por qué se habían convertido en cogoteros? Ninguno de ellos había tenido hogar, ni había recibido afecto. Siempre desde chicos habían sido perseguidos, eran producto de la miseria. ¡Cómo culparlos! Cuando me presenté, delante del juez Eyzaguirre le dije: –Si hubiera sido uno de ellos habría sido mucho peor. Durante todo el tiempo que estuve allí, nadie supo de mí, ni siquiera el director de Gendarmería, Diego Silva Lastra. Cuando se enteró, él mismo me trasladó a otra dependencia de la cárcel, al anexo Capuchinos. Entonces pasé a despedirme de mis compañeros y les pregunté: – ¿Por qué me han tratado así? Me respondieron: –Nosotros sabemos quien es usted y además nos ha enseñado que todos somos hermanos. Por eso lo hemos tratado como un hermano. ¡Qué ejemplo recibí, durante este tiempo! El amor al prójimo lo aprendí en el patio de los cogoteros y no en las grandes doctrinas, ni en los majestuosos palacios. En la cárcel comprobé que en todos los hombres, por mucho que hayan caído, existe una chispa noble que nadie sabe aprovechar. Fueron días amargos, pero no guardo rencor a mis perseguidores449.
31Blest idealiza a los pobres y confía ciegamente en su esencia revolucionaria. Más tarde, con otras palabras y desde otras caracterizaciones, otros lo seguirán haciendo.
32El tercer elemento es el Blest político y militante, que es el que confluye en el MIR. La época estuvo marcada por las críticas al estalinismo y las divisiones y subdivisiones del socialismo, pero también los múltiples intentos de confluencia política entre los sectores de la izquierda. Blest participó en estos intentos de su generación por hacer converger a las organizaciones y plantear una alternativa orgánica para la conducción revolucionaria, primero en el MFR y luego en el MIR. Esta experiencia no solo se planteaba como alternativa a la izquierda tradicional, sino también como crítica a la Revolución en Libertad de Eduardo Frei Montalva.
- 450 Clotario Blest, “El ministro Thayer contra el abogado Thayer”, Estrategia, N° 5, julio de 1966.
- 451 Echeverría, op. cit
33Este punto es relevante porque un importante conductor del proceso democratacristiano va a ser Roger Vekemans, desde una mirada cristiana muy distinta a la de Blest, lo que nos sitúa en los vínculos políticos diversos que los cristianos tenían en la época. La polémica más directa de Blest con el gobierno de la Democracia Cristiana fue con el ministro William Thayer, a quien le enrostra haber traicionado sus principios y haber cambiado su interpretación de las leyes laborales en favor de los intereses de clase que defendía Frei450. Acusa a los freístas de estar vinculado a los requerimiento de la aristocracia eclesiástica, por lo que no confíaba en su gobierno para lograr la mejoría en las condiciones de vida de los sectores populares451.
- 452 Mónica Echeverría destaca dos elementos importantes: primero, que la casa de Blest se transformará (...)
34Finalmente, como cuarto elemento, en el MIR confluye el Clotario promotor de la violencia revolucionaria. Blest fue quien presidió la reunión de convocatoria que da origen al Movimiento de Izquierda Revolucionaria luego de otros intentos por lograr la unidad de la izquierda más radical y lo hace desde la legitimidad que le proporciona su trayectoria, sus vínculos internacionales452 y, sobretodo, su reconocimiento como líder sindical. Es por eso que su carta de llamamiento a la unidad fue muy relevante, no tanto por lo que decía, sino por quién la escribía. La admiración por la revolución cubana fue leída por el sindicalista en clave insurreccional y veía en los trabajadores el sujeto de la misma. Por eso los distintos discursos y esfuerzos de Clotario Blest en este periodo estaban dirigidos a levantar a los trabajadores en una revolución que debía ser masiva. En este sentido, la experiencia de Blest, así como la visión de esta generación de intelectuales, es contraria a la idea del foco. Su crítica era al aislamiento de los revolucionarios respecto de las fuerzas sociales. Blest señalaba que
- 453 Citado en Mónica Echeverría, op. cit., 251, 252.
La guerrilla no debe ser un foco aislado encerrada en la montaña o en el clandestinaje. Temo que la guerrilla, como se está planteando, va a ser aniquilada en la forma más salvaje. Ella debe contactarse con las luchas sociales, si no quieren que resulte una aventura. Si en Cuba tuvo un desenlace feliz, fue porque el elemento obrero, al no contar con organismos sociales que acogieran sus reivindicaciones, pasó a incorporarse a las huestes de Castro, enriqueciendo así la base social del Movimiento 26 de Julio. Hay que encontrar, por lo tanto, la combinación exacta entre el movimiento social organizado y el grupo armado. Mientras la oligarquía económica continúe imponiendo la injusticia social en nuestra patria, nosotros debemos, desde hoy mismo, manifestar nuestra solidaridad activa con los que luchan por los mismos ideales453.
- 454 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
35Blest, al igual que los otros intelectuales militantes o los militantes intelectuales de su generación, pensaba en una revolución clásica, pues su influencia intelectual más relevante en el plano revolucionario fue Trotsky. La Revolución cubana generó admiración y adhesión, pero la matriz con la que pensaron la revolución en Chile era la clásica obrerista “siempre con la visión de que la clase obrera es la clase de la revolución y con una suerte de desconocimiento del resto de los sectores sociales dominados, explotados, los trabajadores en general”454.
- 455 Augusto Carmona, “Sacerdotes chilenos en el camino de Camilo Torres”, Punto Final, N° 31, segunda q (...)
36El llamado a la violencia no lo desliga de su pensamiento cristiano y más bien potencia sus múltiples liderazgos. En 1967, en el año de inserción del MIR en el trabajo de masas, va a fundar el Movimiento Revolucionario Camilo Torres, que es una especie de corriente al interior del MIR formada por los militantes cristianos inspirados por el ejemplo del cura colombiano. La revista Punto Final, en una edición de junio de 1967, da cuenta de las características y el impacto de este movimiento al recoger el testimonio de tres dirigentes de la Juventud Demócrata Cristiana (JDC), que abandonaron las filas de su partido para incorporarse al movimiento recién fundado. En esa publicación anuncia, además, la pronta incorporación “de un grupo de sacerdotes dispuestos a cambiar los hábitos por la prédica revolucionaria”455.
37Los jóvenes democratacristianos que habían renunciado eran Hugo Cancino, profesor ayudante en el Instituto Pedagógico, Marcela Plubins y Juan Arancibia. Junto con ellos se integró al movimiento el expulsado de la JDC, Guido Olavarría. Las razones de su salida e incorporación a la nueva agrupación estuvieron “en las contradicciones mismas del pensamiento democratacristiano que se hacen evidentes una vez en el poder”. Para los jóvenes, cuando la Democracia Cristiana diferenciaba entre revolución marxista y revolución cristiana le abría la puerta al imperialismo y la derecha, y ante la imposibilidad de cambiar al partido desde dentro decidieron renunciar para unirse al movimiento. Cancino y Olavarría pasaron a ser parte de la Comisión Política del movimiento, conscientes de que su tarea era hacer la revolución superando la mera solidaridad con las guerrillas continentales.
38Hubo un cristianismo de la época en el MIR que nació de concepciones similares a las que dieron origen a la Democracia Cristiana (DC), pero que se van diferenciando conforme avanza el periodo y se agudizan las contradicciones. Acerca de la confluencia del pensamiento cristiano en el MIR, Pascal Allende plantea, en retrospectiva:
- 456 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014. Pascal Allende, en esta parte de la entrevista, (...)
Si hay un vínculo es con el cristianismo, hay un sentido de misión, una serie de componentes que uno puede decir que tienen cierta raíz cristiana, pero no es de la DC al MIR, no, es a través de cristianos que tienen una militancia obrera, trabajadora o social. Si influencia hay será la JOC [Juventud Obrera Católica], esos sectores, pero no la Democracia Cristiana. La Democracia Cristiana ejerció cero influencia en el MIR, es mi impresión. Quedó fuera por la Revolución en Libertad. Lo que hay es un anti DC, un anti a las políticas impulsadas por ellos456.
39Contextualizando esta vinculación de Cristo con la revolución popular, Maximiliano Salinas plantea que para 1967 convergían tres elementos trascendentales: la decadencia del capitalismo democrático, la decadencia también del socialcristianismo y la emergencia de la organización popular. Se trata, entonces, de un cristianismo popular (popular por composición y popular por proyección), en oposición al cristianismo que sustentaba el capitalismo democrático, el que se formará en este periodo. Una de esas líneas es la de Clotario Blest. Este es uno de los líderes en la toma de la catedral realizada por el Movimiento Iglesia Joven en 1968, ya fuera del MIR, y pese a su decepción sobre su participación en la organización revolucionaria señala:
- 457 El Mercurio, 12 de agosto, 1968. Citado en Maximiliano Salinas, Clotario Blest como profeta, la reb (...)
Estaremos de la mano con nuestros hermanos marxistas en la barricada del pueblo contra el capitalismo, siguiendo el ejemplo de Camilo Torres. Nosotros reverenciamos al Che Guevara. Lo admiramos. Los problemas que se están mirando deben ser mirados bajo el ángulo del mundo en transición, es contra el capitalismo, lo que ha sido mal interpretado por la jerarquía eclesiástica. No se puede convivir con el mundo anticristiano457.
40Entre 1965 y 1967, el MIR creció de manera importante y, consistentes con su línea de pensamiento insurreccional, Blest, Sepúlveda, Valenzuela y Waiss plantean, en el Tercer Congreso de la organización, postergar la acción armada y proseguir con la inserción en los sectores trabajadores y estudiantiles. El grupo de jóvenes militantes los acusa de aburguesamiento revolucionario, lo que genera la salida de los militantes veteranos a solo dos años de haber formado el movimiento.
41La formación y la trayectoria de Clotario Blest hacen muy coherente su vinculación con las luchas populares. Blest vive el cristianismo como una epopeya que no tiene por qué entrar en contradicción con la lucha material por la revolución, sino nutrirla y guiarla. Pero, con estas convicciones, sí entró en contradicción con las otras fuerzas que pretendían guiar dicha gesta, el Partido Socialista, el Partido Comunista y el MIR. En términos de legado, sus reflexiones sobre la importancia de los trabajadores en la revolución social (aunque no como única expresión de clase) y el cristianismo revolucionario serán los más importantes. Clotario Blest nutrirá como militante intelectual el pensamiento cristiano-socialista y vinculará dos visiones éticas sobre el futuro de América Latina.
Óscar Waiss, el intelectual militante
- 458 Figura política chilena, fundador del Partido Comunista y expulsado del mismo en 1930. Fue miembro, (...)
42Abogado, periodista y militante, se integró tempranamente al Partido Socialista, con el que rompió en 1964. Fue parte de la fundación del MIR en 1965 y fue nombrado, en el Primer Congreso de la nueva organización, miembro del Comité Central y del Secretariado Nacional. Su trayectoria política estuvo ligada a los grupos disidentes del Partido Comunista en los años treinta. Fue influido por el pensamiento trotskista, desde donde participó en la candidatura presidencial de Manuel Hidalgo458. Fue testigo y actor político del periodo en el que se desarrollaron la Sublevación de la Escuadra y la República Socialista de Marmaduque Grove.
- 459 Fueron parte del grupo Avance Tomás Chadwick, Manuel Contreras Moroso, Enrique Sepúlveda, José Manu (...)
- 460 Óscar Waiss, Chile vivo: memorias de un socialista, 1928-1970, Madrid, Centro de Estudios Salvador (...)
43Respecto de sus ideas, se integró muy joven al grupo Avance459, espacio intelectual y político de izquierda fundado en 1931. El grupo logró refundar la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) y activar políticamente al estudiantado. Más tarde, el espacio intelectual universitario se dinamizó con la creación del grupo Renovación, vinculado a los jóvenes cristianos de la Universidad Católica. Su relación con la figura política de Manuel Hidalgo lo instaló también en un círculo intelectual santiaguino muy nutrido. En la casa del político comunista se encontraba con Augusto D’Halmar, Eugenio Orrego Vicuña, Santiago Labarca, Vicente Huidobro, Eugenio González, el abogado Pedro León Ugalde, Justiniano Sotomayor, el abogado Jorge Neut Latour y el médico Jaime Vidal Oltra460.
- 461 Óscar Waiss, ¿A dónde vamos?, Ovalle, Ediciones Marxistas, 1940. Consultado en: http://www.socialis (...)
- 462 Las novelas Un fantasma recorre el mundo (1938), Un drama socialista (1948) y Amanecer en Belgrado (...)
44Fue articulista de varias revistas de izquierda en Chile. Debatió en esos años con Trotsky y los socialistas franceses y españoles, pero también con la línea oficial del Partido Socialista, por lo que llamó “la degeneración del partido” a partir de la actuación del mismo durante la experiencia del Frente Popular461. Hasta antes de participar en la fundación del MIR, Waiss había desarrollado una interesante carrera como abogado, escritor y periodista. Había publicado varias novelas y un libro de cuento, así como folletos y ensayos políticos462.
- 463 Waiss, Chile vivo…, op. cit., pág. 45.
45Comenzó sus debates con el Partido Comunista chileno y con otros referentes latinoamericanos muy tempranamente. Con ocasión de una conferencia dada en 1933 en Santiago por el aprista Manuel Seoane, Waiss y los distintos tipos de comunistas –estalinistas y trotskistas– que llegaron al teatro donde se realizaba el acto se enfrentaron al líder de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) o Partido Aprista Peruano. Seoane, que en su intervención llamó a combatir a los “rabanitos”, fue interpelado por Waiss y Enrique Sepúlveda463, quien también participó, más tarde, en la fundación del MIR, siendo su primer secretario general.
- 464 Idem.
- 465 Loc. cit.
46Entre las influencias intelectuales que posicionaron a Waiss en una actitud crítica frente al Partido Comunista y lo guiaron a la propuesta revolucionaria destacó la revista Comunismo, editada en Madrid por Andrés Nin y Juan Andrade: “Nin sostenía que la revolución no era un golpe de mano de minorías audaces y que las acciones aisladas debilitan al movimiento general”464. La otra influencia, que el mismo Waiss reconoció, fue la conferencia de Trotsky en Copenhague y la obra de José Carlos Mariátegui, textos que “circularon profusamente en Chile”465.
- 466 Ibid., pág. 56.
47La voluntad de hacer confluir a los revolucionarios parece haber sido una constante en la vida de Waiss, ya que en los años treinta formó parte de una “sociedad secreta denominada Logia Bolívar de los Libertadores de América, que tenía como objetivo relacionar íntimamente a los personeros de la Izquierda Comunista y el Partido Socialista”466. Esta unión volvió a darse en la fundación del MIR, cuando algunos representantes de la izquierda trotskista se unieron a disidentes del Partido Socialista y formaron la organización revolucionaria.
- 467 “El 19 de marzo de ese año 1933 efectuamos un Congreso Nacional de nuestro sector decidiendo no par (...)
48Pese a no participar en la fundación del Partido Socialista (PS) por considerar sus definiciones ambiguas467, posteriormente se integró a sus filas cuando en 1936 la Izquierda Comunista decidió integrarse a este. Más tarde formó parte de la fundación del Partido Socialista de los Trabajadores –oponiéndose a la colaboración del PS con el Frente Popular– para reingresar a las filas socialistas en 1946. En las filas del Partido Socialista Popular –fundado en 1948– y nuevamente alejado del PS, apoyó la candidatura de Ibáñez y fue parte de su gobierno.
- 468 Waiss, ibid., pág. 108.
49En sus memorias, Waiss valoró como acertada la polémica decisión de apoyar a Ibáñez, señalando que “el tiempo demostró que la conducta del partido fue correcta, ya que se recuperó la influencia sobre las masas y se vigorizó el movimiento popular, lo que culminó, con el correr de los años, en la victoria electoral de 1970”468. La cercanía con el gobierno de Ibáñez en sus inicios terminó cuando el Partido Socialista Popular se acercó al Partido Comunista y participaron en conjunto con las organizaciones obreras en una serie de huelgas. La más importante fue la huelga general de 1955, luego de la cual Waiss fue tomado prisionero y enviado a Pisagua.
50El antecedente inmediato de la efímera participación de Waiss en la fundación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria fue el ascenso de la Democracia Cristiana (DC) al gobierno y la campaña presidencial de Allende. Waiss calificó a la Democracia Cristiana que ganó la presidencia con Frei Montalva en 1964 como la defensora de los intereses de la oligarquía. Por otro lado, la campaña con la que la DC ganó las elecciones estuvo cargada de anticomunismo, lo que generó una visión pesimista frente a la posibilidad de que la izquierda llegara al poder a través de los votos. Finalmente, la figura de Allende había causado rechazo entre el sector de los socialistas al que pertenecía Waiss, que no le perdonaban haberse presentado como candidato en las elecciones de 1952 compitiendo con Ibáñez.
- 469 Óscar Waiss, “La metamorfosis”, Estrategia, N° 1, noviembre de 1965.
51En el artículo de Waiss de 1965 publicado en la revista Estrategia, órgano de debate político del MIR, el intelectual esgrimió como razones para la conformación de una organización revolucionaria el fracaso de la vía electoral para la izquierda, pero también la traición de los partidos que tradicionalmente habían representado a los trabajadores que en ese momento se habían subordinado a los intereses de la democracia burguesa469. Especial crítica mereció el Partido Socialista por el blanqueamiento de la campaña de Allende en pos de objetivos electorales. En sus memorias publicadas en 1986, si bien Waiss reiteró las críticas a la Democracia Cristiana, planteó que el camino revolucionario adoptado por la izquierda radical se había debido a la influencia de los procesos revolucionarios desarrollados en América Latina. El MIR, en esta interpretación, habría sido un producto de época del cual Waiss no habló y no reconoció su participación.
52La experiencia de Waiss en el MIR es posible seguirla a través de comentarios de sus cercanos en los relatos íntimos de sus blogs. Jorge Bravo Tesseo recuerda:
- 470 Jorge Bravo Tesseo, “Oscar Waiss, ‘firme junto al pueblo’”, Línea de Flotación [blog], 10 de noviem (...)
Un capítulo menos conocido en la vida de Óscar Waiss fue su paso fugaz por el MIR, en el que lo acompañó nada menos que el mítico sindicalista Clotario Blest. En efecto, el año 1965, junto a algunos de sus antiguos camaradas descontentos con la conducción del Partido Socialista, entre los que recuerdo el doctor Enrique Sepúlveda, Gabriel Smirnow, el historiador Luis Vitale y otros, junto con jóvenes universitarios de Concepción […]. Durante algún tiempo, estuvo a cargo de un boletín, cuyo formato recuerdo con claridad. Un día tomó un libro que estaba leyendo “ ¿Para qué sirve la literatura?”, que era la transcripción de un debate entre escritores franceses, editado por Jean-Paul Sartre. Me dijo “esto me parece interesante” y me pidió que se lo prestara. Al poco tiempo me exhibió los colores y, por supuesto, el tenor del texto. No tengo claro cuánto duró su militancia, pero me parece que fue efímera.470.
En una oportunidad nos pidió al junior y a mí que escucháramos el himno oficial del MIR, un antiguo himno revolucionario, cuya letra había adaptado al efecto. Sin más no más se puso a cantar, con la mayor seriedad. Su voz era tan increíblemente desafinada que quedamos estupefactos primero, y luego estallamos en carcajadas
53La actitud amnésica del intelectual podría deberse a la fecha en la que están escritas las memorias –1985–, época de renovación y en la que muy pocos se atrevieron a reconocer su coqueteo con la violencia. También puede deberse a que su participación en el MIR fue tan fugaz que no la consideró con mayor relevancia para la organización ni para su trayectoria política.
54Sin embargo, a nuestro juicio, la participación de este personaje en la fundación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, pese a su brevedad, es importante. Waiss representó a una izquierda militante en búsqueda de una estrategia para América Latina. No temió en denominarse comunista, pero entendió el comunismo desde la realidad latinoamericana. Esa apreciación de la particularidad continental lo llevó incluso a vincularse con la expresión populista chilena de Ibáñez. No fue, entonces, la apología a la violencia revolucionaria de moda lo que llevó a este grupo de actores políticos (Enrique Sepúlveda será otro de ellos) a participar en la fundación del MIR, sino su actitud de constante crítica a las organizaciones tradicionales de la política chilena.
- 471 En diálogo con Gabriel Salazar, Matías Ortiz vincula a este grupo con las generaciones del 30 y el (...)
55Óscar Waiss fue expulsado de la conducción del MIR en 1967 y su paso por la organización resultó muy acotado, pero su figura tiene importancia debido a que representaba un periodo, una forma de hacer política y un tipo de político471.
Luis Vitale, el intelectual revolucionario
- 472 Entrevista a Luis Vitale, Sala de Historia [en línea], enero de 2010.
56Vitale nació en Argentina y llegó a Chile en febrero de 1955 por circunstancias del amor, según sus palabras: “soy chileno porque me enamoré de una chilena y me casé”472. En Chile ingresó al Partido Obrero Revolucionario (POR), de orientación trotskista. Dio sus primeros pasos en las luchas populares en el sindicato de la empresa químico-farmacéutica y luego participó en la formación de la Federación de Obreros de Imprenta de Chile, para luego llegar a ser dirigente de la Central Única de Trabajadores.
57Sindicalista y trotskista son las primeras definiciones desde las que podemos acercarnos a Vitale. En relación con la segunda, posiblemente era uno de los pocos, sino el único verdaderamente trotskista de quienes eran categorizados con ese apelativo. A diferencia de Argentina, el trotskismo en Chile no tuvo un desarrollo ideológico; los llamados trotskistas chilenos eran más bien un grupo de disidentes del Partido Comunista, que desde la crítica al estalinismo del partido lo abandonaron.
- 473 Vitale, Los discursos…, op. cit.
58Respecto de su relación con el sindicalismo, Vitale se vinculó activamente a la Central Única de Trabajadores que había sido fundada hacía unos años –en febrero de 1953– por Clotario Blest, presidente a su vez de la organización obrera. El líder sindical y la experiencia organizativa que había adquirido en esos primeros años en Chile lo llevaron a la escritura. Su primer texto publicado fue una recopilación de discursos del presidente de la CUT. Vitale reconoció en estas intervenciones un cuerpo de ideas que nutrieron a la organización de los trabajadores y fue por eso “que no podía permitir que fueran falseados ni olvidados”473.
59En la introducción a la recopilación de discursos, realizó una caracterización general de la coyuntura histórica mundial y chilena, destacando que se vivía un momento desfavorable para el imperialismo y favorable para la lucha obrera, que en América Latina se veía representada por el éxito de la Revolución cubana. Vitale analizó y comentó cada intervención de Blest, sacando lecciones para la construcción política.
- 474 Luis Vitale, Historia del movimiento obrero, Santiago, POR, 1962.
- 475 Julio César Jobet, Luis Emilio Recabarren: los orígenes del movimiento obrero y del socialismo chil (...)
60De esta primera aproximación literaria, donde transformó en texto su experiencia y sus propias reflexiones políticas, Vitale pasó a la elaboración de un escrito más amplio, más general, que abordaba las problemáticas de la organización obrera en su conjunto. Publicó así Historia del movimiento obrero474. Con este ensayo, pasó a formar parte de los historiadores marxistas de Chile que situaron al movimiento obrero como centro de la historicidad nacional. Las primeras líneas de esta narrativa habían sido escritas por Julio César Jobet en Luis Emilio Recabarren: los orígenes del movimiento obrero y del socialismo chilenos, publicado en 1955, y Hernán Ramírez Necochea, que en 1956 había publicado Historia del movimiento obrero en Chile475.
61Los escritos de Vitale nutrieron la formación militante de sus compañeros del POR, pero también fueron una contribución a un proyecto de construcción social amplio y a la interpretación histórica desde el mundo popular. Su trotskismo lo acercó al análisis de la realidad obrera y lo alejó de la vía institucional del Partido Comunista. Desde ahí comenzó a dialogar con su época. El contexto en el que se integró a las luchas populares fue aquel marcado por el impulso extraordinario de la organización sindical y algunos episodios políticos violentos, como la protesta del 2 y 3 de abril de 1957, la llamada Revolución de las Chauchas, que tuvo como particularidad la participación de pobladores. El impacto de este episodio fue contundente:
- 476 Se refiere a Miguel Enríquez, dirigente del MIR.
- 477 Vitale, Contribución…, op. cit., pág 4.
… esta movilización desbordó a la izquierda, como lo reconoce el propio Comité Central del PC a mediados de abril de 1957 […] gran parte de la generación de Miguel476 [Enríquez] criticó entonces el papel jugado por el PC, el PR, la dirección del PS y la CUT, con excepción de su presidente Clotario Blest, quienes hicieron de bomberos para apagar el fuego de aquella juventud insurgente. Importantes sectores de la Juventud Comunista […] rompieron con su partido, incorporándose al trotskista Partido Obrero Revolucionario, orientado por el dirigente sindical Humberto Valenzuela, con el cual comenzó a simpatizar Marco Antonio [Enríquez], hermano mayor de Miguel477.
- 478 Entrevista a Luis Vitale, 29 de noviembre de 2008, en Dolores Mujica. Retratos. Hombres y mujeres d (...)
62Esta vinculación llevaría a que años más tardes los líderes políticos confluyeran en la formación del MIR. Mientras, Vitale, entre la militancia en el POR y la agitada contingencia nacional de fines de los años cincuenta y sesenta, descubrió el oficio de historiador y comenzó a desarrollarlo sistemáticamente, pasando días completos revisando autores y fuentes. Ahí se convirtió en un historiador de oficio, con un trabajo, con horarios478.
- 479 Vitale, Contribución…, op.cit., pág 5.
63Según su propia opinión, el impacto de la revolución cubana fue trascendental, pero también lo fueron las movilizaciones de trabajadores y otras experiencias guerrilleras que, bajo el influjo de la cubana, se desarrollaron en el continente. Esta influencia fue “tanto por su coraje y decisión como sus frustradas experiencias foquistas de lucha armada”479. Esta última apreciación evidencia la concepción revolucionaria de Vitale, la misma que más tarde le llevó a romper con los hermanos Enríquez y a ser expulsado del MIR.
64Vitale, al contrario de otros intelectuales o actores políticos de la época, no renegó años después de su pasado, no tildó esa experiencia de locura juvenil, sino que resaltó las certezas del análisis del momento hechas por las organizaciones revolucionarias de la época, que se multiplicaban como organizaciones autónomas o facciones al interior de algunos partidos, como el Partido Socialista y, más tarde, la Democracia Cristiana. La principal certeza de los grupos de revolucionarios de ese periodo era que debían avanzar hacia la unidad. De esta forma, en 1961, bajo la iniciativa de Clotario Blest, varias organizaciones obreras, más un sector escindido de la Juventud Radical y el POR, crearon el Movimiento de Fuerzas Revolucionarias. De ahí se desarrollaron varias iniciativas de unidad entre revolucionarios, las que se autodisolvieron para convocar finalmente a la creación del MIR en 1965.
- 480 Vitale, Contribución…, op. cit.
- 481 A Vitale le interesa en sus textos, en especial, refutar las tesis que plantean la fundación del MI (...)
- 482 José, “La etapa actual de la revolución latinoamericana”, Estrategia, N° 1, noviembre de 1965.
65Vitale fue protagonista en el Congreso fundacional del MIR. Redactó el borrador de la primera declaración de principios y fue elegido miembro del Comité Central480. En sus textos más recientes, reivindicó esta etapa fundacional de la organización, alegando su composición popular-obrera481 y su vocación insurreccional, que la alejaba del foquismo. El partido tuvo como órganos de difusión y propaganda el periódico El Rebelde y la revista Estrategia. En el primer número de esta revista, Vitale escribió con seudónimo un artículo sobre la etapa actual de la revolución latinoamericana482.
- 483 Vitale, Contribución…, op. cit.
66Es difícil separar, en este periodo de la vida del autor, la dimensión intelectual de la dimensión política militante. Vitale actuó como intelectual en su vida política, ya que la teorización de su práctica, la reflexión en torno a la contingencia, la difusión de dicho pensamiento y la formación que hacía a sus “compañeros” le otorgaron tal categoría. En esos momentos, Vitale compartió, a propósito de la militancia, con el periodista Manuel Cabieses, fundador de la revista Punto Final y, con Fernando Mires, en quien reconoció “uno de los más brillantes intelectuales que ha producido el país483”.
- 484 Vitale relata cómo fue impulsado a trasladarse a Concepción por la dirigencia del MIR debido a la n (...)
- 485 Luis Vitale, Interpretación marxista de la historia de Chile, vol. I (tomos I y II), Santiago, LOM, (...)
67En 1968 se trasladó a Concepción como profesor de la universidad de esa ciudad484. Para entonces ya había publicado su primer tomo de la Interpretación marxista de la historia de Chile y estaba preparando el segundo485. Sin duda, esta obra fue el máximo aporte de este historiador a la interpretación de la realidad nacional. Alcanzó a publicar tres tomos en Chile antes del golpe militar. Si bien el marxismo se constituyó en una teoría desde la cual se miró y analizó la realidad en su conjunto, ninguna obra de los historiadores marxistas clásicos había abarcado toda la historia de Chile como lo hizo Vitale.
- 486 Entrevista a Luis Vitale, 29 de noviembre de 2008, en Mujica, op. cit.
68En 1969, en vísperas del IV Congreso del partido, Vitale, junto a los compañeros que venían del POR, fueron expulsados del MIR. Según su relato, los jóvenes del partido les advirtieron que el MIR se dividía. Las razones que esgrimían era la disposición de los universitarios a la insurrección armada y la negativa a participar en el proceso electoral. Para el sector trotskista, que abandonó el partido, esta postura implicaba abrazar una concepción foquista, que no tenía nada que ver con la visión revolucionaria de Vitale y sus compañeros486.
69Los expulsados del MIR se constituyeron como MIR-Frente Revolucionario (FR) y, más tarde, solo como FR. Muchos pobladores y trabajadores vinculados a estos militantes se vieron excluidos del MIR “por trotskistas”, categoría que la mayoría no aceptaba y ni siquiera sabía muy bien qué significaba. En sus entrevistas y escritos, el autor dejó ver que en el MIR se manifestaban las tensiones que vivían la sociedad chilena en su conjunto y las organizaciones revolucionarias de América Latina. Por un lado, posiciones distintas frente a la vía electoral propuesta por el Frente de Acción Popular (FRAP) y, luego, por la Unidad Popular con la candidatura de Salvador Allende; y por el otro, una tensión permanente entre una vía más militarista y una línea de masas.
70La posición frente a la violencia de Vitale era manifestada a través de su militancia y no por textos que la defendieran ni la justificaran. No obstante, para quienes lo convertían en referente, la figura de un intelectual militante legitimaba los proyectos estratégicos de la organización que lo acogía. Finalmente, si bien la presente investigación plantea la relación intelectual-organización revolucionaria, esta se puede invertir, lo que nos lleva a indagar en la relación que la organización tenía hacia los intelectuales. Vitale, como pensador y como militante, tuvo mucho que decir al respecto. Su máxima fue que los intelectuales tenían que ser militantes y cumplir las tareas que el partido les asignara. El MIR desarrolló una política hacia los intelectuales diferenciando entre simpatizantes, colaboradores y militantes. Sobre sus funciones, existían aquellos que, desde los espacios de propaganda de la organización, difundían la línea política acercándola a los lectores no militantes; otros, como Vitale, pensaron la política desde los mandos de la organización.
Espacios de difusión, redes intelectuales y circulación de ideas en la etapa fundacional
71Como señalábamos anteriormente, el periodo fundacional tuvo dos medios de comunicación: El Rebelde –periódico de la Vanguardia Revolucionaria Marxista que se convierte en órgano oficial del MIR y que cumple la labor de propaganda y de vínculo entre las masas y la organización– y Estrategia, que era una revista de debate teórico y formación política. En la segunda podemos encontrar, de manera más evidente, el perfil intelectual de varios de los fundadores del MIR. En ella conviven artículos de análisis de la realidad política del país y de interpretación histórica con documentos de organizaciones políticas del resto de América Latina. La revista definió una línea política para el periodo, así como una apuesta estratégica para América Latina y Chile. Permitió, además, vínculos iniciales con otras experiencias revolucionarias y con otros intelectuales.
- 487 Aníbal Quijano (Silvestre Condoruna), “La experiencia de la última etapa de las luchas revolucionar (...)
72Ejemplo de ello es un artículo con el que contribuyó Aníbal Quijano, bajo el seudónimo de Silvestre Condoruna, para la edición de abril de 1966, titulado “La experiencia de la última etapa de las luchas revolucionarias en el Perú”487. Quijano establece tempranamente una relación estrecha con el MIR, primero por la cercanía que implicaba estar en proyectos similares en una época donde las fronteras en el continente se diluían, y luego por la relación directa que establece con Miguel Enríquez. Respecto a la referencia política e intelectual que Quijano significó para el MIR, Pascal Allende señala:
- 488 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
Una persona que se le recuerda poco, pero que tuvo un papel importante en la influencia inicial en el MIR es Aníbal Quijano del Perú y también este que hizo levantamiento campesino, de origen trotskista – no me acuerdo del nombre en estos momentos–, que también vino a Chile, toda esa experiencia de De la Puente, que Miguel la conoció a través de Cuba, son personajes que tienen para nosotros influencia488.
- 489 Alexis Cortés Morales, “La urbanización dependiente y el proceso de marginalización en América Lati (...)
73La influencia de Aníbal Quijano fue transversal en el tiempo, ya que formó parte del grupo de intelectuales latinoamericanos formados en las instituciones con sede en Chile. Es, por lo tanto, parte de esta generación que nació como intelectual en el Estado desarrollista, pero que rompió con esa tradición y se volvió revolucionaria. Sus estudios sobre la marginalidad estarán en una sintonía distinta a la que inspira a Vekemans y a la Democracia Cristiana, ya que lejos de promover la integración tomó como ejemplo en sus investigaciones a los campamentos miristas para resaltar su autogestión y la violencia popular489.
74En el citado artículo de Quijano en Estrategia, el peruano analizaba la historia de su país desde mediados de los años cuarenta. En él hablaba de la gran desorientación de los sectores populares luego de la derrota del levantamiento de 1948. Al no ser reconocidos en sus necesidades por el APRA, los pobres rompieron con la organización, que hizo alianza con la oligarquía. Sin embargo, ese pueblo no iba a ser capaz de dotarse de una organización de clases que condujera las transformaciones a las que aspiraba.
- 490 Vania Bambirra, Diez años de insurrección en América Latina, Santiago, Prensa Latinoamericana, 1971
75El texto era un extenso y pormenorizado análisis de la historia de la izquierda peruana desde la revolución aprista y estaba muy lejos de ser una simple arenga revolucionaria, ya que en él se explicaban las confluencias, divisiones y tensiones entre apristas, trotskistas y comunistas desde la gran desorientación pos 1948 hasta su superación en 1962, con la guerrilla de Hugo Blanco. Desde ahí, el sociólogo analizaba los componentes, las características y las limitaciones de los bandos guerrilleros hasta 1965. El artículo, publicado luego en el libro Diez años de insurrección en América Latina, cuya edición dirigió Vania Bambirra490, fue crítico con la experiencia interna de la izquierda revolucionaria. Quijano escribió:
- 491 Quijano (Condoruna), op. cit.
El error no consiste en comenzar la lucha de guerrillas sino en comenzarla calculando mecánicamente la última revolución realizada, en este caso, cubana. El error no consiste en organizar la lucha armada, sino en aislarla de la lucha política más amplia, no recoger las posibilidades abiertas por los movimientos de masas en curso en cada uno de los países, particularmente en Perú, por el movimiento campesino.491.
El error no consiste en lanzar las guerrillas, sino en mantener el empirismo y pragmatismo exitoso en una ocasión como posibilidad permanente de la historia. El error no consiste en la lucha armada, finalmente, sino en la ausencia de una concepción política autónoma, desarrollada desde dentro de cada país, y en el mantenimiento de la dependencia político-ideológica de centros de ayuda y de poder revolucionario externos
76Advertía sobre la necesidad de conformar ejércitos nacionales revolucionarios que se enfrentaran a la evidente intervención norteamericana que seguiría al levantamiento popular, como lo ejemplificaban los procesos de Brasil y República Dominicana. Planteaba también la necesidad de coordinación de las guerrillas latinoamericanas, pero previo a eso, advertía que era necesaria la consolidación de la lucha armada a nivel local.
- 492 Ibid.
77Fundador de la sociología en el Perú, Quijano escribía que “la racionalidad sistemática de la totalidad de la experiencia revolucionaria de la última década latinoamericana, es la condición sine qua non a partir de la cual sea posible la progresiva elaboración de una teoría de la revolución latinoamericana, sin la cual ya no parece posible, de ninguna manera, el logro de las metas revolucionarias”492. Esta apreciación la podemos instalar en la reflexión general sobre las ciencias sociales que se daba en el continente desde hacía una década antes.
78El proceso de fundación e institucionalización de las ciencias sociales durante los años cincuenta comprendió también la reflexión sobre su utilidad y Quijano participó en esas reflexiones. En el contexto de búsqueda de caminos propios para el desarrollo de América Latina, los científicos sociales se pusieron a disposición de los proyectos nacionales. De ahí que las ciencias sociales nacieran politizadas –para algunos ideologizadas- y, desde mediados de los años sesenta, la reflexión salta de la vinculación con el Estado a la revolución del pensamiento y las estructuras. Miguel Enríquez, desde 1967, año en que visita Perú, se vincula directamente con Quijano e incorpora a su acervo personal y a los diálogos intelectuales desde el MIR las lúcidas reflexiones de este.
- 493 Ver cuadro al final de este apartado. Los números de Estrategia están disponibles en el portal en l (...)
79Buscando destacar las experiencias de lucha continental, en Estrategia se publicaron declaraciones del Comité Central sobre algunos procesos latinoamericanos en curso493. Varios números y artículos fueron dedicados a seguir la trayectoria del proceso peruano, la guerrilla en Venezuela y los procesos de Cuba. Los documentos de organizaciones revolucionarias latinoamericanas y los discursos y declaraciones del Che se mezclaron, en la revista, con los documentos internos del MIR. A través del análisis de esas publicaciones, es posible distinguir las ideas que circulaban entre la dirigencia en los primeros años de su existencia. El último número publicado apareció antes de la muerte del Che y previo al Tercer Congreso, donde la Dirección Nacional quedó en manos de la nueva generación, lo que dio comienzo a un viraje en varias de las definiciones.
80El MIR justificaba, en sus orígenes, su definición como organización revolucionaria a partir de la coyuntura interna y las características de la izquierda nacional. En ese análisis sumaba una visión histórica y un itinerario común para América Latina. A partir del aporte de los intelectuales fundadores y miembros de su primera dirección, pero también de intelectuales de otros países, se dotó de una lectura de la formación social latinoamericana y una mirada histórica de la realidad chilena, recogiendo también las discusiones dadas en el continente sobre estos puntos.
81La organización incorpora, muy tempranamente, la concepción histórica de la realidad latinoamericana proporcionada por la teoría de la dependencia. Si bien no estableció, en un primer momento, una definición específica de la formación social chilena, sí podemos encontrar unos primeros esbozos proporcionados por las lecturas de Vitale y las discusiones sobre historia de Chile que a nivel personal este desarrollaba con Miguel Enríquez y Bautista Van Schouwen. En el primer número de la revista Estrategia, el MIR escribía:
- 494 Enrique Sepúlveda, “Un año del gobierno demócrata-cristiano, Estrategia, N° 1, noviembre de 1965.
Todas las combinaciones políticas ha ensayado la burguesía nacional y el reformismo obrero para que el movimiento no “salte” desde la lucha nacional y democrática hacia el socialismo. Cada vez que ello ha ocurrido, inevitablemente la rueda de la historia vuelve atrás y aplasta entre sus hierros al movimiento anti-imperialista, al proletariado y hace retroceder la revolución494.
82La Democracia Cristiana era, en ese proceso, la expresión de la burguesía semi-colonial en un país atrasado y deformado por el propio capitalismo, en el que se necesitaba atajar la revolución ya en curso. Más allá de la sobredimensión de las fuerzas sociales, es importante detenerse en los conceptos que se comenzaron a ocupar, ya no solo en los manifiestos políticos, sino en los textos académicos que, desde 1967 en adelante, se difundieron profusamente. Palabras como revolución, burguesía, poder popular, reemplazarán a otras como desarrollo, marginalidad y democracia en muchos de los artículos académicos y las cátedras universitarias en América Latina y Chile.
- 495 Waiss, “La metamorfosis”, op. cit. Luis Vitale, “América Latina: ¿feudal o capitalista?, ¿revolució (...)
- 496 Blest, op. cit. Humberto Valenzuela, “La comuna obrera y la junta de vecinos”, Estrategia, N° 6, se (...)
83Los artículos de autoría individual son solo uno por cada intelectual fundador y se refieren evidentemente a los temas en los cuales eran expertos. Waiss escribe sobre la evolución de la izquierda en Chile y Vitale discute sobre el carácter feudal o capitalista de América Latina495. En el caso de Clotario Blest, se trata de una polémica con el ministro Thayer del gobierno de Frei Montalva a propósito del derecho a huelga y, en el de Humberto Valenzuela, un análisis sobre la participación obrera496. En los artículos publicados a nombre del Comité Central, sin embargo, está clara la pluma de quienes forman parte de la estructura.
84Intentando responder una de las preguntas que dan origen a este estudio, la de por qué estos intelectuales, hombres de letras, adscriben a la lucha armada en un país donde la vía institucional era exitosa y había logrado, a la fecha de la fundación del MIR, la llegada al poder de un gobierno reformista que implementaba una reforma agraria y planteaba la organización popular como parte de la superación de la marginalidad, debemos decir que esta evaluación positiva (mirando el proceso completo) del gobierno de Frei Montalva no era parte del pensamiento de los protagonistas de la izquierda de la época.
- 497 Sandoval Ambiado, op. cit.
85Los intelectuales y militantes de izquierda estuvieron muy lejos de valorar el triunfo de la Democracia Cristiana en 1964 como parte del proceso de acumulación de fuerzas de los revolucionarios o del triunfo de las reivindicaciones del mundo popular. Lo consideraron, más bien, como una derrota. Los argumentos de esta postura política fueron principalmente dos. Por un lado, socialistas y comunistas advirtieron sobre la campaña anticomunista desplegada por la Democracia Cristiana; por el otro, la izquierda extrainstitucional calificaba la llegada del nuevo gobierno como una derrota de la vía pacífica, el fracaso del electoralismo estéril497. Esta sanción no implicaba una crítica al uso de la institucionalidad burguesa por parte de los trabajadores, sino una crítica al electoralismo, es decir, al uso de la vía electoral como un fin en sí mismo y no al uso de esta como una forma de “propagandear” la revolución.
86Respecto a los intelectuales fundadores del MIR, estos tuvieron una trayectoria crítica a las posiciones políticas de los partidos de la izquierda tradicional, fueron opositores al estalinismo del comunismo internacional y a las definiciones pragmáticas del partido socialista porque adscribían a la revolución y vivieron en carne propia la persecución, la relegación y la prisión política por defender su idea de transformación social. Fueron parte de las escisiones y confluencias de la izquierda y en el MIR vuelven a intentar la unión de los revolucionarios. En palabras de Pascal Allende:
- 498 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
Va a confluir en la formación del MIR una serie de experiencias previas y ese es el valor de un Clotario, de un Vitale, de un Sepúlveda, de Valenzuela, te trasmiten, como diría un historiador inglés, repertorios que van haciendo suyos, repertorios que vienen de esas luchas sociales, luchas políticas anteriores, temas como la acción directa o temas como el papel de la cultura en la lucha política, eso viene desde Recabarren. Son repertorios que nosotros los asimilamos, los incorporamos, más o menos conscientemente498.
87Las experiencias de las que habla Pascal Allende las podemos reconocer en las relaciones colectivas, la circulación de ideas y la recepción que va más allá del plano local.
88En el caso de Clotario Blest, él fue parte del proceso de transformación de la Iglesia católica, en el que también participaron, de manera más o menos institucionalizada, quienes formarán la Falange y, posteriormente, la Democracia Cristiana. Pero Blest también convivió con sacerdotes y laicos que fundaron la Iglesia Joven, quienes hicieron una síntesis de las enseñanzas de la teología de la liberación. Clotario Blest se formó en las tensiones de la fe, pero también en el cambio en la organización sindical y la incorporación de otros sujetos al proyecto revolucionario.
89En esta etapa hay una constelación de ideas provenientes del obrerismo clásico y el cristianismo que serán incorporadas por Blest y que sufrirán distinta suerte. Mientras que las ideas obreristas son superadas por una práctica política y una teorización nueva sobre el poder obrero, las ideas cristianas son enriquecidas e incorporadas, trascendiendo el periodo de fundación.
90La recepción de los cambios en la Iglesia católica y la lectura latinoamericana del cristianismo y el marxismo fueron sintetizados en la creación del Movimiento Camilo Torres, en el que Clotario Blest participó y que sirvió para articular a los cristianos revolucionarios dentro y fuera del MIR. El 25 de diciembre de 1967, el Movimiento Camilo Torres, haciendo eco del pensamiento del cura colombiano, repartió, en la misa de Noche Buena, una declaración que iniciaba con una cita de la Biblia. El texto señalaba “Si alguno tiene bienes de este mundo y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo es posible que resida en él el amor de Dios? Juan 3,17”, y a continuación citaba a Camilo Torres, señalando: “Por eso la REVOLUCIÓN no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos”.
- 499 Declaración de Navidad, Movimiento Camilo Torres, 25 de diciembre de 1967. En Ruinas Digitales [en (...)
91Esta declaración denunciaba la existencia de una navidad diferente para ricos y pobres y calificaba a estos últimos como “los condenados de la tierra explotados por el imperialismo internacional del dinero y muertos una y otra vez en los conflictos armados realizados en nombre de la civilización cristiana occidental”. Aludiendo al ejemplo del cura guerrillero y a las enseñanzas de los papas Juan XXIII y de Paulo VI, sus adherentes reafirmaban su compromiso “hasta las últimas consecuencias con los explotados” y la “solidaridad activa con los pueblos que luchan con las armas en la mano para liberarse de los opresores foráneos y nacionales”. Terminaban señalando que “el deber de un revolucionario es hacer la revolución y que el deber de un cristiano es ser revolucionario”499.
92Independiente de la retórica guerrillera de Blest, su pensamiento socialcristiano evidenciaba la contradicción de quien pretendía la liberación obrera, justificaba la violencia, pero era católico. El periodo en que el sindicalista milita en el MIR es anterior a la conformación de la teología de la liberación, por lo que el acercamiento a los pobres seguía siendo una acción pastoril, de redención moral más que material.
93Si Blest aporta con la discusión sobre el sujeto, el aporte de Waiss fue sobre el “instrumento orgánico” y la vía institucional para la revolución. Los estudios sobre el socialismo son emprendidos por Waiss desde su propia experiencia militante. Hay en ellos una visión de épica y una búsqueda de estrategia que se nutre no solo de la experiencia local, sino de las experiencias recogidas en Uruguay, la Unión Soviética y el peronismo argentino.
94El artículo publicado por Waiss en la revista Estrategia, titulado “La metamorfosis”, presentaba la síntesis de su pensamiento, que en definitiva era también la de una generación, la reflexión sobre una época de escisiones y confluencias, agitación, construcción obrerista e intentos reformistas, que terminaba con el último fracaso para la izquierda, el de la vía electoral. En su síntesis de época, Waiss afirmaba:
- 500 Waiss, “La metamorfosis”, op. cit.
Lo que hasta promediar el año 1960 podía considerarse como desviaciones oportunistas, se ha transformado de una manera irreversible en traición política y teórica que ha convertido, tanto al Partido Comunista como al Partido Socialista, en aprendices de régimen de la democracia burguesa. Es decir, la metamorfosis se ha consumado, y el lugar de la vieja social democracia, con su insondable abismo de corrupción y de ilusiones en las reformas concedidas por los órganos del poder burgués, ha sido ocupado en gloria y majestad por los partidos tradicionales de la clase obrera500.
95La cita explicaba las razones por las que la vía electoral y los partidos de la izquierda tradicional no habían podido generar las transformaciones necesarias para la realidad chilena. Esta sanción tenía especial valor en un histórico militante de esa izquierda, implicaba una valoración de la época y una evaluación de la trayectoria, independientemente de que la cercanía de Waiss con la lucha armada haya sido tan efímera como su vínculo con Ibáñez.
- 501 Ibid.
96El texto de Waiss era una historia crítica de los partidos Comunista y Socialista, en la que, con datos y nombres, caracterizaba la lucha de ambas organizaciones por el control de las masas, mientras que por arriba “se integraban al Estado a través de la conciliación y la renuncia a la representación de los intereses de los trabajadores”501. Así las cosas, la izquierda revolucionaria nacía como contraparte del reformismo entreguista y no como copia de la experiencia cubana.
97Por su parte, Luis Vitale proporcionó a la experiencia mirista una visión de la historia latinoamericana. Es decir, un relato que sustentaba el proyecto, lo instalaba como parte de una gesta histórica que se originaba en el pasado y se proyectaba hacia el futuro. Sus estudios sobre la formación social chilena, el carácter de la burguesía latinoamericana y el modo de producción lo situaron en las discusiones continentales dadas desde los años treinta a propósito de la búsqueda de una estrategia de desarrollo para el subcontinente. Este pensamiento fue profundizado y remozado al despuntar los años sesenta, con la aparición de las primeras interpretaciones desde la teoría de la dependencia.
- 502 Vitale cita el artículo de Frank, “Feudalismo no: capitalismo”, aparecido en la revista Monthly Rev (...)
- 503 Vitale, “América Latina…”, op. cit.
98El número 5 de la revista Estrategia publica un extenso artículo de Luis Vitale titulado “América Latina: ¿feudal o capitalista?, ¿revolución burguesa o socialista?” En este artículo, el historiador militante se hacía cargo de la discusión respecto de la revolución por etapas en América Latina, la conciliación de clases y el carácter de la formación social chilena y latinoamericana. Dedicado en homenaje a los argentinos Milcíades Peña y Ángel Bengochea, Vitales decía en su texto coincidir con las apreciaciones de André Gunder Frank respecto de que América Latina no poseía una formación social de carácter feudal sino capitalista502. Argumentaba caracterizando el proceso de conquista como una empresa dentro del desarrollo del capitalismo y definía a la elite criolla que materializa la independencia como “una clase que aspira a gobernarse a sí misma” y, por lo tanto, como burguesía. Este aspecto subjetivo le permitía discutir con las tesis del historiador militante comunista Hernán Ramírez Necochea, aunque coincidía con él en que la elite local no desarrolló una revolución democrática burguesa503.
99Las tesis desarrolladas por Vitale no buscaban discutir con los intelectuales liberales y conservadores –aunque el texto lo hace–, sino contradecir las tesis del “reformismo” político sustentadas en aquellos análisis. Plantea entonces:
- 504 El subrayado es del original. Vitale, ibid.
La estrategia política de los revisionistas se basa en la teoría de la revolución por etapas. Como, según ellos, América Latina ha sido dominada por la oligarquía feudal, es necesario primero hacer la revolución anti-feudal, a cuya cabeza debe ponerse la burguesía progresista […]. La historia ha demostrado que esta burguesía es incapaz de realizar las tareas democráticas.504.
La táctica de la vía pacífica está determinada por la teoría de la revolución por etapas. Los revisionistas garantizan a la respetable matrona burguesa que el parto de la revolución anti-feudal será sin dolor. De lo contrario, no se concibe como esta señora entraría a un frente en el que actuaran desorbitados partidarios de la vía violenta; esos guerrilleros que sin respetar las buenas maneras y los pactos de caballeros pueden saltarse las etapas convenidas expropiando no solo al imperialismo y a la “oligarquía feudal” sino también a sus propios patrones criollos: los industriales progresistas. La nueva generación latinoamericana […] sabe que hay un solo camino para derrotar a los enemigos seculares del atraso continental: la insurrección popular armada para implantar el socialismo
100Los análisis de Vitale se afirmaban en investigaciones y apreciaciones realizadas por latinoamericanos y latinoamericanistas como Silvio Zabala, Nahuel Moreno, Marcelo Segal y Sergio Bagú, aparte de los ya mencionados Peña y Frank. Podemos reconocer, así, un núcleo de pensamiento que estaba reinterpretando la historia latinoamericana y que serviría de sustento para las tesis políticas que se levantaban en el periodo.
101Desde los años treinta, cuando los sujetos analizados inician su actividad política, hasta 1965, año de fundación del MIR, ocurre una serie de transformaciones. Estas permiten que las ideas y las concepciones sobre la revolución también cambien. En esos años, se conforma un nuevo “sujeto revolucionario”: el pueblo; el Estado desarrollista se define, se instala y fracasa; los cubanos hacen su revolución, y el Concilio Vaticano II abre la puerta a un nuevo cristianismo. La estrategia definida en los inicios del MIR es la heredada del sindicalismo clásico y de la concepción de la revolución tradicional. Esta interpretación de la realidad es nutrida con las nuevas experiencias latinoamericanas, pero sin lograr modificarlas ni actualizarlas, están más bien sobrepuestas. La experiencia de los fundadores es valiosa, pero demasiado anclada a las concepciones tradicionales para permitirles dar el salto a las nuevas visiones y dialogar con ellas sin quiebres. Los “viejos” no duraron mucho en el MIR.
- 505 Eduardo Devés Valdés, El pensamiento latinoamericano en el siglo XX. Tomo II. Desde la CEPAL al neo (...)
102Para Eduardo Devés, la discusión sobre el modo de producción latinoamericano se originó en las ciencias económico-sociales ocupadas principalmente para la explicación del proceso de transición de un modo de producción a otro y desde ahí “salió centrifugada para ir a clavarse en la historiografía clavando también en la filosofía y en los estudios sobre la cultura”505. Es así, entonces, cómo las preocupaciones de economistas y sociólogos latinoamericanos por caracterizar el momento histórico para diseñar políticas de intervención terminaron impactando en las interpretaciones del pasado y sustentando proyectos de futuro.
El ascenso de los nuevos intelectuales, 1967-1969
103Desde 1967 la conducción quedó en manos de los jóvenes que, habiendo participado del proceso fundacional del MIR, destacaban por su importante formación teórica. Este grupo era diverso en términos ideológicos, pero compartía el sentido político de una generación. Podemos hablar de un salto, ya que este grupo superaba la discusión clásica de la política de la izquierda chilena y se instalaba de lleno en la discusión sobre cómo llevar a cabo la revolución. Dentro de estos jóvenes estaban los hermanos Enríquez: Marco Antonio, Edgardo y Miguel; Bautista Van Schouwen y Luciano Cruz. Otros se incorporaron a la militancia en este periodo, decepcionados por las políticas del gobierno de Frei Montalva, pesimistas ante la posibilidad de llegar al poder a través de los votos y alentados por los avances de los procesos revolucionarios en el Cono Sur y el comienzo de la represión en países como Argentina y Brasil.
104Este ciclo de la historia fundacional del MIR se abrió con el desarrollo del Tercer Congreso, en el que triunfó la posición de los integrantes más jóvenes que planteaban el inicio de la lucha armada a través de la realización de acciones directas. La posición mesurada de los viejos conductores fue leída como una renuncia a la revolución. Según los jóvenes, las condiciones para el salto revolucionario se generaban en la lucha misma, por lo que no había que esperar.
105Las acciones que se desarrollaron en el periodo fueron, más que de combate abierto, de financiamiento, de propaganda y de sabotaje, y se potenciaban y sustentaban en el rápido crecimiento orgánico y la expansiva inserción social. El MIR no solo crecía en número de militantes, sino también en influencia, en impacto político y en conducción de la organización social. De ello dio cuenta la formación de los frentes de trabajadores, pobladores y estudiantes. En términos orgánicos se crearon los grupos políticos militares (GPM), con los que se dio forma a una organización celular de estructura vertical, que concebía la lucha revolucionaria de forma integral asignando a cada célula tareas de formación política, propaganda y agitación, inserción en las masas y preparación militar.
106El grupo que asumió la conducción del MIR desde 1967 era muy joven, sin trayectoria intelectual previa, por lo que se vuelven intelectuales en el proceso mismo de militancia. Pertenecían, eso sí, en su mayoría, a la elite política, económica e intelectual del país y, como tal, habían recibido una educación formal e informal sofisticada. Las discusiones sobre política, historia y cultura no les eran ajenas.
107Consideramos, entonces, que el MIR fue atractivo para algunos intelectuales clásicos en su etapa fundacional, pero que estos desistieron del rumbo que tomó la organización. Ello llevó a que la organización formara a sus propios intelectuales, jóvenes que si bien no cumplían la función social de intelectuales (no eran escritores, científicos sociales o académicos), se constituyeron en tales al pensar la política y teorizar la práctica –tal como Guevara lo hizo en Cuba–, construyendo un cuerpo teórico para la revolución chilena. A este grupo de militantes intelectuales formados al calor de la construcción revolucionaria se sumaron algunos intelectuales clásicos provenientes de distintas experiencias nacionales y revolucionarias de América Latina.
Los militantes intelectuales del MIR
108Atendiendo a la máxima de Gramsci de que “todos los hombres son intelectuales pero no todos ocupan la función social de intelectuales”, reconocemos en el MIR a Miguel Enríquez y Bautista Van Schouwen como sujetos que, sin ocupar la función social de intelectual, actuaron como tales en el proceso de militancia y en relación con el proceso chileno. En ese sentido es posible compararlos con Ernesto Che Guevara y Carlos Marighella. Su aporte, al igual que el de estos, fue la definición de una estrategia para el periodo.
- 506 Devés Valdés, op. cit.
- 507 Hernández Vásquez, op. cit.
109Respecto de las ideas sobre estrategia político-militar, Eduardo Devés señala que estas estuvieron íntimamente vinculadas a la idea de liberación como centro de la sensibilidad sesentista. Así, el modelo para la elaboración de las teorías sobre la estrategia estaba dado por la lectura del marxismo hecho en Cuba506. Ello significaba la creación de nuevas interpretaciones y la definición de formas locales de hacer la revolución: la matriz era la inexistencia de matrices, la ruptura de las lecturas dogmáticas. Así lo expresaron las experiencias de Castro y Guevara en Cuba, de los Tupamaros en Uruguay o los escritos de Marighella en Brasil. En esta línea se enmarcaron las propuestas estratégicas de Enríquez y Van Schouwen, incluso podemos encontrar diferencias entre las visiones de ambos507.
110Miguel y Bautista pertenecieron al círculo de formación intelectual de los años cincuenta y sesenta. A la dupla podemos sumar la personalidad y el liderazgo de Luciano Cruz. Sus fuentes de formación fueron el Liceo N° 1 de Hombres de Concepción, el Partido Socialista en el caso de Miguel y Bautista y el Partido Comunista en el de Luciano, para finalmente confluir los tres en la Universidad de Concepción. Participaron en las movilizaciones estudiantiles del periodo y vivieron su primera experiencia de creación política en la Vanguardia Marxista Revolucionaria, organización que formaron luego de salir o ser expulsados de sus partidos de origen.
- 508 “Vanguardia Revolucionaria del Pueblo. ¡Insurrección socialista!”, 1964, disponible en la Bibliotec (...)
111La discusión acerca de la estrategia, el impacto de la Revolución cubana, la crítica al electoralismo del Partido Socialista y la derrota en la elección de 1964 fueron los temas a debatir por esta nueva organización y a partir de los cuales surgieron sus primeros escritos políticos. En 1964, la Vanguardia Revolucionaria Marxista publicó un documento, en el que, identificándose como militantes de la Juventud y el Partido Socialista, sus integrantes criticaban las definiciones del XX Congreso de esta entidad por mantener las posturas de alianza de clases y electoralismo y plantearon la tesis de crear una “organización armada de las masas para enfrentar la contrarrevolución gorila con algo más que declaraciones, votos de protesta o discursos parlamentarios”508.
- 509 Ibid.
112La crítica se fundamentaba no solo en el revisionismo interno del partido, sino que, también, en los sucesos latinoamericanos que, a juicio de los firmantes, mostraban que el camino era otro. Cuba mostraba un ejemplo de triunfo. En Brasil, en cambio, se había cometido “el mismo trágico error que ha costado a los trabajadores […] una sangrienta represión sin respuestas, al verse desarmados frente a las hordas gorilas y fascistas dirigidas por Lacerda y los generales reaccionarios”509. Firmaban el documento Enríquez, Van Schouwen, Andrés Pascal Allende y Marcello Ferrada de Noli. Este último firma como director del Instituto Chileno-Cubano de Cultura en Concepción.
- 510 José Carrasco, “Luciano Cruz: su vida y su ejemplo”, Punto Final, Suplemento, N° 138, martes 31 de (...)
113José Carrasco, a propósito de la muerte de Luciano Cruz, escribió en Punto Final que “el proceso de consolidación política iniciado en el año 60 como estudiante secundario, llegaba a su maduración en 1965, convirtiendo a Luciano Cruz en un líder indiscutido en toda la provincia de Concepción con proyecciones nacionales”510. Esta misma consolidación y proyección la podemos extender al resto del grupo; mientras Luciano Cruz se convirtió en un líder de masas, Enríquez y Van Schouwen se definieron como ideólogos desplazando a los viejos intelectuales y enriqueciendo –aunque no desestimando– las definiciones fundantes del MIR.
114Para Gabriel Salazar, la generación intelectual a la que pertenecían Vitale, Waiss y Blest no era dueña de una brillantez comparable con la de otros países de la región. En Chile, la generación capaz de romper con el pasado fue la del 68. Para el historiador:
- 511 Gabriel Salazar y Julio Pinto, Historia contemporánea de Chile. V. Niñez y juventud, LOM, Santiago, (...)
… la generación del ´38, que fue la que gobernó en Chile durante el gigantismo fordista, despertó sucesivamente grandes expectativas y grandes desilusiones. Quien creció zamarreada por los procesos galopantes de inflación y deflación, expectativa y desilusión, fue la generación juvenil del ´68. Pues, tras la gran esperanza de 1938 (Frente Popular, CORFO, industria, Pedro Aguirre Cerda) vivió la desilusión política de 1941, la económica de 1943, la moral de 1946 (masacre de la Plaza Bulnes) y la deslealtad de 1948 (González Videla, Ley Maldita). Tras la gran esperanza de 1952 (Carlos Ibáñez y su escoba barredora de escaladores y fracasados), vivió la desilusión económica de 1955, la rabia de 1957 (saqueo de Santiago y masacre del 2 y 3 de abril) y el desconcierto por la elección presidencial de 1958 (cura de Catapilco, estrecha derrota de Salvador Allende). Tras el efímero sol que iluminó Chile en 1964 y 1965, vivió la desilusión final de 1967-1968, etc. La vivencia encadenada de ilusiones y desilusiones terminó siendo un aprendizaje de cómo no había que hacer las cosas. De cómo podía salvarse el abismo que mediaba entre los “grandes” proyectos y los “pobres” resultados […]. Como sujeto y revolucionario, había, pues, que agigantarse. Era el sino de los tiempos511.
115Enríquez y Van Schouwen compartieron experiencias de origen con un grupo de jóvenes que se convirtieron en críticos y, posteriormente, en ideólogos de las nuevas organizaciones políticas fundadas a la luz de los importantes cambios que se producían en la época. Algunos militaron en el MIR, otros en el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) y parte de ellos en la Izquierda Cristiana, por nombrar las organizaciones más representativas. El desafío de la época era superar la inmanencia de la filosofía y construir desde las necesidades concretas una teoría política, una nueva visión de mundo. Los nuevos partidos buscaban reconstruir el vínculo con el pueblo y en el MIR estimaban que este era la lucha revolucionaria que se construía desde la acción misma.
- 512 Antonio Gramsci, “Relaciones entre ciencia-religión-sentido común, en Antología, Manuel Sacristán ( (...)
- 513 Ibid., pág. 371.
- 514 Miguel Enríquez, “Algunos antecedentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria”, marzo de 1971. (...)
116De esa manera, esta nueva filosofía se “depuraba de los elementos intelectualistas de naturaleza individual y se hace vida”512. Como toda filosofía de la práctica, el pensamiento de estos líderes “se presenta en un principio como polémica y crítica, como superación del anterior modo de pensar”513. De ahí que Enríquez, en el documento titulado “Algunos antecedentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria”, calificara al periodo 1965-1967 como de predominio “del más puro ideologismo”514, donde, pese a las declaraciones, no había una voluntad por desarrollar la lucha armada. La nueva conducción a su mando dispuso de las condiciones para asumir la lucha armada que se materializaría en 1969.
117Calificar a Enríquez y Van Schouwen como intelectuales nos obliga a tensionar la categoría debido a que no son hombres de letras sino más bien sujetos de acción. Sus aportes fueron la sistematización de la práctica y tuvieron las contradicciones de la construcción misma. Eso implicó el uso a veces liviano o poco riguroso de categorías, o de aplicación de conceptos sin definir, que solo se pueden entender a la luz de la trayectoria de los textos y no en un texto en sí mismo. Por otro lado, es necesario plantear que cuando hablamos de intelectuales estamos hablando de una elite, de sujetos que se mueven en un plano más sofisticado que el del sentido común (entendido como el conocimiento vulgar). Con este término nos referimos también a aquellos que, siendo producto de una ideología (entendida como el conjunto de sentidos de una sociedad), son capaces de reflexionar sobre ella y generar una ruptura teórica. Estas cualidades los transforman en intelectuales. Si los cientistas sociales profesionales generan abstracciones de la realidad a partir de la observación, estos pensadores sociales generaron abstracciones y generalizaciones desde la práctica, definiendo la política y creando, de esa manera, el vínculo que Gramsci describió entre los sencillos y los intelectuales.
118En síntesis, la definición de estos militantes como intelectuales está propiciada por varios factores. El primero era su pertenencia a una elite económica y cultural que les permitió participar tempranamente de un contacto enriquecedor con la cultura, así como de discusiones políticas y de temas de actualidad. A eso se suma su privilegiada educación formal desde la secundaria en un liceo tradicional de Concepción y su ingreso a la universidad de la misma ciudad. Por otro lado, la izquierda tiene una tradición ilustrada e iluminista, lo que ha generado, desde siempre, la conformación de círculos de militantes estudiosos de la obra de los ideólogos del marxismo. Tempranamente, Miguel y Bautista habían leído y discutido las obras de Marx, Lenin, Rosa Luxemburgo y Trotsky, entre otros.
119La militancia en los espacios de elite del MIR y su propia vinculación al mundo intelectual les permitieron el acercamiento a sociólogos, economistas, periodistas, escritores y artistas con los que discutieron y ampliaron sus concepciones teóricas. Al momento de esos contactos, la formación de origen de ambos líderes fue de mucha importancia para recepcionar de manera creativa los postulados críticos de los intelectuales latinoamericanos y latinoamericanistas. La afirmación central es que no cualquier militante podría haberse nutrido de la teoría del marxismo latinoamericano generando síntesis y creando concepciones políticas originales; hay una base sobre la cual estas discusiones actuaron que no era solo la práctica política, sino también el capital cultural, la base intelectual de ambos líderes.
Miguel Enríquez
- 515 Mario Amorós, Miguel Enríquez: un nombre en las estrellas. Biografía de un revolucionario, Santiago (...)
120Al momento de la fundación del MIR, Miguel Enríquez tenía 21 años y era parte de una familia de elite profesional y política de Concepción. Se había destacado desde pequeño por su desenfado, crítica y muy temprana afición a la lectura515. El primer referente intelectual de Miguel fue su hermano Marco Antonio, que era estudiante universitario cuando Miguel Enríquez daba sus primeros pasos adolescentes en la política. Marco Antonio fue más tarde profesor de historia, simpatizante trotskista y militante de la Vanguardia Revolucionaria Marxista junto con Miguel y Bautista.
121Los trotskos destacaron por su afición a la teoría, por sus lecturas históricas y por su afán interpretativo del marxismo. Concebían la militancia desde espacios de estudio y análisis intelectual. A diferencia de otros partidos o grupos políticos, los trotskistas sobresalían por su ideologismo, que atravesaba toda la militancia orientándose hacia la construcción de cuadros, entendiendo por esto a un experto conocedor del marxismo. Entre los trotskistas no había una división entre quienes pensaban y quienes hacían, todos pensaban. Esa vinculación política de Marco Antonio, unida a su formación en historia, lo constituyó como un primer ideólogo para Miguel y el grupo de jóvenes que compartió con él.
- 516 Amorós, op. cit., pág. 39-41.
- 517 Boris Bezama, “Entrevista póstuma a Marco Antonio Enríquez. Un fantasma de la izquierda”, Rebelión (...)
122En concordancia con esto, Mario Amorós destaca los factores que influyeron en la formación de la conciencia política revolucionaria de Miguel Enríquez. Estos serían: “la sensibilidad heredada de los valores humanistas de sus padres”, su fascinación por la historia y su condición de autodidacta, que lo acercó a una diversidad de literatura que abarcaba no solo el marxismo, y su relación con su hermano Marco Antonio516. Sobre este lazo, Marco Antonio, en entrevista con El Clarín en 2003, destacó los elementos de confluencia, pero también de tensión. Él no se reconoce como “el ideólogo del MIR”, pero señala, en cambio: “lo que pasa es que a veces le ayudaba [a Miguel] a hacer sus discursos. Le decía cuando estaba hablando huevadas. Una vez La Tercera publicó ‘siniestro personaje desde las sombras teleguía a sus dos hermanos’, tratando de decir que Edgardo y Miguel eran mis títeres. Pero no fue así”517.
- 518 Ibid.
123El peso intelectual de Marco Antonio no estuvo presente solo en la etapa de formación de Miguel, sino que fue importante en la militancia mirista hasta 1972, en que –según su testimonio– fue expulsado de la organización por el propio Miguel. Esto nos permite entender algunas de sus afirmaciones sobre la personalidad de su hermano: “era brillante, pero muy déspota y explotador. En abril del 66, tenía 30 horas de clase en un liceo y le dije a Miguel que necesitaba tiempo. Me respondió ‘estás desertando’. […] En 1967 Miguel se toma el poder del MIR y expulsa a los viejos Enrique Sepúlveda y al sordo Valenzuela y ahí comienza la pendiente insurreccional del MIR”518.
124El mayor de los Enríquez volvió a Chile luego de realizar un doctorado en Francia y se integró como docente a la Universidad de Concepción. Desde ahí realizó tareas de formación política para la militancia. Mario Garcés recuerda la figura de Marco Antonio Enríquez como académico en la Universidad:
- 519 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014.
… él hacía, yo no sé si era Introducción a la Sociología, pero a partir del principio de que no se podía aprender sociología si no se sabía historia. Entonces el curso de Marco Antonio era un curso de historia de las revoluciones burguesas, de la Revolución inglesa y la Revolución francesa, y era un curso exigente. Como te digo, un curso muy respetado, todo el mundo debía pasar ese curso, algunos reprobaban; era un curso duro para los que estaban en primer año de sociología”519.
- 520 Bezama, op. cit.
125En 1972, en el contexto de la elección de rector en la Universidad de Concepción, los hermanos se enfrentaron. Miguel expulsó a Marco Antonio del MIR, acusándolo de “burgués hipercrítico”. Miguel apostaba por la radicalización, que en la coyuntura universitaria significaba la división de la izquierda frente a los candidatos a rector. Marco se opuso y eso desencadenó su expulsión520. Como intelectual y como político, Miguel se desprendió de su hermano, así como se había desprendido antes de los orígenes trotskistas del MIR.
- 521 Se refiere a la admiración por José Miguel Carrera y los abanderamientos que genera el proceso de i (...)
- 522 Vitale, Contribución…, op. cit.
126La pasión de Miguel Enríquez por la historia es recordada por Luis Vitale, quien señaló que era un interés compartido por la familia: “Los Enríquez eran todos carrerinos521, aunque el Bauchi era menos fanático, pues trataba de entender las limitaciones de ambos [Carrera y O’Higgins], que, condicionados por su clase, estaban imposibilitados de tirarse contra los terratenientes y hacer reforma agraria. Calmados los ánimos de los Enríquez, que seguían lanzando dardos contra O´Higgins, se pasó a otro tema: las guerrillas de Lautaro”522.
- 523 Javier Pinedo, “El concepto de Segunda Independencia en la historia de las ideas en América Latina: (...)
- 524 Fernando Martínez Heredia, Si breve…, La Habana, Letras Cubanas, 2010.
127Este interés de Miguel por la historia confluyó con la teoría de la dependencia, la cual instaló una reinterpretación del pasado latinoamericano que permitió volver a preguntarse, en lo local, por los procesos del siglo XIX, por la excepcionalidad histórica chilena. En clave histórica, se hablaba de la necesidad de una segunda independencia523. Enríquez era parte de la generación que intentó reinterpretar la historia cuestionando, por ejemplo, la excepcionalidad chilena que hacía inviable el camino revolucionario524.
- 525 Los Cuadernos de Educación Popular fue una colección de la Editora Nacional Quimantú, dirigida por (...)
- 526 Carmen Castillo, Calle Santa Fe, documental, Les Films d’Ici, 2007.
128La condición de autodidacta de Miguel y su afición por lecturas diversas le permitió diferenciarse de los lectores y reproductores de un marxismo ortodoxo o de manual. A diferencia de aquellos que aprendieron en los Cuadernos de Educación Popular525, Enríquez leyó a Marx, Lenin, Trotsky, Luxemburgo, Sartre, Sorel, André Malraux, Víctor Hugo, Cortázar526, desde una sensibilidad y una sofisticación intelectual que le permitió dialogar más tarde con los más importantes intelectuales del continente.
- 527 Carlos Marx y Federico Engels, Manifiesto comunista, Santiago, LOM, 2012 [1848].
- 528 Michael Löwy, Para una sociología de los intelectuales (la evolución política de Lukács 1909-1929), (...)
- 529 Carla Rivera, “Pensar las comunicaciones en un horizonte signado por la revolución. CEREN y el matr (...)
129Finalmente, la base de la formación ética de Enríquez estuvo marcada por la sensibilidad de su padre: ¿cómo entender esa adscripción a la lucha de los pobres de un sujeto perteneciente a otra clase? Löwy profundiza en la máxima marxista que plantea que un sector de la clase dominante se pasará a la clase revolucionaria en el momento en que el pueblo haya tomado su decisión527 y, analizando el caso de Lukács, recorre la trayectoria de este intelectual pequeñoburgués para explicar cómo la biografía del sujeto se van entrecruzando y tomando forma a la luz de las condiciones de su época528. En Chile, el desarrollo en los sectores profesionales de un humanismo cristiano se fue complejizando con las ideas de izquierda y transitando hacia un humanismo marxista529. El avance de esta corriente política y la impronta revolucionaria de Cuba tensionaron a los sujetos hacia el compromiso político concreto. Por otro lado, la hegemonía del pensamiento de izquierda copó a los sectores intelectuales. Todos estos elementos nos ayudan a comprender la relación entre un hijo de la burguesía con la revolución popular.
- 530 Martínez Heredia, op. cit., pág. 24-25.
- 531 Ibid.
130El testimonio de Fernando Martínez Heredia, director de la revista Pensamiento Crítico en La Habana, permite hacernos una idea de los vínculos intelectuales que Miguel consolidó. El primer encuentro entre Martínez Heredia y Enríquez se desarrolló en Santiago. Manuel Cabieses los presentó y Miguel le explicó lo que era el MIR: “fue muy honesto y no exageró nada, lo que hubiera sido comprensible y era más bien lo usual”530. La figura de Enríquez impresionó al cubano más que cualquier otra, aunque en dicha visita se había entrevistado también con Salvador Allende y Luis Corvalán, entre otros. Recuerda que Miguel le habló “de la necesidad de la acción, de ayudar al Che en Bolivia, de que aunque su organización no fuera todavía gran cosa y la cuestión aún no se entendiera, había que impulsar la lucha armada en Chile531.
- 532 Daniel Avendaño y Mauricio Palma, El rebelde de la burguesía. La historia de Miguel Enríquez, Santi (...)
131El segundo encuentro fue en 1967, cuando Miguel Enríquez viajó como dirigente mirista a Cuba. Ahí recibió instrucción militar y se entrevistó oficialmente con las autoridades revolucionarias de la isla, en especial con Manuel “Barbarroja” Piñeiro532. De ese segundo viaje Martínez recuerda:
- 533 Martínez Heredia, ibid.
Miguel me habló del libro Capitalismo y subdesarrollo en América Latina, de André Gunder Frank, […] compartía la tesis del autor pero tenía algunas opiniones críticas. […] más tarde me mandó a pedir el Tratado de economía marxista de Ernest Mandel. […] Creo que Miguel fue uno de los intelectuales más capaces y más brillantes entre los revolucionarios latinoamericanos de aquella época, a la vez que era el joven distinguido que llevaba una pistola disimulada en el bolso de compras, esa reunión tan difícil en una misma persona, el hombre de pensamiento y el hombre de acción533.
- 534 Amorós, op. cit.
132A los elementos anteriores debemos agregar la importancia de las redes. Como señalábamos más arriba, la pertenencia de Miguel a la elite intelectual y política de Concepción le proporcionó tempranamente un acceso a círculos intelectuales difícil de conseguir para un “hijo del pueblo”. En esos espacios se formó la primera conciencia crítica del líder, misma que más tarde se amplió con nuevos contactos y redes. En su época universitaria, comenzó a generar sus propios vínculos a partir de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica, sin duda un espacio propicio para relacionarse con la intelectualidad en formación y con una elite política joven. Allí confluyeron Rodrigo Rojas (el hijo del poeta Gonzalo Rojas), Marcello Ferrada de Noli (a quien ya había conocido en el liceo), Luciano Cruz y Beatriz Allende. En 1963, a través de su hermano Edgardo, conoció a Andrés Pascal Allende534.
- 535 Un análisis sobre los orígenes sociales de la dirigencia mirista está presente en todos los textos (...)
133Los elementos antes descritos nos permiten reconocer que en el ser intelectual de Miguel Enríquez hay una serie de elementos que se congregaron y lo definieron como tal: sus condiciones, sus redes y el contexto permitieron que desde el MIR construyera un cuerpo teórico para la revolución chilena535. De este cuerpo teórico identificaremos algunos textos que nos permiten seguir la trayectoria de la producción política intelectual de Miguel.
134Para Martín Hernández, los aportes de Enríquez pueden sintetizarse en cinco puntos:
- 536 Martín Hernández Vásquez, “Las concepciones teóricas fundamentales de Miguel Enríquez”, en Pedro Na (...)
(1) una concepción del capitalismo dependiente chileno y latinoamericano, de la cual se desprende (2) la postulación del carácter proletario de la revolución, carácter que exige que se plantee como problema central el problema del poder y, por tanto, (3) una concepción estratégica de lucha por el poder proletario, lucha para la cual se requiere (4) la construcción de un partido revolucionario del proletariado de carácter político-militar, capaz de (5) ponerse a la cabeza de las luchas concretas de las masas en que se va formando la fuerza social revolucionaria536.
- 537 Vitale, Contribución…, op. cit.
- 538 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014. Agradezco también al profesor Garcés el documento citado (...)
135La producción intelectual de Enríquez comenzó antes de su militancia en el MIR. De esa etapa destacan algunos artículos aparecidos en la revista Revolución, editada en Concepción; otros en el órgano de la Vanguardia Marxista Revolucionaria y en El Rebelde, antes de ser el medio oficial del MIR. En 1966, Miguel presentó un texto escrito en el Congreso de la Federación de Estudiantes de Concepción (FEC), mismo que, según Vitale, sería ocupado un año después en el proceso de reforma universitaria iniciado en Chile537. Según Mario Garcés, en este documento Miguel hizo gala del manejo de una gran cantidad de autores que no eran parte del marxismo clásico. En ello se adivinaba la influencia de su hermano Marco Antonio538.
136Para nuestro análisis agruparemos los aportes de Miguel Enríquez en el MIR teniendo en cuenta: escritos sobre estrategia, definiciones y análisis sobre poder popular, concepciones históricas y análisis coyunturales. A partir de estas temáticas reconoceremos los aportes originales y las principales categorías en la retórica revolucionaria de Enríquez.
Escritos sobre estrategia
137La estrategia definida por el MIR en 1965 fue la insurrección popular a partir de una guerra popular y prolongada que generaría las bases para dicha acción del pueblo. Esta definición fue redactada por Miguel Enríquez con la colaboración de Bautista Van Schouwen y Marcello Ferrada de Noli. Más tarde, la estrategia se fue perfilando con más detalles, pero también sufrió transformaciones en relación con la coyuntura, la conducción política de cada periodo y la incorporación de elementos teóricos más sofisticados. Así, la adhesión a la lucha armada en el MIR se nutrió de definiciones tácticas.
- 539 En Naranjo et al., Miguel Enríquez…, op. cit.
138Ejemplo de ello fue el documento titulado “Programa del MIR”, redactado en 1965539. En este se señalaba que la revolución se hacía desarrollando al mismo tiempo las tareas de reforma agraria, antiimperialistas e implementación de medidas socialistas. Esta definición planteaba la superación de la estrategia de revolución por etapas y del gradualismo. En el mismo documento se trazaba el reemplazo del aparato del Estado burgués por la organización popular, desestimando de esta manera la posibilidad de que el desarrollo pudiera ser llevado a cabo por la democracia representativa o el Estado capitalista.
- 540 Manuel Cabieses, “Jefe del MIR saca la cara. Entrevista a Miguel Enríquez”, Punto Final, N° 53, 23 (...)
139Pese a que la estrategia considerada era la lucha armada, Miguel advertía que el uso de la violencia por parte de la organización tenía un carácter político. En ese sentido, y pese a que no condenaba el uso del terrorismo, manifestaba la inconveniencia de su uso para Chile debido a las características propias del proceso540. La discusión sobre las acciones violentas definidas como terrorismo estaban nutridas por la reflexión hecha por Lenin al respecto, pero también por las propias experiencias latinoamericanas. Si bien en pueblos asediados por militares o fuerzas imperialistas las acciones terroristas podían concitar el apoyo amplio del pueblo, no ocurría así en países donde las formas institucionales de expresión estaban abiertas. Esta discusión se nutrió, más tarde, con la incorporación de obras como el Mini-manual del guerrillero urbano (1969) de Marighella o las acciones de violencia desarrolladas por la guerrilla tupamara en Uruguay.
- 541 Mario Díaz, “Con el MIR en la clandestinidad”, Punto Final, N° 81, 17 de junio de 1969. Esta public (...)
- 542 El joven militante, Arnoldo Ríos, murió en un enfrentamiento armado con militantes de la Brigada Ra (...)
140En 1969, cuando el MIR entró en la clandestinidad, Miguel Enríquez dio más luces sobre las definiciones estratégicas. En una conferencia de prensa secreta explicó y justificó los asaltos a bancos identificándolos como expropiaciones para financiar la revolución. Apelando a la empatía que debería tener el Partido Comunista, que también había sufrido represiones y persecuciones en su historia, como en Alemania por los nazis o en el propio Chile en la década de 1940, señalaba que “El MIR sabe de manera concreta que en las bases del PC podrá encontrar auténticos camaradas de lucha”541. La actitud mesurada, dialogante y el ánimo de confluencia se apreció un año después, cuando en un incidente en la Universidad de Concepción murió un militante del MIR por los disparos ocasionados por otro de las Juventudes Comunistas542. A pesar de ello, Enríquez siguió apelando a la unidad del pueblo y a la alianza de la izquierda frente a la coyuntura de asedio desde la reacción conservadora.
141La elaboración teórica sobre la estrategia es relevante en Enríquez, sobre todo a la luz de los acontecimientos nacionales. La coyuntura en la que se creó el MIR era la del triunfo de la Democracia Cristiana, que instalaba una desesperanza en la izquierda respecto de la posibilidad de alcanzar el gobierno a través de elecciones. No obstante, en 1970 la izquierda institucional –esa que abogaba por la excepcionalidad histórica chilena– ganó las elecciones. El texto de 1970 – “El MIR y las elecciones presidenciales”-planteaba la contradicción de las medidas planeadas por la Unidad Popular con los intereses del imperialismo, lo que llevaría inevitablemente a un enfrentamiento en caso de ser aplicadas con rapidez y sin concesiones. A pesar de eso, no descartó la posibilidad de que algún país pudiera avanzar “como fruta madura” hacia el socialismo, pero eso solo sería posible si el campo socialista abarcara la mayoría del planeta, cosa que en ese momento no era posible.
- 543 Ver capítulo III.
142Pese al triunfo electoral, entonces, hay una reafirmación de la estrategia que implicaba asumir que el desarrollo de las tareas modernizadoras, la construcción revolucionaria y el programa socialista se pudieran desarrollar a la vez. En los textos de Miguel se aprecia que valoraba el contexto como un momento de impulso revolucionario. En ese sentido, el proceso institucional no era contradictorio con la lucha de masas. El 26 de julio de 1971, en un discurso pronunciado en homenaje a la Revolución cubana, Miguel planteó la tesis, que se convirtió en tema de discusión entre políticos e intelectuales del país, de la necesidad de crear una nueva legalidad. A través de siete tesis políticas, el líder del MIR explicaba los argumentos por los cuales el Estado burgués debía transformarse para servir los intereses del pueblo. Ese mismo tema fue debatido en dos seminarios convocados desde los dos principales centros intelectuales del país, el CESO y el CEREN, dependientes de la Universidad de Chile y la Universidad Católica, respectivamente543.
- 544 MIR, “Estrategia de enfrentamiento y lucha prolongada contra intentos golpistas de las clases domin (...)
143Algunas innovaciones se integraron al discurso de Miguel y del MIR en diciembre de 1972, cuando en un documento interno este diferenciaba la acción de las unidades operativas, que tenían cierto grado de profesionalización en lo militar, con la de las masas armadas, definidas como “relativamente grandes contingentes de masas de obreros, pobladores y estudiantes que después de ocupar las fábricas, ejerciendo algunas medidas de control local crearan focos de agitación y resistencia en barricadas. Provistos de medios caseros, en la periferia de las ciudades, cercanas a zonas de gran concentración de obreros y pobladores”544.
- 545 Miguel Enríquez, “Discurso pronunciado en el teatro Caupolicán el 17 de julio de 1973”, 1973, en Ar (...)
144Enríquez llevó a cabo una reflexión y esquematización de las formas y acciones que debía adoptar el pueblo organizado ante la certeza de la cercanía de un golpe de Estado, certeza que se fue acrecentando en los meses de 1973 y que se reflejó en el discurso pronunciado en el teatro Caupolicán en julio de ese año, en el que ratificó la necesidad de dar un salto superando la institucionalidad, desarrollando el poder popular y preparándose para resistir, luchar y vencer545.
Escritos sobre poder popular y la coyuntura nacional
- 546 Vitale, Contribución…, op. cit.
- 547 El MIR y los sucesos de Checoslovaquia. En Radrigán, Cecilia y Ortega Miriam (Eds.). Miguel Enríque (...)
- 548 El Mir y los sucesos de Checoslovaquia. En: Naranjo, Ahumada, Garcés y Pinto (Ed). Miguel Enríquez (...)
145Las reflexiones sobre los movimientos sociales y políticos fueron tempranas en Miguel, prueba de ello es que en 1966 escribió un documento titulado “La revolución universitaria”, que un año más tarde fue utilizado en el proceso de reforma546. En 1968, en un documento sobre la coyuntura checa de ese año547, Miguel planteó la existencia de contradicciones en el seno del campo socialista y reconoció la mantención de las divisiones de clases en los procesos que no se habían constituido desde el campo popular y que habían tenido, más bien, una construcción y conducción burocráticas. El rechazo no era a la intervención en sí –ya que el MIR no reconocía como imperialismo las acciones de expansión del campo socialista– sino al contenido que buscaba asegurar la conducción burocrática de la Unión Soviética548.
- 549 MIR, “El MIR responde a Frei”, declaración pública, junio de 1971. Publicado en Punto Final, N° 134 (...)
146Coherente con estos planteamientos, en el texto de 1971 “El MIR responde a Frei” defendió la acción avanzada del pueblo coordinado a través del Movimiento Campesino Revolucionario (MCR) y los Frentes de Trabajadores Revolucionarios (FTR), que realizaron tomas de terrenos y fábricas, y negó que estas acciones fueran de sabotaje. Las inscribió, más bien, en la “Batalla por la conquista del poder para los trabajadores”549.
147En una conferencia de prensa dada en mayo de 1972, Miguel declaró que el Parlamento era la trinchera fundamental de las clases dominantes, por eso se hacía urgente su disolución y reemplazo por una asamblea del pueblo. Para desarrollar niveles efectivos de participación, era necesario construir los consejos comunales de trabajadores uniendo, bajo la conducción del proletariado industrial, a mujeres, estudiantes y los pobres de la ciudad, como los cesantes y los sin casa, en paralelo con los consejos campesinos.
- 550 Marta Harnecker y Víctor Vaccaro, entrevista a Miguel Enríquez, Chile Hoy, Año 1, N° 11, 25 al 31 d (...)
148Las tensiones entre el movimiento de masas y la conducción de la Unidad Popular fueron un tema abordado por Miguel Enríquez en una entrevista hecha por Marta Harnecker y Víctor Vaccaro en agosto de 1972 para la revista Chile Hoy550. El tema fue objeto de debate permanente en ese medio escrito y Enríquez coincidió con los intelectuales que planteaban, desde posturas revolucionarias, que era el gobierno de la Unidad Popular el que debía estar al servicio del movimiento popular y no al revés. En esa lógica, Allende y sus colaboradores debían generar las condiciones para el desarrollo del movimiento de masas y no coartarlo. Así, en lo concreto, fue tomando forma y contenido el debate sobre reforma o revolución.
- 551 MIR, “El MIR y las elecciones presidenciales”. En Documentos. Punto Final N° 104, mayo de 1970
149El documento sobre las elecciones de 1970 fue una muestra valiosa de la preocupación del MIR y Enríquez por las formas concretas en que se manifestaba el capitalismo dependiente en Chile551. En él aparece un amplio interés por definir la especificidad de la formación social chilena, el estado de avance de la organización popular y la forma en que se desplegaba el Estado burgués. Los análisis realizados bajo el método marxista consideraban todos los aspectos integrados que conformaban el momento en el desarrollo de la lucha de clases. En este texto, que explicaba el triunfo de Salvador Allende y la posición del MIR frente a ese acontecimiento, Miguel realizó una descripción de las condiciones económicas en las que se encontraba el país, destacando aspectos como el ritmo de crecimiento, el endeudamiento, la balanza de pagos, la inflación, los índices de ocupación, para luego caracterizar los niveles de movilización popular y compararlos con los del periodo 1965-1966.
150En el apartado “Las respuestas de la clase dominante a las fisuras en la superestructura” analizaba las reacciones del Estado frente a la coyuntura de ascenso en la lucha de masas de los años anteriores a la elección. El análisis de coyuntura proyectaba, a la vez, bajo la perspectiva de la lucha de clases, cómo reaccionaría la clase dominante frente a la administración del Estado por la izquierda y el intento de materialización del programa socialista. Con base en esta proyección el MIR se posicionó.
- 552 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014.
- 553 Radrigán, Cecilia y Ortega Miriam (Eds.). Miguel Enríquez: Con vista a la esperanza. Santiago de Ch (...)
151La revolución fue asumida por Enríquez de manera sistemática e intelectual. La teoría y la práctica eran parte de la militancia, por lo menos en los niveles de conducción del MIR. Había equipos que leían, que analizaban. Durante la Unidad Popular, “el gran desafío del MIR era la comprensión de qué momento vivían y que rasgos tenía el momento, la famosa caracterización del período; ese fue el tema, el dolor de cabeza hasta el final”552. En la misma línea se encontraba el documento interno “Resumen del Comité Central”, del 13 y 14 de noviembre de 1971553, donde se analizaba el carácter de clase del gobierno de la Unidad Popular, la correlación de fuerzas del periodo, el estado de realización del programa de la Unidad Popular y las tareas a desarrollar por el pueblo. Estos documentos de análisis profundos eran complementados por la publicación, de manera periódica, de llamamientos o comunicados del MIR a estudiantes, obreros, campesinos, pobladores y soldados, donde la organización comentaba y se posicionaba frente a los últimos sucesos acontecidos en la realidad nacional.
Interpretaciones históricas
152Como casi todo el pensamiento social de la época, el análisis político de Miguel tuvo una perspectiva histórica. Desde la aplicación de un marxismo historicista reconoció las fuerzas en pugna e identificó las particularidades de la realidad latinoamericana desechando, eso sí, la excepcionalidad chilena. Como afirmación básica hay que establecer que Enríquez desestimaba las interpretaciones que planteaban que en América Latina existía un modo de producción feudal. Por el contrario, adscribía a las lecturas que planteaban la existencia de un capitalismo dependiente en la región.
- 554 Hernández Vásquez, “Las concepciones…”, op. cit.
153En concordancia con esa premisa cuestionaba el carácter de política burguesa a la reforma agraria, ya que, según estos argumentos, la medida no solo modernizaría el campo, sino que generaría condiciones para la movilización popular en el mundo rural, formando parte así del proceso de organización e insurrección revolucionaria554. La negación del feudalismo latinoamericano implicaba también negar la necesidad de la revolución democrática burguesa como etapa previa a la revolución socialista.
154La visión de conjunto que tenía Miguel Enríquez de la realidad latinoamericana y la perspectiva histórica en el análisis fue favorecida por los vínculos establecidos por el MIR con otras organizaciones continentales:
- 555 Vitale, Contribución…, op. cit.
Durante 1966-1967 el Secretariado Nacional redobló sus contactos con los movimientos revolucionarios latinoamericanos, especialmente con el MIR de Perú, Bolivia y Venezuela, el grupo peruano de Hugo Blanco, el PRT argentino, los Tupamaros y con “Política Operaria” a través de sus militantes refugiados en Chile, como Dos Santos, “quien estuvo en varias reuniones de nuestro secretariado”555.
155El acercamiento a realidades distintas, los éxitos y los fracasos de los movimientos observados y los vínculos con intelectuales formados en las ciencias sociales hicieron necesario y posible el enfoque histórico para explicar la realidad. La revolución no era solo un problema militar.
156El texto titulado “El MIR y los sucesos de Checoslovaquia” tuvo esa impronta historicista que nutrió la reflexión del periodo. En él el MIR no solo condenó la invasión soviética a Checoslovaquia, sino también se explayó en una interpretación histórica de los sucesos explicando cómo se crearon las contradicciones que llevaron finalmente a oponer a las dos variantes socialistas, la de derecha, que anhelaba los vínculos y las aperturas hacia el capitalismo, y la de izquierda, que impulsaba la creación de un socialismo popular.
157A juicio del MIR, la invasión se realizó en contra de la vertiente de izquierda, pues el socialismo burocrático siempre ha mantenido vínculos económicos con el empresariado capitalista. La condena, entonces, era a la represión del socialismo popular y revolucionario checo. Los sucesos de 1968 en ese país también le dieron pie a la organización para cuestionar las posturas del Partido Comunista nacional que –atendiendo a la excepcionalidad chilena– intentó imitar la vía institucional al socialismo. El documento se pregunta: ¿es ese el proceso que se pretende imitar?
158La interpretación de la historia de Chile desde la perspectiva del desarrollo del capitalismo dependiente también está presente en el análisis que hizo el MIR de las elecciones de 1970. La organización, pese al triunfo de la izquierda institucional, ratificó la opción por las armas aduciendo razones históricas que tenían que ver con la forma en que actuaba el imperialismo en defensa de sus intereses. Los ejemplos de Guatemala y Brasil le servían para justificar la tesis.
159Los análisis de Miguel Enríquez estaban nutridos por las lecturas de Marx, Lenin, Luxemburgo, pero también Vitale, Frank y Guevara. En su pensamiento hubo una reflexión amplia y profunda sobre la formación social chilena, las formas en que se expresaba el movimiento popular y la estrategia revolucionaria. Sin embargo, respecto del partido, hubo más una aplicación de las tesis leninistas –sirviéndose de las discusiones ya dadas por los clásicos marxistas– que una creación propiamente tal. Los Grupos Políticos Militares (GPM) son una innovación importante, pero desde la concepción clásica de partido, que les asignaba un rol de vanguardia en la relación con las masas.
160La otra problemática sobre la cual el MIR y Enríquez no reflexionaron fue la del rol que jugaba el partido en el despertar de las masas a la conciencia revolucionaria. Lo que había era la aplicación de la máxima “la conciencia revolucionaria se crea en la lucha revolucionaria”. Lo problemático fue que hubo un proceso acelerado de reacción de los sectores conservadores de la elite nacional, que no encontraron resistencia efectiva en los sectores populares que se suponía estaban en el tránsito hacia la plena conciencia revolucionaria. ¿Habría confundido Miguel Enríquez los sentimientos momentáneos de las masas con la conciencia revolucionaria?
Bautista Van Schouwen y la política del MIR hacia los intelectuales
161Bautista Van Schouwen pertenecía, al igual que Enríquez, a una familia de profesionales. Sin embargo, los vínculos con las elites intelectuales y políticas no fueron en su niñez tan extensas como las del líder penquista. Una de las razones es que Bautista nació y vivió en su infancia en el norte de Chile, donde la densidad intelectual era menor. Otra es que, a diferencia de los Enríquez, los Van Schouwen no tenían vínculos políticos. Debido a esto, las primeras referencias intelectuales de Bautista serán las de la familia de Miguel y las relaciones formadas en el Liceo 1 de Concepción, cuando se traslada a vivir a dicha ciudad.
- 556 “Carta de Bautista a su madre”, 15 de febrero de 1969, en Las Historias que Podemos Contar [en líne (...)
162Pese a la importancia que estos nuevos amigos tuvieron en la formación teórica de Van Schouwen, él asignaba un rol central a su madre en la conformación de su ser intelectual. En una carta dirigida a ella le comenta “mi tragedia quizá radique en ser lo suficientemente inteligente y capaz –inteligencia de la cual tú eres partícipe generadora– para descubrir y despreciar la falsa apariencia de comunión humana que reina en esta sociedad, y buscar y luchar por otra más profunda, la esencia misma de ella”556.
163Sus primeras publicaciones fueron en la revista de la Vanguardia Revolucionaria Marxista y, en general, serán en coautoría con Enríquez. Al igual que este, mostrará muy tempranamente su genio intelectual. Respecto a esto Vitale señala:
- 557 Vitale, Contribución…, op. cit., pág 14.
Recuerdo que recién en este congreso comencé a darme cuenta de las dimensiones de la formación teórica de Bautista Van Schouwen. Personalmente lo había conocido en las reuniones previas a la fundación del MIR, pero no había calado a fondo su densidad de pensamiento. Lo volvía a ver en el Congreso de Fundación: alto, pálido, reflexivo, contento pero en cierta medida angustiado –en el real sentido de la angustia creativa– por la responsabilidad que asumíamos: generar un Movimiento de Izquierda Revolucionaria, inspirado en el marxismo revolucionario y en el ejemplo de la Revolución cubana, que cortó en dos la historia latinoamericana. El Bauchi comenzó a hablar por la boca de los nuevos tiempos […] [le preguntó de dónde sacaba los conceptos y le contestó que de Marco Antonio Enríquez].557.
En el II Congreso me llamaron la atención sus intervenciones sobre el pensamiento de Rosa Luxemburgo: el significado de las huelgas obreras, generadoras de los primeros soviets en la Revolución rusa de 1905, luego en un aparte del congreso me dijo que los libros de “la Rosita” siempre estaban en su mesita de luz, junto a los del “barbón” Marx, el “pelao” Lenin y el “pera” Trotsky, […] necesito que me ayudes en el estudio de un libro muy difícil de Rosita: La acumulación del capital
- 558 Hernández Vásquez, El pensamiento…, op. cit.
164Bautista fue nombrado miembro del Comité Central en el congreso fundacional del MIR y ratificado en los congresos de 1966 y 1967. En este último año también pasó a ser miembro de la Dirección Nacional. Ocupó, asimismo, los cargos de secretario general del Regional de Concepción y desde fines de 1968 se convirtió en director de El Rebelde558, el principal medio de difusión del MIR.
165En un trabajo publicado en 2004 por Martín Hernández Vásquez, en el que recopila algunos escritos de Van Schouwen, el autor realiza una clasificación de las ideas del joven revolucionario rescatando lo que, a su juicio, son sus principales aportes al pensamiento revolucionario. Para este apartado, la dimensión de Bautista que nos interesa es la menos analizada, es decir, su relación con las actividades de agitación y propaganda, la dirección de El Rebelde, las actividades culturales y los vínculos con los intelectuales revolucionarios.
166Esta relación ha quedado explicitada por los testimonios de algunos protagonistas de la época. Uno de ellos es Antonio Sánchez García, profesor e investigador de la Universidad de Chile, compañero en el CESO de Tomás Amadeo Vasconi y Marco Aurelio García, con quienes comenzó a militar en 1971. En su testimonio, escrito para una publicación antichavista en diciembre de 2002, Sánchez señala:
- 559 Antonio Sánchez García, “Hugo Chávez y Salvador Allende”, Analítica, 28 de diciembre de 2002. “Para (...)
De simpatizante, pronto me encontré formando parte de la militancia, dirigiendo la política universitaria del partido y trabajando como adjunto a Bautista Van Schouwen, “Jorge”, el segundo hombre más importante de la Comisión Política detrás de Miguel Henríquez, y encargado del aparato cultural. Recuerdo haber dormido tres o cuatro horas diarias entre interminables, muy fatigosas y áridas discusiones con periodistas, cineastas, cantantes e intelectuales del MIR. La más ingrata de las tareas imaginables para un funcionario de la revolución, como era mi caso: encargarse de la intelligentzia individualista e inconforme de la pequeña burguesía chilena559.
- 560 “Ex Mirista que hoy lucha contra Hugo Chávez”, El Mercurio, 1 de noviembre de 2001.
167Sánchez García fue comunista en su adolescencia, estudió historia en el Pedagógico de la Universidad de Chile y un posgrado en Alemania. En sus memorias recuerda de manera positiva su paso por el MIR, sobre todo para su formación intelectual. A propósito de una entrevista para el periódico El Mercurio señala: “Esa militancia me enriqueció política e intelectualmente. Su dirección estaba formada por cuadros muy talentosos, particularmente Miguel Enríquez, su secretario general, y Bautista Van Schouwen, el segundo de a bordo”560.
168Andrés Pascal Allende también se refiere a las tareas a las que estaba asignado Bautista, explicando la importancia que comenzaron a adquirir las comunicaciones y la cultura después de 1969:
- 561 Andrés Pascal Allende, “El MIR, 35 años. Un atajo revolucionario”, Punto Final, 25 de agosto de 200 (...)
También prestamos gran atención al desarrollo de una capacidad propia de comunicación. En todo núcleo mirista había un encargado de impulsar y coordinar las actividades de AGP, que a su vez eran respaldadas por los talleres locales y regionales (que contaban con medios rudimentarios de reproducción). Constantemente se estaba realizando una acción agitativa. Desarrollamos medios de comunicación nacionales como El Rebelde (quincenal), periódicos mensuales por frentes (MCR, FTR, etc.), programas de radio, actos de masas, y organizábamos campañas nacionales en las cuales se coordinaba el esfuerzo de todo el MIR y de las organizaciones sociales revolucionarias. En el período de la UP creamos una estructura nacional encargada de la producción y diseño creativo para los diversos medios comunicativos (lenguaje escrito, oral, plástico, audiovisual, musical, etc.), que generaron una verdadera “estética mirista”. Bastaba mirar de lejos un afiche del MIR y se le identificaba de inmediato por su diseño y colorido. Adquirimos una imprenta y una radio. En poco tiempo el MIR logró animar una amplia corriente revolucionaria en el movimiento artístico y cultural, destacando su presencia entre los cineastas, poetas y escritores, el teatro, la danza, la música, etc. El más entusiasta impulsor fue Bautista Van Schouwen, quien percibía con mucha claridad que la cultura se estaba constituyendo en un eje fundamental de la acumulación de fuerza revolucionaria561.
- 562 Laura Jordán, “Cantando, al MIR y al Frente: cita y versión de dos canciones militantes de Patricio (...)
169La sensibilidad artística y la hegemonía cultural de la izquierda permitieron que un grupo importante de ellos traspasara las barreras de la legalidad y se vinculara al MIR. De esos podemos señalar algunos nombres: los actores Edgardo Bruna, Nelson Villagra y Shenda Román y el escritor, cantante y compositor Patricio Manns, que fue militante del MIR desde fines de los años sesenta hasta 1979, momento en que ingresa al Partido Comunista562. Los espacios de creación cultural más importantes estarán en Santiago y en Concepción. En la segunda ciudad destaca el Teatro de la Universidad de Concepción (TUC) como un espacio de desarrollo del teatro experimental de carácter vanguardista. También sobresale el ICTUS en Santiago, entre otros, como espacio de teatro de contingencia y creación colectiva.
- 563 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
170Pero los insumos que estos militantes podían entregar al MIR de manera directa no tenían el peso de los proporcionados por los científicos sociales. Por otro lado, el MIR no se caracterizaba por “pautear” las tareas profesionales de los militantes, por lo tanto, no podemos hablar de un movimiento artístico del MIR. Lo que sí podemos afirmar es que la militancia mirista fomentaba en los artistas un vínculo con los problemas de la época y las luchas sociales, lo que no era solo una cualidad de los artistas de esta organización, sino de todos los artistas de izquierda. Esto permitió a la dirección mirista entender que “la cultura es un arma de lucha y que había que lograr un cambio cultural en las distintas expresiones artísticas, era importante y así surge el ballet del MIR, los cineastas, los documentales”563.
171El papel de Van Schouwen en el ámbito de la cultura y la difusión de ideas es más fácil de seguir a través de su rol en El Rebelde. Bautista pasó a estar a cargo de este en 1969, pese a que aparecía como director Andrés Pascal Allende. El Rebelde era un periódico leído fundamentalmente por la militancia. Aunque se vendía en los quioscos y que los aspirantes a ingresar al MIR actuaban como sus promotores y vendedores en las puertas de las empresas, era un periódico de difícil lectura. Una letra pequeña, una tipografía en rojo y negro y una selección de contenidos muy políticos, muy denso. El MIR imaginaba a los pobres del campo y la ciudad con un nivel de conciencia y una relación con la política muy profundos.
- 564 Entrevista a Eduardo Santa Cruz, noviembre de 2014.
172El Rebelde fue creado bajo las concepciones leninistas de la prensa revolucionaria, es decir, la del diario como un organizador y propagandista564. La idea era poder contactar a los militantes de un partido clandestino y compartimentado, de manera de llevar la línea política a sus miembros sin que fuera necesario el contacto directo. El MIR crecía a pasos agigantados y El Rebelde, por lo tanto, cumplía una importante función.
- 565 Eduardo Santa Cruz Achurra es profesor titular de la Universidad de Chile, periodista titulado en l (...)
- 566 Entrevista a Eduardo Santa Cruz, noviembre de 2014.
173En 1973, Eduardo Santa Cruz565 comienza a trabajar en El Rebelde bajo la jefatura directa de Bautista. Santa Cruz había sido presidente del Centro de Estudiantes de Periodismo en la Pontificia Universidad Católica de Santiago, donde conoció al líder mirista: “Bautista siempre iba a los actos y actividades de la Católica, le tenía un cariño especial a la gente de ahí por haberse desarrollado en esa universidad la Reforma”566. Santa Cruz estuvo también, entre 1971 y 1972, a cargo de los militantes de esta universidad:
En marzo de 1973 me encontré en la calle, así de frente, con Bautista Van Schouwen que venía de Punto Final […] yo tenía 23 años recién cumplidos […] me dijo, tení que venirte pa’l diario… y me llevó pa’l diario.
El Rebelde salía los lunes y se hacía el viernes en la noche y el sábado y el periódico se hacía con un equipo de periodistas. Ese equipo lo dirigía Van Schouwen. Se hacían además un par de reuniones a la semana, de pauta del diario y además de análisis político. Van Schouwen lo que hacía era entregar un informe político, iniciar la discusión y decía, “ ¿bueno, cómo vamos a tratar esto?” Era muy bueno, porque era una discusión política muy a fondo, que él dirigía y provocaba y todo eso lo dirigía él. El viernes se quedaba toda la noche.
- 567 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
174Pese a la poca claridad de cómo crear una cultura para el pueblo o cómo llegar al pueblo a través de la cultura, el MIR va profesionalizándose en ese aspecto. El GMP 10, ubicado en Santiago, se especializa en los temas de comunicación y propaganda, entre ellos de El Rebelde. Según Pascal Allende: “se intentó producir una imagen, un estilo, que tiene una influencia enorme. Nosotros mismos no nos dábamos cuenta, pero hasta el día de hoy, si tú agarras cuatro diarios de la época y, entre ellos, El Rebelde, vas a ver que hay una estética”567.
- 568 Fue detenido en 1974 y expulsado del país. Desde México organiza su regreso y entra clandestinament (...)
175Con Van Schouwen en El Rebelde trabajaba una pareja de mexicanos que diagramaba. Uno era Fernando Vergara Vargas, diseñador gráfico y publicista. Había estudiado en la Universidad Nacional Autónoma de México568. Vergara va a hacer un importante aporte a la difusión de las ideas del MIR en el campo:
- 569 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
El Rebelde para el campo […] no era normal, sino que la tipografía era de letras cursivas. ¿Por qué?, porque hubo un mexicano, que estudiaba comunicaciones y empieza a hacer un estudio para ver qué pasaba con El Rebelde. Entonces descubre que la gran parte de los campesinos lo leían, los que sabían leer.569.
La forma de leer El Rebelde era que en las tardes o en las noches se sentaban en círculos y el que sabía leer les leía. Pero el que sabía leer había estudiado en una escuela primaria y no conocía la letra imprenta; para él la letra que él sabía leer era la cursiva, entonces al compadre se le ocurrió que había que cambiar la letra para esa área. Entonces empezó a leer sobre el papel de los colores y para nosotros el rojo y negro, que tenía mucho significado, para esos campesinos no tenía mucho significado, eran mucho más importante el verde y el negro. Entonces pasa a hacerse una versión de propaganda para el campo verde y negro. Ahí tienes el esfuerzo teórico de una persona, aplicado a una realidad concreta
176La organización revolucionaria tuvo, en 1973, una experiencia radial interesante que obligó al partido a mirar al pueblo de manera más amplia. El MIR compró una radio que era la única que trasmitía la hípica en directo; contaba, por lo tanto, con un público cautivo grande. La radio era La Radio Nacional y como director fue nombrado Ernesto Carmona. Gladys Díaz quedó como jefa de prensa y Eduardo Santa Cruz como subjefe de prensa. El miembro de la Comisión Política que estaba a cargo era Bautista. Así, no es que Van Schouwen tuviera solo el vínculo con intelectuales y artistas, sino que estaba a cargo de la política cultural y de agitación, propaganda y comunicaciones.
177En esta experiencia el MIR se vinculó de manera más abierta a la comunicación popular y no convirtió a la radio en una especie de El Rebelde radiofónico, sino que dejó los mismos programas. Lo que cambió fue el noticiario y, de manera paulatina, se fueron incorporando otros programas nuevos. El subjefe de prensa recuerda su rol en la conducción del programa de hípica:
- 570 Entrevista a Eduardo Santa Cruz, noviembre de 2014.
Un día Van Schouwen me pregunta: “ ¿Oye, es cierto que a ti te gustan los caballos?” “Sí”, le respondo, “me gustan”. Y me dijo: “ ¿Tú te podí hacer cargo de eso, entonces? Me tienen loco llamándonos por teléfono, preguntando por qué no les trasmitimos las carreras. ¿Tú sabes cómo hacer eso?” “Bueno, yo lo hago”, dije.570.
Entonces partí al Club Hípico y al Hipódromo y pedí credencial. Me miraron con una cara… porque ya sabían quién se había comprado la radio. Los días de carrera hacía un programa en la noche, no trasmitía las carreras, pero hacía el programa. Yo hice eso hasta el día del golpe
- 571 Ibid.
178Si el carácter de El Rebelde estaba definido de acuerdo con las concepciones de Lenin sobre las comunicaciones, no sucedió lo mismo en el caso de la radio. Santa Cruz, que también estaba a cargo del noticiario del mediodía, explica que se dieron discusiones internas sobre el carácter de la radio. Los miristas estaban aprendiendo y Bautista rápidamente se da cuenta, por ejemplo, que no puede eliminar el programa de hípica. La radio era otra cosa, estaba dirigida a la comunidad y no a la militancia, no había ningún control sobre quiénes la escuchaban, por lo que se la empezó a entender como un servicio. Si el MIR quería que la audiencia escuchara su noticiero, debía trasmitir la hípica, el programa de tangos y otras cosas. Son dos estrategias comunicacionales muy distintas571.
- 572 Entrevista a Eduardo Santa Cruz, noviembre de 2014.
179La radio significaba entender y valorar el mundo popular, con sus gustos, y Van Schouwen comienza a hacerlo. No le gustaba el fútbol – opio del pueblo– sin embargo, viendo jugar a la selección chilena en un restaurante con los periodistas y trabajadores de El Rebelde, se da cuenta del impacto que causaba y la importancia que tenía para la identidad popular572. Si bien no se trataba de un proyecto de radio popular, era una nueva forma de comunicarse con el pueblo y eso estaban aprendiendo. Van Schouwen iba todos los días a la radio y escuchaba ahí el noticiario de la noche desde el hall de la emisora. No intervenía en la programación de la radio, ni en los aspectos formales del periódico, su orientación era política, pero reconocía las experticias de los profesionales.
180La experiencia de la radio fue corta. Un par de semanas antes del golpe, Miguel Enríquez asiste a la reunión de análisis de El Rebelde y les dice, con una claridad absoluta, que el golpe es inminente y que no hay ninguna posibilidad de resistir. Era dramático, pero no tanto, ya que los dirigentes del MIR veían el periodo que se vivía como una etapa de la revolución, que iba a tardar, por lo que había que preocuparse de construir las bases sociales y políticas. El golpe que llegaría, según él, generaría condiciones distintas para la construcción revolucionaria, pero no terminaría con ella.
Punto Final y el MIR
- 573 Pascal Allende, “El MIR, 35 años…”, op. cit.
Para impulsar [la] acción comunicativa tuvimos que esforzarnos por desarrollar una capacidad de intervención en ese campo. Buscamos la colaboración de intelectuales muy destacados, como André Gunder Frank, Vasconi, Ruy Mauro Marini (que llegó a ser destacado miembro de nuestro Comité Central), Theotonio dos Santos, etc. Ellos nos ayudaron a fundamentar teóricamente nuestra propuesta revolucionaria. Desde temprano había comenzado a colaborar con el MIR Manuel Cabieses, entonces “joven” director de Punto Final (quien más tarde llegó a ser miembro del CC y de la CP), José Carrasco (miembro del CC), Augusto Carmona, que dirigió la toma del Canal 9, Máximo Gedda y Diana Arón, periodistas de TV, Mario Calderón Tapia de Valparaíso, Mario Díaz, y muchos periodistas más que desde los diversos medios en que trabajaban jugaron un papel fundamental573.
181El MIR crece a la par del desarrollo de la sociedad de masas. Consciente de eso, la imagen que proyectaba en los medios de comunicación no les era indiferente. La prensa, sobre todo, cumplirá un rol fundamental en la construcción de la misma hacia el pueblo, por lo que la organización se cuidará de implementar una política hacia los medios de comunicación. La relación entre el MIR y la prensa siempre fue conflictiva, más aún cuando la mayoría de los medios de prensa estaban en manos de los grupos económicos nacionales. La primera “riña” pública va a ser con un periodista de Concepción: Hernán Oses Santa María, del diario Últimas Noticias de la Tarde, a quien un comando del MIR secuestró en represalia por la “difamación” de la que habían sido objeto en el periódico. Esta acción, mal hecha y sin consenso al interior de la organización, generó el paso a la clandestinidad de los líderes miristas.
- 574 Andrés Pascal Allende, El MIR chileno: una experiencia revolucionaria, [Argentina], Cucaña, 2003, p (...)
- 575 Ibid.
182Este operativo, más que una política, fue una reacción frente a la cobertura que la prensa hacía de las acciones del MIR y el desprestigio que implicaba para las figuras políticas de la organización. Sin embargo, desde 1969, momento en que los revolucionarios comienzan a hacer asaltos a bancos, el rol de la prensa cobrará mayor importancia. Andrés Pascal relata que cuando el MIR comienza a asaltar bancos, la preocupación de sus dirigentes era trasmitir los objetivos de dichas acciones. Para eso, Enríquez concertó una reunión secreta con el director del diario Clarín, Darío Saint Marie (Volpone): “le propuso darle todas las primicias de las acciones a cambio de un trato justo en las páginas del diario”574. El trato se concretó, y así, cuando asaltaron por segunda vez la sucursal Vega Poniente del Banco del Trabajo, “El titular en primera plana de Clarín fue ‘Cabros del MIR pasaron a recoger su mesada’”575.
183Dentro de la política de difusión, cultural y hacia los medios cabe la relación con la revista Punto Final. Aunque esta no era una publicación del MIR, es imposible desconocer el importante rol que cumplió en la difusión de los principios de la lucha armada en general y de las luchas y los discursos del MIR en particular. La cobertura que los medios de comunicación hacían al MIR era amplia, pero, obviamente, desde la crítica. Punto Final permitía un acercamiento “amable” a sus dirigentes – en especial a Miguel Enríquez– a través de entrevistas y la publicación de sus declaraciones. Desde 1967, momento en que Manuel Cabieses comenzó a militar en el MIR, la presencia de los miristas se hizo cada vez más recurrente en sus páginas, pero también es necesario señalar que era un momento en se estaba llevando a cabo un trabajo de inserción de masas y, por lo tanto, la organización tenía una mayor presencia en la política.
- 576 Entrevista a Manuel Cabieses, enero de 2014.
184Vinculado a la revista Punto Final hubo un grupo de periodistas miristas que en ningún caso se definieron a sí mismos como intelectuales, pero que cumplieron un importante rol al traducir la política de la organización en este medio de comunicación. Cabieses, director de la revista y el nodo de la red de periodistas que se articuló desde ahí, señala que jamás recibió una instrucción respecto a lo que había que publicar o no, sin embargo, reconoce tensiones con la dirigencia mirista frente a algunos números de la revista que no habían gustado al interior de la organización576.
185Haciendo una evaluación ex post nos damos cuenta de que al MIR le habría resultado muy beneficioso tener el control de un medio de comunicación escrito masivo, sin embargo, su política fue tan solo la de mantener la presencia en el medio. En ese sentido, cabe preguntarse si esta decisión respondía a las pocas capacidades del MIR en esa área o realmente encontraba beneficioso el vínculo indirecto para llegar a las masas. Esta interrogante se hizo más pertinente aún cuando Cabieses, insistimos, militante del MIR y director de Punto Final, defendió la “independencia del medio”, lo que adquiere mayor complejidad cuando reconocemos en la reivindicación de autonomía un reclamo liberal respecto de la función intelectual.
186A juicio de Cabieses, el MIR no necesitaba controlar a Punto Final porque la orientación de la revista era coincidente con la política de la organización y, por lo tanto, él se sentía bajando la línea del partido cuando participaba en las asambleas de trabajadores de la prensa, no así como director de la revista. A diferencia de otros intelectuales analizados en este estudio, los periodistas reivindicaron una autonomía y una “profesionalización” de su labor. Al parecer, no se consideraban intelectuales y asumieron más bien su labor como una técnica. Es curioso, porque criticaban a la prensa burguesa desde los principios liberales denunciando el sesgo de las publicaciones, la mala intención, la tergiversación de la realidad y la persecución a algunos líderes miristas.
- 577 Entrevista a Eduardo Santa Cruz, noviembre de 2014.
187Consecuente con ese criterio de denuncia, se planteaban como objetivo superar la censura, la eliminación del sesgo, la independencia de todo partido y la pluralidad como elemento característico en su línea editorial. Este argumento fue reforzado por Eduardo Santa Cruz (periodista y militante del MIR citado más arriba) cuando explica que, al entrar a trabajar a Punto Final como periodista, ni su vínculo ni su función eran militantes577. A pesar de que no era independencia o pluralismo lo que encontramos en Punto Final, resulta contradictorio el lugar desde donde se evaluaba el rol de la revista.
- 578 A propósito de Gladys Díaz, Marta Zabaleta señala en una entrevista: En 1971, “una de las integrant (...)
- 579 Entrevista a Manuel Cabieses, enero de 2014.
188Entre los periodistas más relevantes de Punto Final estaba Gladys Díaz578, dirigente del MIR y perteneciente al Frente de Trabajadores de los Medios de Comunicación. Díaz escribió varios de los artículos económicos en la revista en los que se intentaba trasmitir de manera simple el complejo tema de las nacionalizaciones e indemnizaciones. Estas densas temáticas eran recurrentes en la revista, que aspiraba a ser un órgano de reflexión rehuyendo el academicismo579. La figura de Díaz nos permite indagar un poco más en las relaciones y funciones que cumplían los intelectuales al interior del MIR. Ella era miembro del Comité Central, estaba también vinculada orgánicamente al Frente de Trabajadores, era la encargada de los periodistas al interior de este, y era presidenta del Sindicato de Trabajadores Radiales.
- 580 Ibid.
189En el caso de Manuel Cabieses, él estaba vinculado orgánicamente al GMP 7, una célula de la estructura del centro de Santiago: “Ahí militaban hartos periodistas, pero no eran solo periodistas, y realizábamos el análisis de la situación política nacional, leíamos los documentos de la Dirección, opinábamos respecto de la política de la organización”580. El rol político de los periodistas adquirió más relevancia en el contexto de la guerra comunicacional levantada por los medios de comunicación controlados por la Democracia Cristiana y la derecha durante el gobierno de Allende. No obstante, ese papel fue más bien de organización gremial y de denuncia.
- 581 Idem.
190A propósito de esto, Cabieses reconoce haber participado en las discusiones que, desde su posición académica, planteaba Armand Mattelart en torno a la necesidad de revolucionar las comunicaciones. Sin embargo, dice, “estuvimos muy lejos de ser una revista que revolucionara el periodismo”, “hacíamos lo que podíamos, lo que la coyuntura nos iba dictando”581. Así, los sujetos que trabajaban en Punto Final eran revolucionarios en su adscripción, pero no podían serlo en su dimensión profesional.
191Gladys Díaz, ícono de esas militantes revolucionarias, adquirió más renombre aún en su medio cuando se negó a recibir un premio otorgado por la Fundación Helena Rubinstein, que consistía en un diploma y 500 dólares. Punto Final hizo gala del gesto y publicó:
- 582 F. C. M., “A otra parte con ese premio”, Punto Final, N° 148, 4 de enero de 1972.
Rechazó el Premio “Helena Rubinstein”, que todos los años se otorga a una mujer periodista, denunciando lo que ese galardón significa en la actual coyuntura de nuestro país. Señaló Gladys Díaz que la Fundación “Helena Rubinstein” es apéndice de un monopolio que explota a centenares de trabajadores. Su negocio es hacer de la mujer un objeto, separándola ideológicamente de las luchas de liberación que hoy sostienen los trabajadores en todo el mundo. Junto con otras fundaciones norteamericanas, que patrocinan premios de literatura, artes, ciencias, periodismo, etc., la Fundación “Helena Rubinstein” trabaja en la línea de pavimentar con dólares y publicidad la penetración cultural en nuestros países. El procedimiento de crear fundaciones, que les permiten evadir impuestos y aparecer en funciones “filantrópicas”, es la norma usual de los monopolios norteamericanos: Ford, Rockefeller, Kellog, Mellon, etc. Algunas de esas fundaciones, como ha sido probado, facilitan sus canales a la CIA para el trabajo de penetración de esa agencia norteamericana.582.
Gladys Díaz, en gesto que honra a los periodistas de izquierda chilenos, rechazó públicamente el premio y denunció su carácter reaccionario”
192Al parecer, en el caso de Gladys Díaz, su vinculación a las estructuras superiores del MIR le proporcionaba una identidad distinta, en la que su condición de profesional quedaba subordinada a la de militante, situación contraria a la de Cabieses, que se situaba políticamente desde su rol de director de Punto Final. Lo anterior se deduce de declaraciones hechas más tarde, donde señala:
- 583 “Entrevista a Manuel Cabieses, director y fundador de Punto Final y director honorario de Debate So (...)
Considerábamos que nuestra militancia se daba en el periodismo, ese era nuestro campo de combate. Pero además participábamos en otras actividades. Por ejemplo, Augusto Olivares, Hernán Uribe y yo éramos dirigentes del Colegio de Periodistas; en mi caso, además, presidía el sindicato de trabajadores del diario en que me ganaba el pan. Algunos como Mario Díaz, Augusto Carmona y yo nos hicimos también militantes del MIR583.
193La militancia como una de las tantas identidades derivadas de su condición de periodista podría explicar las limitaciones en la revolución de las comunicaciones.
Los jóvenes trabajadores intelectuales militantes del MIR
194Al momento de la fundación del MIR, un grupo importante de jóvenes que participaron en el proceso o que se sumaron en esos primeros años eran intelectuales en formación, en el sentido profesional de la palabra. Esos jóvenes se convertirán en académicos en los años sucesivos, pasando a engrosar la lista de lo que aquí llamaremos intelectuales militantes, invirtiendo la calificación que le dábamos a Miguel Enríquez y Bautista Van Schouwen. Nos referimos, con esta denominación, a un grupo de jóvenes que se constituyen en intelectuales en paralelo con su proceso de militancia, lo cual orientará su quehacer académico.
195Antes de proseguir, es necesario precisar las definiciones que hemos utilizado. En todos los casos nos estaremos refiriendo a sujetos que cumplen la función social de intelectual y, en todos los casos también, a sujetos revolucionarios que apostaron por la transformación y la vinculación con un proyecto político revolucionario. No obstante, no todos son lo que aquí hemos llamado intelectuales revolucionarios, ya que no generaron una revolución en su “campo”, sino, más bien, orientaron sus obras hacia el compromiso revolucionario, rescatando temáticas e interpretaciones útiles a la revolución.
- 584 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
196El Chile en el que se formaban y definían como intelectuales era un país en profunda transformación. La organización en la que militaban exigía compromisos prácticos difíciles de conciliar a veces con la actividad intelectual profesional, sobre todo para aquellos que ocupaban cargos dirigentes. Andrés Pascal Allende era uno de ellos. Sobrino de Salvador Allende, estudió en el colegio Saint George. En 1961 visita Cuba, donde trabaja en una granja y vuelve un año después “a hacer la revolución”584. Ingresa a la Universidad Católica a estudiar sociología y, al mismo tiempo, a la Universidad de Chile, en historia, aunque esta segunda carrera no la termina. Las autoridades de la Universidad Católica sabían quién era, por lo que el propio Vekemans intercedió para que le permitieran matricularse, con la condición de que “no hiciera revoltura”. De esos años Pascal recuerda:
- 585 Ibid
… en segundo año de la carrera, me incorporé a trabajar en ICIRA, el instituto de la Reforma Agraria, que era un convenio entre la FAO y el gobierno chileno. Empecé ahí de ayudante, en ese tiempo no se usaban los computadores, y tuve la suerte de trabajar con tipos como Solon Barraclough, que era un experto en temas agrarios en Chile; Andrew Pierce, que era un antropólogo, también experto en temas agrarios, que era mi jefe, y terminé siendo su ayudante. De jefe del Departamento de Sociología Rural estaba Rafael Barahona, geógrafo; fue uno de los primeros en hacer estudios sobre las haciendas. Zemelman, en fin, habían brasileños también. Era un mundo intelectual muy entretenido, pero una intelectualidad muy comprometida con la realidad social. Participábamos en estudios. Yo hice mi tesis de grado en una comunidad rural en el valle de Hurtado, cerca de Ovalle, sobre estructuras de poder de esa localidad, donde había una comunidad con hacienda, con comuneros, una historia de enfrentamientos y me fui a vivir ahí seis meses, a conocer. Era una intelectualidad poco académica, era un mundo donde la intelectualidad no estaba arrinconada como ahora, estaba metida en la acción, cualquiera fuera ésta, fuera la revolución popular, fuera la revolución democratacristiana o fuera la Reforma Agraria, fuera más radical o menos585.
197Una vez titulado vuelve a la Universidad Católica. Casado con Carmen Castillo, la hija del rector que dirigió la reforma en esa universidad, Fernando Castillo Velasco, y cercano al brasileño prorrector Ernani Maria Fiori, le propone a este la fundación de un centro de estudios para analizar la realidad chilena. Nace así el Centro de Estudios de la Realidad Nacional (CEREN), en el que solo alcanzó a estar hasta 1969, cuando abandonó la actividad intelectual para asumir profesionalmente la militancia como exigencia del periodo en que el MIR pasa a la clandestinidad. En el CEREN comparte experiencias con Jacques Chonchol, presidente del centro, Manuel Antonio Garretón y Norbert Lechner.
198En Andrés Pascal Allende se conjugaron, una vez más, los elementos que constituyeron a la elite política e intelectual del periodo: el vínculo temprano con una cultura de elite –lo que Bourdieu llama capital cultural– redes que permiten nutrir las aproximaciones teóricas de base, una experiencia concreta sobre la que podía reflexionar y una profesionalización del saber. Tras la muerte en combate de Miguel Enríquez, será Pascal Allende quien asuma como jefe del MIR.
- 586 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
- 587 La importancia del estudio de Silvia Hernández me fue revelado en una conversación con Claudio Robl (...)
199La contraparte del CEREN en la Universidad de Chile era el Centro de Estudios Socioeconómicos (CESO). En el encontramos a una gran cantidad de intelectuales militantes del MIR, con lo cual la organización revolucionaria tenía la posibilidad de influir en los temas de investigación y los debates académicos586. Fuera de los intelectuales extranjeros que analizaremos más adelante, había algunos jóvenes investigadores chilenos, como Silvia Hernández, que realizó un importante aporte al análisis del campo para explicar el desarrollo capitalista en el ámbito rural587.
- 588 Silvia Hernández, “El desarrollo capitalista del campo chileno”, Sociedad y Desarrollo, N° 3, CESO, (...)
200Hasta su estudio, la interpretación que primaba era el carácter tradicional de la estructura campesina local. Hernández, en su texto titulado “El desarrollo capitalista en el campo chileno”588, contradice esa tesis, planteando que desde la década de 1930 la zona rural en Chile había experimentado una acelerada proletarización de la mano de obra y un reemplazo de la economía campesina por la gran empresa comercial agrícola, desplazando también al tradicional latifundio y sus relaciones sociales internas.
201El texto explica no solo las características de las nuevas relaciones sociales del campo nacional, sino que problematiza, también, el carácter que la reforma agraria debía tener. En ese sentido, la autora destaca el espíritu de cuerpo con el que actúan los pobres del campo en las tomas de terreno y el rol que cabía a las organizaciones campesinas revolucionarias en el proceso. En definitiva, las tesis de Hernández estaban plenamente acordes con las propuestas del MIR en torno a que el socialismo en Chile debía desarrollar los procesos de modernización en los que no había ahondado el capitalismo y, a la vez, medidas socialistas. Silvia Hernández destacaba en su publicación la inspiración recibida en conversaciones con dos importantes militantes miristas, Juan Carlos Marín y Ruy Mauro Marini.
- 589 La querella entre Alfredo Nazar y el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Eugeni (...)
202Otro núcleo relevante de intelectuales miristas en Santiago era el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Entre ellos, los más renombrados fueron Juan Rivano, Sergio Zorrilla y, en derecho, Alfredo Nazar Riquelme589.
- 590 Juan Rivano, Entre Hegel y Marx: una meditación ante los nuevos horizontes del humanismo, Santiago, (...)
203Juan Rivano es uno de los primeros filósofos profesionales de la academia chilena y fue el primero también en introducir a Marx en las cátedras de filosofía de la Universidad de Chile a principios de los años sesenta. De esas reflexiones nacerá su primer libro, Entre Hegel y Marx, publicado en 1962590. Más tarde será uno de los primeros también en analizar a Lukács. Rápidamente se convierte en un ícono para los jóvenes estudiantes de filosofía, entre los que se encontraba Edison Otero, actual académico dedicado a temas de comunicación y epistemología.
- 591 Felipe del Solar y Andrés Pérez, Anarquistas: presencia libertaria en Chile, Santiago, RIL, 2008.
204No podemos hablar de una incorporación del pensamiento de Rivano al MIR, pero sí del importante rol que cumplían algunos de los profesores marxistas en las universidades chilenas. Otero señala que existía un grupo nutrido de jóvenes conocidos como los “alumnos de Rivano” que, “alimentados por la efervescencia en torno a la Revolución cubana y la figura del Che, esos inquietos individuos pronto tomaron postura por todo lo que oliera a izquierda revolucionaria”, lo que produjo su vinculación con el MIR antes del “giro autoritario introducido por Miguel Enríquez”591.
- 592 Josep Picó y Juan Pecourt, Los intelectuales nunca mueren. Una aproximación sociohistórica (1900-20 (...)
205El vínculo de Rivano con el MIR nos permite analizar la relación problemática de los intelectuales con las organizaciones políticas. Las palabras de Otero y el propio testimonio de Rivano nos acercan a la crítica realizada por los intelectuales al marxismo soviético y, en especial, a la relación con los partidos comunistas en Europa. Esta crítica va a generar una amplia deserción de intelectuales y artistas de dichos partidos592.
- 593 Del Solar y Pérez, op. cit.
- 594 Ibid.
206En Chile, según testimonios de sus protagonistas, frente a la decepción por la imposibilidad de realizar una transformación radical y profunda de las condiciones estructurales, “unos ochenta o noventa pensadores del ‘grupo de Rivano’ que se insertaron en el MIR empezaron a ser tratados despectivamente como los ‘pajeros’ […] por su inclinación a la cuestión teórica más que a la acción política”593. En 1969 el grupo fue expulsado del MIR. Según Rivano, su salida se dio en medio de amenazas de hacerle un tribunal revolucionario594. Sergio Zorrilla, discípulo de Rivano, explica el liderazgo del filósofo y las críticas al MIR:
- 595 Entrevista a Sergio Zorrilla, enero de 2014. Sergio Zorrilla es actualmente académico de la Faculta (...)
… él trata de formar una generación, que era la nuestra, donde estaba Jaime Riera, estaba yo, Edison Otero […], estaba Rodrigo de Castro, Ruiz Moscatelli, que fue el dirigente del MR-2. Estaba Arturo Leiva, que estuvo en el MR-2. Estaba la Lumi Videla, el Chico Pérez daba vueltas. Él aceptaba esta convivencia y coexistencia que teníamos con el MIR, hasta que el MIR de Concepción decide apoyar la candidatura a rector del padre de Miguel Enríquez, ahí Rivano dice “qué huevada es esta”.595
- 596 Ibid.
207De este grupo es interesante seguir la trayectoria de un intelectual en formación como Sergio Zorrilla. Su primera militancia fue comunista, con tradición familiar en ese partido. Lo deja a los 16 años, pero sus primeras lecturas de Marx, Lenin y los libros de las editoriales rusas fueron bajo esa militancia. Una vez fuera del Partido Comunista se dedicó a leer filosofía. Las lecturas de Lukács y Marcuse lo marcaron e incentivaron el desarrollo de un pensamiento crítico al socialismo soviético, que era filosófico y político a la vez. Ingresa al MIR en los primeros años de su fundación, donde llegó a ser parte de la Comisión Política y estuvo al mando de una de las unidades operativas que desarrolló una serie de acciones directas entre fines de 1968 y 1969, por las cuales estuvo preso596.
- 597 Idem.
208Lejos de la visión de Rivano, Zorrilla plantea una crítica al MIR por su institucionalización a partir de 1970, el abandono de la violencia y el vínculo snob de la dirigencia del MIR con los líderes de la Unidad Popular y los cubanos “en fiestas con jeans, pistola al cinto y tomando ron y fumando habanos” y sus relaciones con Allende tomando whisky597. Además, Zorrilla desconoce cualquier aporte que los intelectuales pudieran haber hecho al partido. Para él, dichos intelectuales se vinculaban por redes personales y elitistas a la Comisión Política y generaron insumos para esa instancia, no para el partido.
209Sergio Zorrilla no pertenecía al círculo íntimo de Enríquez y tampoco a la elite política o intelectual local en ese entonces. Sí reconoce la influencia de Rivano y explica que con la visita a Chile de uno de los líderes del mayo francés, Salvatore Pascal, comienza un acercamiento al pensamiento europeo. Según dice, el impacto de Salvatore Pascal:
- 598 Idem.
… es el impacto de las ideas de mayo del 68; aparece la discusión sobre la libertad, la anarquía muy difusamente, la sexualidad libre, toda una serie de cosas que nos fueron profundamente extrañas hasta el golpe de Estado. Todo eso desaparece cuando el grupo se va y lo que queda es un grupo de burócratas. Ahí en el MIR se corta toda reflexión intelectual598.
- 599 Entrevista a Sergio Zorrilla, enero de 2014.
- 600 Ibid.
210Zorrilla explica la militancia de muchos intelectuales en el MIR diciendo “es muy simple, porque había una coyuntura en América Latina, una coyuntura donde todo el mundo tenía que hacer algo”599, pero advierte que ese vínculo no generó una fusión entre la práctica y la reflexión política. Había un trabajo de base y una dirección que tenía sus propios objetivos. Las críticas a la institucionalización del MIR y las diferencias en torno a las concepciones políticas lo instan a formar una facción “donde está el Pepone, el Tranqüilo, la Gladys Díaz y el Chanfró”600 esta actitud crítica y polémica de Zorrilla se mantiene hasta que sale del MIR en 1973.
211Las reflexiones de Sergio Zorrilla las podemos analizar tomando algunas ideas de Gramsci. Para el italiano, la relación entre la filosofía superior y los simples es la política. En ese sentido, no es que haya una obligación de impregnar de discusiones teóricas y abstractas a la base, sino que es necesaria la reflexión en torno a una política nueva que rompa con el sentido común de la dominación; eso es impregnar al pueblo de filosofía revolucionaria. Es la filosofía de la praxis la que elevará a los sencillos al nivel de los intelectuales, haciéndolos superar el mero sentido común y llevándolos a una verdadera concepción de la vida. Zorrilla no ve este proceso en el MIR.
- 601 Antonio Gramsci, “Relaciones entre ciencia, religión, sentido común”, Antología, Manuel Sacristán ( (...)
212En el próximo capítulo indagaremos sobre las reflexiones hechas por los intelectuales latinoamericanos influidos por la experiencia chilena. A partir de esa revisión, estamos en condiciones de decir que, pese a las críticas de Zorrilla, sí hubo una relación orgánica influyente entre los intelectuales y el MIR. Sin embargo –y concordando en ese aspecto con la evaluación de Zorrilla– esto no quiere decir que las reflexiones hayan sido bajadas a las bases del partido. Es posible, citando a Gramsci, señalar que “la unidad entre la teoría y la práctica se encuentra aún en una fase inicial: todavía quedan residuos de mecanicismo puesto que se habla de la teoría como de un ‘complemento’ o ‘accesorio’ de la práctica, de la teoría como sierva de la práctica”601.
213El otro espacio intelectual importante es la Universidad de Concepción. Ahí confluyeron un grupo de académicos reformistas que formaron vínculos con los jóvenes miristas que recién se estaban integrando a la academia. De estos jóvenes, los más destacados, por cumplir funciones académicas en la universidad y por ser importantes dirigentes en el MIR, fueron: Marco Antonio Enríquez, Fernando Mires, Marcello Ferrada de Noli y Nelson Gutiérrez. De Marco Antonio ya hemos escrito y rescatamos su profunda formación académica y la importancia como referencia intelectual en la generación que dirige el MIR desde 1967, por lo que nos centraremos en los otros.
- 602 Mario Garcés es actualmente historiador de la Universidad de Santiago de Chile.
- 603 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014.
214En Concepción, donde el MIR tenía una militancia universitaria muy nutrida y una conducción política del movimiento estudiantil en algunas facultades y departamentos, la reforma había tomado vuelo. La universidad reformista había abierto las puertas a una formación interdisciplinaria muy pertinente para los estudiantes revolucionarios que cursaban carreras, pero que también querían formarse políticamente. Mario Garcés602, militante del MIR y adscrito en ese entonces a la estructura estudiantil de la organización, recuerda que en antropología “había malla flexible y eso les permitía tomar ramos con los profesores más destacados de otras carreras”603.
- 604 Mario Garcés cuenta: “en primer año, un profesor de historia, Julio Montaner, que era el director d (...)
- 605 Idem.
215Esos profesores eran los que incluían una reflexión desde la perspectiva marxista604. Además, la politización de los estudiantes universitarios y la conciencia de estar haciendo historia generaba un profundo aprecio por el estudio, la teorización y el manejo de conceptos. “Era necesario aprender, era una oportunidad enorme que no todos tienen y también porque la revolución requiere profesionales muy formados, de mucha calidad, hay una especie de híper valoración de la teoría y del espacio universitario como un espacio formativo”605.
- 606 Ferrada de Noli, op. cit.
216En sociología fue donde se produjeron las máximas reformas, propiciadas por Nelson Gutiérrez, estudiante de esa carrera, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción en 1969 y profesor luego de la misma. Dos son sus intervenciones públicas más célebres: la primera fue aquella, a propósito de los 50 años de la Universidad de Concepción, en la que Gutiérrez llamó a la insurrección popular en presencia de Máximo Pacheco, ministro de Educación del gobierno democratacristiano. La segunda fue su célebre polémica con Salvador Allende en 1971606.
- 607 Nelson Gutiérrez, “Debate con Salvador Allende en la Universidad de Concepción”, Punto Final, N° 13 (...)
- 608 Ibid.
217En aquella ocasión, Nelson Gutiérrez señaló las diferencias entre el manejo del gobierno y la construcción de poder para los trabajadores y terminó su discurso enviándole “el saludo solidario y combativo de los estudiantes de Concepción y […] el compromiso de integrarnos a esta lucha hasta conquistar con usted, con el gobierno popular y con toda la izquierda, el poder político para la clase obrera y el campesinado chileno”607. Allende respondió “que ser dirigente y ser gobernante implica responsabilidad y esa responsabilidad no me la va a enseñar nadie a mí”, “estamos haciendo un proceso revolucionario sin costo social: ¡ni un solo preso! […] Este título de legalidad alcanzado en las urnas, amarra las manos a los que utilizaron la fuerza para invadir países”608.
- 609 Ferrada de Noli, op. cit.
218Marcello Ferrada de Noli define ideológicamente a Nelson Gutiérrez como un pensador humanista y señala que pertenecía a lo que se llamó en su tiempo la “elite” intelectual del MIR en Concepción, un término referido a aquellos militantes cuyos conocimientos teóricos sobrepasaban el marxismo ortodoxo o las doctrinas leninistas a usanza en los partidos y organizaciones de izquierda en los años sesenta y setenta609. Señala que había recibido la influencia del pensamiento que nutría por esos años a los jóvenes del mayo francés, entre ellos a Sartre y Marcuse, y que estaba preocupado por la formación de los estudiantes de sociología en las corrientes intelectuales que estaban inspirando a la nueva izquierda europea, como el pensamiento de Althusser y Gramsci. Había leído a Eric Fromm, lo que le permitió enfrentarse al humanismo cristiano de la Democracia Cristiana desde un humanismo socialista y vencer en la conducción de las transformaciones de la universidad.
- 610 Jaime Rosenblitt plantea que la reforma universitaria en Concepción se desarrolló como un enfrentam (...)
219Ese es el rol de intelectual que podemos destacar de Nelson Gutiérrez, no hay producción escrita de su obra, ni siquiera su tesis, con la que “se graduó con honores”, está en la biblioteca de la Universidad de Concepción. Sin embargo, logró una revolucionaria conducción del proceso de reforma610, sobre todo en las escuelas de ciencias sociales, lo que le permitió diseñar un perfil de estudiante pensando en el hombre nuevo, con cátedras básicas de realidad nacional, la renovación de la planta docente y de investigadores con intelectuales de renombre y la modificación de los programas de estudio.
- 611 Ferrada de Noli, op. cit.
220Otro militante joven formado en Concepción que se convirtió más tarde en académico de esa universidad fue Marcello Ferrada de Noli. Estudió filosofía y luego neurociencia. Hacía clases en la Escuela de Sociología de la universidad. Como estudiante participó activamente en el proceso de reforma universitaria, siendo electo como representante ante el Consejo Superior de la Universidad y presidente de la Comisión Tripartita de Reforma Misión de la Universidad611. En la biblioteca de esta casa de estudios se registra un libro de poemas de su autoría, publicado en 1962: Cantos de rebelde esperanza.
- 612 Información entregada en varios intercambios de correos entre la autora y Ferrada.
- 613 Marcello Ferrada de Noli, Rebeldes con causa. Mi vida con Miguel Enríquez, el MIR y los derechos hu (...)
- 614 Estos dos documentos fueron entregados por Ferrada de Noli a la autora.
221En 1970, ya siendo profesor auxiliar, fue elegido director de Difusión de la sede Los Ángeles612. La trayectoria de este joven mirista lo liga fuertemente a la universidad reformista desde los inicios del proceso hasta su desarticulación con el golpe. Dentro de ese proceso elaboró dos documentos en momentos y condiciones distintas: el primero en 1968: “Aproximación al concepto de misión de Universidad”613, y el segundo en 1970: “Fundamentos para la nueva estructura de la difusión universitaria”614.
- 615 Ferrada de Noli, “Nelson Gutiérrez…”, op. cit.
222Ferrada de Noli cumplía funciones de formación al interior del MIR y desde esa experiencia realiza hoy el análisis de la organización. En su balance plantea que desde mediados de 1969 la formación política fue subordinada a las tareas de preparación de la insurrección, articuladas desde los GPM615. Sin embargo, es difícil hablar de una desviación militarista en el periodo, ya que en la práctica las acciones militares del MIR fueron acotadas en número y restringidas en el tiempo.
- 616 Ibid.
223Por su parte, Ferrada de Noli plantea que su preocupación por las tareas de formación en el Regional Concepción chocaban con una pared “burocrática-burocrática (no burocrática-militarista, como se pensaría por los militantes de base)”616. La insistencia en la formación se basaba en la convicción de que en la etapa de clandestinidad y compartimentación de la organización, la formación de los militantes se hacía más urgente debido a la necesidad de las bases de actuar autónomamente. La formación de cuadros, por lo tanto, debía tener una importancia fundamental. En lugar de eso, según Marcello, la formación se convirtió en
- 617 Ibid.
… [un] show teórico [que] consistía en que grupos de cincuenta a cien militantes, en su mayoría jóvenes estudiantes, pero también de extracción obrera, eran concentrados un par de días en “escuelas de cuadros” o “escuelas de educación política”, fueran éstas en los locales de Sociología en el campus o en otros lugares –por ejemplo Antuco, el refugio que la Universidad de Concepción poseía en Los Ángeles hacia la cordillera.617.
En esta oportunidad se invitaba un número aproximado de cinco o siete personalidades dentro del MIR, elegidos ya sea por su posición de poder en la escala de mando (por ej. miembro del C.C. o jefatura del regional) o por su reconocido mérito como teórico del MIR (por ejemplo algunos escogidos docentes argentinos y brasileños, más Fernando Mires). En el show se escuchaba una exposición magistral, se aplaudía, se permitían preguntas políticamente correctas y con lo que los expositores –aunque estoy seguro no era su intención– podían brillar aún más con su respuesta. En otras palabras, no se formaba, no se practicaba el análisis, se aprendían datos de lo político y de lo histórico pero no instrumentos para analizar nuevos datos, y nuevos datos con que la realidad política sorprendería al MIR durante la dictadura
- 618 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014.
224Desde una valoración distinta, pero sin contradecir la reflexión de Ferrada, Mario Garcés cuenta que cuando él entró a militar en 1969, la formación estaba orientada a temas instrumentales, relativos a la clandestinidad, la compartimentación, el seguimiento, el chequeo y contrachequeo. Su ingreso a la Universidad de Concepción y el comienzo de la militancia en esa ciudad significó otra realidad “el partido no ofrecía muchos espacios de formación política y la formación política la hacíamos en la propia universidad”. El espacio universitario servía para el desarrollo de debates con trotskistas, comunistas y para formarse con los importantes intelectuales que enseñaban ahí: “esos debates eran muy formativos pero no sistemáticos”618:
- 619 Ibid.
A fines del 72, hay conciencia en el Comité Regional de que hay una falta de experiencia formativa y se decidió crear una instancia de formación política y fue una de mis últimas tareas en la Universidad. A mí me encargaron esa tarea, me asignaron a todos estos profes, a Marco Antonio, Néstor, Pancho Brevis, como cuatro o cinco619.
- 620 Vitale, Contribución…, op. cit.
- 621 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014.
225En las tareas de formación, según testimonio de Marcelo Ferrada de Noli y Mario Garcés, estaba también Fernando Mires, que según Luis Vitale es “uno de los intelectuales más brillantes que haya producido Chile”620. Mires se integró como docente a la Universidad de Concepción en el periodo de reformulación de la Escuela de Sociología, en el momento de incorporación de un grupo de intelectuales marxistas nacionales y extranjeros. Uno de los logros de la universidad reformista fue la incorporación de algunos cursos básicos transversales para la formación de todos los estudiantes. Mires hacía el de ciencias sociales básicas, donde comienza a destacar como un pensador joven y un profesor sistemático, disciplinado, que introducía a los estudiantes a las lecturas fundamentales del marxismo621.
- 622 Fernando Mires, “Hacia la conciencia humana de la literatura chilena”, El Siglo, 14 de agosto de 19 (...)
226Su condición de pensador joven y novel intelectual la podemos rastrear a través de sus escritos tempranos. En 1966 publica un artículo en el periódico El Siglo titulado “Hacia la conciencia humana de la literatura chilena”. Desde 1969 comenzó a escribir sistemáticamente en la revista Punto Final y en 1971 publica un libro titulado Los fundamentos represivos del Estado capitalista622. Estos textos nos orientan sobre los temas en los cuales se va a especializar Mires.
227Los primeros artículos en Punto Final son del último año del gobierno de Eduardo Frei Montalva. Uno de los temas problemáticos era la acción represiva de un gobierno que se decía democrático y revolucionario. El Grupo Móvil de carabineros desplegaba sus atribuciones especiales para reprimir huelgas y tomas. En esa coyuntura, Mires escribe sobre el Estado y la represión desde la perspectiva de Marx y Lenin. Luego del triunfo de Salvador Allende, la temática girará hacia la revisión de las experiencias históricas de la izquierda institucional y el Estado. Mires analizará la experiencia del Frente Popular, el ibañismo y el gobierno de Alessandri. En 1972, como para la mayoría de los intelectuales revolucionarios, el tema a considerar será “el poder”.
228Las reflexiones de Mires denotaban una profunda lectura de los clásicos del marxismo y la plataforma en Punto Final le permitió una tribuna que no solo llegaba a los militantes miristas, sino a los militantes y simpatizantes revolucionarios en general. Esto permitía alimentar las discusiones políticas dadas en el periodo desde conceptos teóricos tensionados por la práctica. En 1972, por encargo de Miguel Enríquez, escribe una historia del MIR que no es aprobada por la Comisión Política. De ese texto se sacaron tres copias, que hasta la fecha permanecen perdidas.
- 623 Löwy, op. cit.
229Reflexiones ya clásicas relativas a las clases medias y los intelectuales son las interrogantes de cómo lograr su vinculación con el proyecto de las masas o de por qué en tiempos de crisis la pequeña burguesía adscribe al proyecto proletario. En su estudio sobre Lukács ya mencionado, Michael Löwy se propuso analizar ese proceso preguntándose cómo un intelectual ya formado adscribe al pensamiento marxista revolucionario623. Si nos hacemos esa pregunta para el Chile de los sesenta, tal vez la respuesta sea el contexto latinoamericano y la potencia de su proyecto. En el caso de Gutiérrez, Ferrada de Noli, Mires y Marco Antonio Enríquez, la realidad es inversa, son militantes que se están formando como intelectuales, por lo tanto, la pregunta que se intentamos responder fue la de cómo un grupo de militantes y dirigentes que se conciben como revolucionarios viven su profesión y se convierten en académicos e intelectuales desde el compromiso con su época y la militancia revolucionaria.
230La respuesta ya la anticipamos. Frente a la temprana renuncia de los primeros intelectuales a la experiencia mirista, la organización formó a sus propios militantes como tales. Estos fueron jóvenes que intentaron hacer síntesis entre teoría y práctica, entre necesidad y urgencia y se fueron insertando en el campo académico que en aquellos años no estaba distanciado de la política, sino casi fundido en ella. Así, el MIR se convirtió en un espacio de creación, recepción y circulación de ideas que se potenciará con la incorporación de otros intelectuales venidos de distintas partes del continente.
Notes
430 Hugo Vezzetti, Sobre la violencia revolucionaria. Memorias y olvidos, Buenos Aires, Siglo XXI, 2009; Pilar Calveiro, Política y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años 70, Buenos Aires, Norma, 2005.
431 Pablo Poza. Intelectuales y lucha armada en Argentina en los años sesenta. Revista electrónica de estudios latinoamericanos, vol. 4, núm. 15, abril-junio, 2006, pp. 3-14; Oscar Terán. Nuestros años sesenta. La formación de la nueva izquierda intelectual argentina 1956-1966. Buenos Aires, Siglo XXI, 2013; Ana Longoni, “El FATRAC frente cultural del PRT/ERP”, Lucha Armada en la Argentina, N° 4, septiembre-noviembre de 2005.
432 Pedro Naranjo, Mauricio Ahumada, Mario Garcés y Julio Pinto (eds.), Miguel Enríquez, el proyecto revolucionario en Chile. Discursos y documentos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, Santiago, CEME, LOM, 2004.
433 Martín Hernández Vásquez, El pensamiento revolucionario de Bautista Van Schouwen. 1943-1973, Concepción, Escaparate, 2004.
434 Eugénia Palieraki, ¡La revolución ya viene! El MIR chileno en los años sesenta, Santiago, LOM, 2014.
435 Recientemente, luego de haber terminado la investigación que dio origen al presente libro, Aldo Marchesi publicó un texto donde aborda la relación del pensamiento latinoamericano con las guerrillas en el continente. En dicho estudio hay un capítulo dedicado a Santiago de Chile como un espacio de confluencia del pensamiento latinoamericano vinculado a la política revolucionaria de los años sesenta. Aldo Marchesi, Hacer la revolución. Guerrillas latinoamericanas, de los años sesenta a la caída del muro, Buenos Aires, Siglo XXI, 2019.
436 Los años sesenta fueron el momento de mayor relevancia y prestigio del pensamiento latinoamericano y también el de mayor vínculo militante entre los intelectuales y los partidos políticos. Por otra parte, las ciencias sociales que se institucionalizaron en América Latina desde mediados de los años cincuenta nacieron relacionadas con el Estado y, por lo tanto, politizadas. Esta politización se izquierdizó y nutrió de marxismo en los años sesenta. Esas visiones y esos sujetos politizados se desplegaron en la realidad chilena a través de intituciones como la CEPAL, la FLACSO, el CEREN, el CESO y otras. En paralelo, los cientistas sociales adscribieron a las organizaciones políticas nacionales que también se estaban radicalizando.
437 El periodo fundacional del MIR ha generado algunos estudios específicos, pero no son muy numerosos. El más relevante, para la propuesta interpretativa que aquí se presenta, es sin duda el que escribió Luis Vitale y que combina algunos elementos descriptivos con la explicación, la aclaración y el debate sobre el periodo que va desde el proceso de confluencia de organizaciones revolucionarias preexistentes hasta su salida del grupo en 1969. En su texto, Vitale polemiza con otros autores que caracterizan el periodo como de influencia trotskista y revisa sus propias vivencias en el ciclo fundacional. Con quien más discute es con Carlos Sandoval y su categoría de prehistoria del periodo fundacional, con la que este termina menospreciando dicha etapa y enalteciendo la influencia de los jóvenes de Concepción en la conformación del MIR. Para Vitale, la etapa inicial no es una prehistoria, sino un periodo valioso de definiciones y confluencias. Luis Vitale, Contribución a la historia del MIR (1965-1970), Santiago, Instituto de Investigación de Movimientos Sociales Pedro Vuskovic, 1999, recuperado de http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/vitalel/6lvc/06lvctextpol0003.pdf. Referencias obligadas son también el libro citado anteriormente de Eugénia Palieraki, op. cit., y el de Matías Ortiz Figueroa, Cada día es continuar. Política e identidad en el MIR, 1965-1973, Concepción, Escaparate, 2014. Asimismo, en otro escrito, a propósito de la muerte de Nelson Gutiérrez en 2008, Marcello Ferrada de Noli publica algunos apuntes sobre la historia del MIR donde repasa la fundación de la organización y construye una visión desde su relación con los hermanos Enríquez (“Nelson Gutiérrez. In memoriam. Notas sobre la historia del MIR”, Estocolmo, 2008, recuperado dehttps://ferradanoli.files.wordpress.com/2010/08/marcello-ferrada-noli-nelson-gutierrez-historia-del-mir.pdf). Además, en la Biblioteca Nacional se puede acceder a la tesis inédita, escrita al alero de la Universidad Católica, de Rubén Álvarez Alarcón, Formación y fundación del MIR: de Clotario Blest a Miguel Enríquez (1965-1967), 1999. Por último, consúltese a Igor Goicovic, “Teoría de la violencia y estrategia de poder en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, 1967-1986”, Seminario “Medio siglo de debates tácticos y estratégicos en la izquierda chilena, 1950-2000”, Universidad de Santiago de Chile, noviembre, 2002, recuperado de http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/goicoi/goico0006.pdf.
438 Carlos Sandoval Ambiado, M.I.R. (una historia), Santiago, Sociedad Editorial Trabajadores, 1990, pág. 35.
439 Maximiliano Salinas, Clotario Blest: testigo de la justicia de Cristo para los pobres, Santiago, Salesiana, 1991.
440 Ibid.
441 Aparte de su participación en la revista Germen, Blest fue redactor en 1948 de Amanecer, órgano de la Oficina Relacionadora e Informativa del Social Cristianismo de Chile. Véase la reseña sobre él aparecida en dicha publicación: “Dirigentes social-cristianos: Clotario Blest R.”, 20 de diciembre de 1947, recuperado dehttp://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/colecciones/BND/00/PE/PE000 0356.pdf.
442 Mónica Echeverría, Antihistoria de un luchador (Clotario Blest 1823-1990), Santiago, LOM, 1993.
443 Fundador del Partido Corporativista Popular “[c] reado en 1932 […]. Grupo heterogéneo, propiciaba la creación de un Estado Corporativo. Su apoyo popular fue escaso y en 1938 se disolvió para integrarse a la Falange Popular”. Gonzalo Izquierdo, Historia de Chile, Tomo III, Santiago, Andrés Bello, 1990, pág. 240.
444 Echeverría, op. cit.
445 Luis Vitale, Los discursos de Clotario Blest y la revolución chilena, Santiago, POR, 1961.
446 Echeverría, op. cit.
447 Ibid. El libro de Mónica Echeverría incluye varias entrevistas a Clotario Blest y el rechazo a la violencia activa no es una interpretación de la autora, sino que aparece en la transcripción de esas entrevistas.
448 Vitale, Los discursos…, op. cit., pág. 3.
449 Echeverría, op. cit., Pág 253
450 Clotario Blest, “El ministro Thayer contra el abogado Thayer”, Estrategia, N° 5, julio de 1966.
451 Echeverría, op. cit
452 Mónica Echeverría destaca dos elementos importantes: primero, que la casa de Blest se transformará en un refugio para quienes, desde países como Perú y Bolivia, que ya habían iniciado la lucha armada, buscarán apoyo en Chile y, segundo, relata una visita de Blest a Paraguay a entrevistarse con el dictador Alfredo Stroessner, a quien le pidió liberar a un grupo de prisioneros políticos. Stroessner aceptó en respeto a su condición de líder católico obrero, excarceló a los presos y los envió a Europa. Echeverría, op. cit.
453 Citado en Mónica Echeverría, op. cit., 251, 252.
454 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
455 Augusto Carmona, “Sacerdotes chilenos en el camino de Camilo Torres”, Punto Final, N° 31, segunda quincena, junio de 1967.
456 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014. Pascal Allende, en esta parte de la entrevista, critica la propuesta de Palieraki sobre el tipo de influencia cristiana recibida por el MIR.
457 El Mercurio, 12 de agosto, 1968. Citado en Maximiliano Salinas, Clotario Blest como profeta, la rebelión del pueblo contra el capitalismo, Santiago, Rehue, 1987.
458 Figura política chilena, fundador del Partido Comunista y expulsado del mismo en 1930. Fue miembro, en la década de 1940, del Partido Socialista. Fue senador y candidato a la presidencia de la República en 1931.
459 Fueron parte del grupo Avance Tomás Chadwick, Manuel Contreras Moroso, Enrique Sepúlveda, José Manuel Calvo, Roberto Alvarado, Juan Picasso, Eduardo Uribe, Bernardino Vila, entre otros.
460 Óscar Waiss, Chile vivo: memorias de un socialista, 1928-1970, Madrid, Centro de Estudios Salvador Allende, 1986, pág. 39.
461 Óscar Waiss, ¿A dónde vamos?, Ovalle, Ediciones Marxistas, 1940. Consultado en: http://www.socialismo-chileno.org/PS/waiss/textos/lWaiss2/index.html
462 Las novelas Un fantasma recorre el mundo (1938), Un drama socialista (1948) y Amanecer en Belgrado (1956), el libro de cuentos En el fondo hay una lágrima (1942) y ensayos de carácter político, como Problemas del socialismo contemporáneo (1961), Vía pacífica o revolución (1961), Nacionalismo y socialismo en América Latina (1961); Basura teórica y traición política (1964), El espejismo del 64 (1965) y Problemas de la paz y del socialismo (1960), entre otros.
463 Waiss, Chile vivo…, op. cit., pág. 45.
464 Idem.
465 Loc. cit.
466 Ibid., pág. 56.
467 “El 19 de marzo de ese año 1933 efectuamos un Congreso Nacional de nuestro sector decidiendo no participar en la inminente fundación del Partido Socialista de Chile por considerar confuso sus fundamentos doctrinarios y heterogénea la base humana concurrente. Ahí decidimos denominarnos Izquierda Comunista y convertirnos en la sección chilena de Oposición Comunista Internacional (bolchevique-leninistas), o sea el germen de la Fundación de la Cuarta Internacional”. Waiss, Chile vivo…, op. cit., pág. 46.
468 Waiss, ibid., pág. 108.
469 Óscar Waiss, “La metamorfosis”, Estrategia, N° 1, noviembre de 1965.
470 Jorge Bravo Tesseo, “Oscar Waiss, ‘firme junto al pueblo’”, Línea de Flotación [blog], 10 de noviembre de 2006, recuperado dehttp://lineadeflotacion.blogspot.com/2006/11/oscar-waiss-firme-junto-al-pueblo.html.
471 En diálogo con Gabriel Salazar, Matías Ortiz vincula a este grupo con las generaciones del 30 y el 48. Ortiz, op. cit, 2014.
472 Entrevista a Luis Vitale, Sala de Historia [en línea], enero de 2010.
473 Vitale, Los discursos…, op. cit.
474 Luis Vitale, Historia del movimiento obrero, Santiago, POR, 1962.
475 Julio César Jobet, Luis Emilio Recabarren: los orígenes del movimiento obrero y del socialismo chilenos, Santiago, Latinoamericana, 1955. Hernán Ramírez Necochea, Historia del movimiento obrero en Chile. Antecedentes-siglo XIX, Austral, 1956.
476 Se refiere a Miguel Enríquez, dirigente del MIR.
477 Vitale, Contribución…, op. cit., pág 4.
478 Entrevista a Luis Vitale, 29 de noviembre de 2008, en Dolores Mujica. Retratos. Hombres y mujeres del trotskismo. La cara oculta de la clase trabajadora chilena. BiBlioteca de historia obrera, 2007.
479 Vitale, Contribución…, op.cit., pág 5.
480 Vitale, Contribución…, op. cit.
481 A Vitale le interesa en sus textos, en especial, refutar las tesis que plantean la fundación del MIR por estudiantes universitarios de Concepción.
482 José, “La etapa actual de la revolución latinoamericana”, Estrategia, N° 1, noviembre de 1965.
483 Vitale, Contribución…, op. cit.
484 Vitale relata cómo fue impulsado a trasladarse a Concepción por la dirigencia del MIR debido a la necesidad del partido de contar con un académico militante en la universidad, donde el movimiento estudiantil mirista tomaba fuertes bríos. En Vitale, Contribución…, op. cit.
485 Luis Vitale, Interpretación marxista de la historia de Chile, vol. I (tomos I y II), Santiago, LOM, 2011 [1967 y 1969].
486 Entrevista a Luis Vitale, 29 de noviembre de 2008, en Mujica, op. cit.
487 Aníbal Quijano (Silvestre Condoruna), “La experiencia de la última etapa de las luchas revolucionarias en el Perú”, Estrategia, N° 3, abril de 1966.
488 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
489 Alexis Cortés Morales, “La urbanización dependiente y el proceso de marginalización en América Latina: las contribuciones de Aníbal Quijano”, XXIX Congreso Latinoamericano de Sociología, Santiago, 29 de septiembre y 4 de octubre de 2013.
490 Vania Bambirra, Diez años de insurrección en América Latina, Santiago, Prensa Latinoamericana, 1971.
491 Quijano (Condoruna), op. cit.
492 Ibid.
493 Ver cuadro al final de este apartado. Los números de Estrategia están disponibles en el portal en línea Memoria Chilena, de la Biblioteca Nacional de Chile.
494 Enrique Sepúlveda, “Un año del gobierno demócrata-cristiano, Estrategia, N° 1, noviembre de 1965.
495 Waiss, “La metamorfosis”, op. cit. Luis Vitale, “América Latina: ¿feudal o capitalista?, ¿revolución burguesa o socialista?”, Estrategia, N° 5, julio de 1966.
496 Blest, op. cit. Humberto Valenzuela, “La comuna obrera y la junta de vecinos”, Estrategia, N° 6, septiembre de 1966.
497 Sandoval Ambiado, op. cit.
498 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
499 Declaración de Navidad, Movimiento Camilo Torres, 25 de diciembre de 1967. En Ruinas Digitales [en línea], recuperado dehttp://www.ruinasdigitales.com/cristianismoyrevolucion/cyrchiledeclaracionde navidaddelmovimient6/
500 Waiss, “La metamorfosis”, op. cit.
501 Ibid.
502 Vitale cita el artículo de Frank, “Feudalismo no: capitalismo”, aparecido en la revista Monthly Review (vol. 15, N° 8) en 1963 y editado por Prensa Latinoamericana en Chile en agosto de 1964.
503 Vitale, “América Latina…”, op. cit.
504 El subrayado es del original. Vitale, ibid.
505 Eduardo Devés Valdés, El pensamiento latinoamericano en el siglo XX. Tomo II. Desde la CEPAL al neoliberalismo (1950-1990), Santiago, Biblos, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2003.
506 Devés Valdés, op. cit.
507 Hernández Vásquez, op. cit.
508 “Vanguardia Revolucionaria del Pueblo. ¡Insurrección socialista!”, 1964, disponible en la Biblioteca del Congreso Nacional.
509 Ibid.
510 José Carrasco, “Luciano Cruz: su vida y su ejemplo”, Punto Final, Suplemento, N° 138, martes 31 de agosto de 1971.
511 Gabriel Salazar y Julio Pinto, Historia contemporánea de Chile. V. Niñez y juventud, LOM, Santiago, 2002, pág. 131.
512 Antonio Gramsci, “Relaciones entre ciencia-religión-sentido común, en Antología, Manuel Sacristán (comp. y notas), 16a reimp., México, Siglo XXI, 2013, pág. 369.
513 Ibid., pág. 371.
514 Miguel Enríquez, “Algunos antecedentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria”, marzo de 1971. Archivo Chile, Documentación de Historia Político Social y del Movimiento Popular Contemporáneo de Chile y América Latina [en línea], Centro de Estudios Miguel Enríquez (CEME), recuperado de http://www.archivochile.com/Archivo_Mir/Doc_Agosto_65_a_67/miragosto 65a670003.pdf.
515 Mario Amorós, Miguel Enríquez: un nombre en las estrellas. Biografía de un revolucionario, Santiago, Ediciones B, 2014. Ver también Vitale, Contribución…, op. cit.
516 Amorós, op. cit., pág. 39-41.
517 Boris Bezama, “Entrevista póstuma a Marco Antonio Enríquez. Un fantasma de la izquierda”, Rebelión [en línea], octubre de 2005. La entrevista fue hecha en 2003. Recuperado de https://rebelion.org/un-fantasma-de-la-izquierda-chilena/
518 Ibid.
519 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014.
520 Bezama, op. cit.
521 Se refiere a la admiración por José Miguel Carrera y los abanderamientos que genera el proceso de independencia de Chile entre carrerinos y o’higginistas.
522 Vitale, Contribución…, op. cit.
523 Javier Pinedo, “El concepto de Segunda Independencia en la historia de las ideas en América Latina: una mirada desde el Bicentenario”, Atenea, N° 502, Concepción, 2010.
524 Fernando Martínez Heredia, Si breve…, La Habana, Letras Cubanas, 2010.
525 Los Cuadernos de Educación Popular fue una colección de la Editora Nacional Quimantú, dirigida por Marta Harnecker y Gabriela Uribe, que publicó libros dirigidos a entregar elementos de educación política a las clases populares durante el gobierno de la Unidad Popular.
526 Carmen Castillo, Calle Santa Fe, documental, Les Films d’Ici, 2007.
527 Carlos Marx y Federico Engels, Manifiesto comunista, Santiago, LOM, 2012 [1848].
528 Michael Löwy, Para una sociología de los intelectuales (la evolución política de Lukács 1909-1929), Siglo XXI, México, 1978.
529 Carla Rivera, “Pensar las comunicaciones en un horizonte signado por la revolución. CEREN y el matrimonio Mattelart”, IV Jornada de las Izquierdas, Santiago, agosto de 2014.
530 Martínez Heredia, op. cit., pág. 24-25.
531 Ibid.
532 Daniel Avendaño y Mauricio Palma, El rebelde de la burguesía. La historia de Miguel Enríquez, Santiago, CESOC, 2001, pág. 65.
533 Martínez Heredia, ibid.
534 Amorós, op. cit.
535 Un análisis sobre los orígenes sociales de la dirigencia mirista está presente en todos los textos que han indagado en la historia del MIR, también en las obras más recientes de Palieraki, op. cit., y Amorós, op. cit. Palieraki atribuye el éxito político de la joven generación a sus redes y origen. Esta afirmación resulta cuestionable en cuanto que el éxito político de una organización se debe, según nuestro parecer, a las condiciones de recepción del proyecto y no solo a la habilidad de sus líderes. La autora explica también el triunfo de los dirigentes en la Universidad de Concepción por las mismas razones. Esto es difícil de sostener, ya que la condición mayoritaria de los estudiantes de la Universidad de Concepción era la misma de Miguel y Bautista, sobre todo en Medicina, donde solo estudiaba la elite. En todo caso, es necesario señalar que en el presente estudio la condición de elite es consustancial a la categoría de intelectual y, por lo tanto, no cabe la contradicción en los términos.
536 Martín Hernández Vásquez, “Las concepciones teóricas fundamentales de Miguel Enríquez”, en Pedro Naranjo (coord.), Miguel Enríquez. Páginas de historia y lucha, Estocolmo, Centro de Estudios Miguel Enríquez (CEME), 1999. Disponible en Archivo Chile [en línea], CEME; recuperado de http://www.archivochile.com/entrada.html.
537 Vitale, Contribución…, op. cit.
538 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014. Agradezco también al profesor Garcés el documento citado en el párrafo.
539 En Naranjo et al., Miguel Enríquez…, op. cit.
540 Manuel Cabieses, “Jefe del MIR saca la cara. Entrevista a Miguel Enríquez”, Punto Final, N° 53, 23 de abril de 1968.
541 Mario Díaz, “Con el MIR en la clandestinidad”, Punto Final, N° 81, 17 de junio de 1969. Esta publicación recoge las respuestas de Miguel Enríquez a Punto Final en una conferencia de prensa secreta ofrecida en Santiago por él y Luciano Cruz en la semana del 9 al 15 de junio de 1969.
542 El joven militante, Arnoldo Ríos, murió en un enfrentamiento armado con militantes de la Brigada Ramona Parra. Sobre el caso consultar la ficha en Archivos Chile [en línea], del CEME:http://www.archivochile.com/Memorial/caidos_mir/R/rios_arnoldo.pdf
543 Ver capítulo III.
544 MIR, “Estrategia de enfrentamiento y lucha prolongada contra intentos golpistas de las clases dominantes”, documento interno, diciembre 1972. Miguel Enríquez con vista a la Esperanza. Escaparate, 1998.
545 Miguel Enríquez, “Discurso pronunciado en el teatro Caupolicán el 17 de julio de 1973”, 1973, en Archivo Chile [en línea], CEME, recuperado de http://www.archivochile.com/Miguel_Enriquez/doc_de_miguel/miguelde0005 .pdf
546 Vitale, Contribución…, op. cit.
547 El MIR y los sucesos de Checoslovaquia. En Radrigán, Cecilia y Ortega Miriam (Eds.). Miguel Enríquez: Con vista a la esperanza. Santiago de Chile: Escaparate Editores, 1998.
548 El Mir y los sucesos de Checoslovaquia. En: Naranjo, Ahumada, Garcés y Pinto (Ed). Miguel Enríquez y el proyecto revolucionario en Chile. Discursos y documentos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. MIR. Santiago CEME y LOM, 2004.
549 MIR, “El MIR responde a Frei”, declaración pública, junio de 1971. Publicado en Punto Final, N° 134, 6 de julio de 1971.
550 Marta Harnecker y Víctor Vaccaro, entrevista a Miguel Enríquez, Chile Hoy, Año 1, N° 11, 25 al 31 de agosto de 1972
551 MIR, “El MIR y las elecciones presidenciales”. En Documentos. Punto Final N° 104, mayo de 1970
552 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014.
553 Radrigán, Cecilia y Ortega Miriam (Eds.). Miguel Enríquez: Con vista a la esperanza. Santiago de Chile: Escaparate Editores, 1998.
554 Hernández Vásquez, “Las concepciones…”, op. cit.
555 Vitale, Contribución…, op. cit.
556 “Carta de Bautista a su madre”, 15 de febrero de 1969, en Las Historias que Podemos Contar [en línea], recuperado dehttp://www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/bauchi.htm.
557 Vitale, Contribución…, op. cit., pág 14.
558 Hernández Vásquez, El pensamiento…, op. cit.
559 Antonio Sánchez García, “Hugo Chávez y Salvador Allende”, Analítica, 28 de diciembre de 2002. “Para que se haga usted una idea: nosotros en el MIR, la elite de las elites revolucionarias, repudiábamos hasta el desprecio al terrorismo y venerábamos hasta la unción al ‘pelao Lenin’ —el pelón Lenin—, como Miguel Henríquez, nuestro secretario general, un muchachote de hablar atropellado y seductora inteligencia, solía llamar al más grande ideólogo de la revolución mundial, don Vladimir Ilich Ulianov, alias Lenin. Más, mucho más nos cautivaban el Qué hacer o El Imperialismo, fase superior del capitalismo, de Lenin, que el manual del joven intelectual parisino Regis Debray. Leíamos las obras completas de Lenin, nos enzarzábamos en feroces combates discursivos para dirimir las diferencias entre Trotzky, Zinoviev y Kameniev. Y creíamos a pie juntillas estar viviendo los diez días que conmovieran al mundo. Nos sabíamos —o nos creíamos— parte de la historia universal, vanguardia intelectual del futuro, renacimiento del soviet supremo y asaltantes del nuevo palacio de invierno. Si Jorge Luis Borges hubiera querido burlarse de la revolución escribiéndole una de sus maravillosas narraciones, nosotros hubiéramos sido su modelo”, ibid.
560 “Ex Mirista que hoy lucha contra Hugo Chávez”, El Mercurio, 1 de noviembre de 2001.
561 Andrés Pascal Allende, “El MIR, 35 años. Un atajo revolucionario”, Punto Final, 25 de agosto de 2000.
562 Laura Jordán, “Cantando, al MIR y al Frente: cita y versión de dos canciones militantes de Patricio Manns”, en Carolina Santamaría-Delgado, Heloísa de Araújo Duarte Valente, Herom Vargas y Oscar Fernández (eds.), ¿Popular, pop, populachera? El dilema de las músicas populares en América Latina. Actas del IX Congreso de la Rama Latinoamericana de la IASPM (1-5 de junio de 2010), IASPM-AL, EUM, 2011. Recuperado dehttps://www.academia.edu/1870006/Cantando_al_MIR_y_al_Frente_Cita_y_v ersio_n_en_dos_canciones_militantes_de_Patricio_Manns?login=ivettelozoya @gmail.com&email_was_taken=true
563 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
564 Entrevista a Eduardo Santa Cruz, noviembre de 2014.
565 Eduardo Santa Cruz Achurra es profesor titular de la Universidad de Chile, periodista titulado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, licenciado en ciencias sociales en el Instituto Latinoamericano de Estudios Sociales (ILADES) y posgraduado en comunicación social en el Centro Internacional de Estudios Superiores en Comunicación para América Latina (CIESPAL), Ecuador. Es autor de varios libros y artículos sobre prensa chilena y latinoamericana.
566 Entrevista a Eduardo Santa Cruz, noviembre de 2014.
567 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
568 Fue detenido en 1974 y expulsado del país. Desde México organiza su regreso y entra clandestinamente a Chile en 1982. Es asesinado por la dictadura en 1984. En ese lapso estuvo a cargo de las tareas de comunicación del MIR y dirigió Radio Liberación. Para saber más, ver Lucía Sepúlveda Ruiz, “Aquí…, Radio Liberación”, Las Historias que Podemos Contar [en línea], recuperado de http://www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/liberacion.htm
569 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
570 Entrevista a Eduardo Santa Cruz, noviembre de 2014.
571 Ibid.
572 Entrevista a Eduardo Santa Cruz, noviembre de 2014.
573 Pascal Allende, “El MIR, 35 años…”, op. cit.
574 Andrés Pascal Allende, El MIR chileno: una experiencia revolucionaria, [Argentina], Cucaña, 2003, pág. 39.
575 Ibid.
576 Entrevista a Manuel Cabieses, enero de 2014.
577 Entrevista a Eduardo Santa Cruz, noviembre de 2014.
578 A propósito de Gladys Díaz, Marta Zabaleta señala en una entrevista: En 1971, “una de las integrantes del Comité Central del MIR, que vivía en Santiago, era Gladys Díaz –sobreviviente de la dictadura de Pinochet– nos visitó en mi casa una o dos veces. […] Me acuerdo siempre de que ella nos insistió en que debíamos impulsar a las mujeres de los trabajadores que habían ocupado entonces fábricas en Rengo –donde trabajaban con apoyo del MIR y pedían su expropiación– a salir de sus casas, a acostumbrarse a ser independientes de sus hombres, y que para eso, nos dijo, debíamos ir nosotras a reemplazarlas, a cuidar de sus hijos, a cocinarles a ellos y a sus maridos… cosa que sólo algunas veces y con ciertas dudas, acepté hacer, creo…” En Victoria Aldunate Morales, “Marta Zabaleta del Frente de Mujeres Revolucionarias del MIR chileno, años 70. ‘No me Arrepiento de Nada’”, entrevista publicada en Hijxs. Voces [en línea], 14 de septiembre de 2010. Recuperado de https://imagenesparamemoriar.com/2015/07/13/frente-de-mujeres-revolucionarias-marta-zabaleta-argentina-militante-del-mir-chileno-y-feminista-latinoamericana/.
579 Entrevista a Manuel Cabieses, enero de 2014.
580 Ibid.
581 Idem.
582 F. C. M., “A otra parte con ese premio”, Punto Final, N° 148, 4 de enero de 1972.
583 “Entrevista a Manuel Cabieses, director y fundador de Punto Final y director honorario de Debate Socialista, a propósito del reciente aniversario 46 de la digna publicación chilena: ‘la revista que ayuda a pensar’”, Debate Socialista, N° 12, 2011.
584 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
585 Ibid
586 Entrevista a Andrés Pascal Allende, enero de 2014.
587 La importancia del estudio de Silvia Hernández me fue revelado en una conversación con Claudio Robles, quien reconoció haberlo utilizado como fuente para su propio trabajo, en el que terminaría polemizando con Arnold Bauer.
588 Silvia Hernández, “El desarrollo capitalista del campo chileno”, Sociedad y Desarrollo, N° 3, CESO, 1972.
589 La querella entre Alfredo Nazar y el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Eugenio Velasco, será publicada en un suplemento a la edición N° 52 de Punto Final del 9 abril de 1968: Alfredo Nazar, “Lo que se esconde detrás de los principios” [Brigada, N° 3, marzo de 1968, órgano de difusión de los estudiantes socialistas]. Recuperado dehttp://www.pf-memoriahistorica.org/PDFs/1968/PF_052_doc2.pdf.
590 Juan Rivano, Entre Hegel y Marx: una meditación ante los nuevos horizontes del humanismo, Santiago, Universidad de Chile, 1962.
591 Felipe del Solar y Andrés Pérez, Anarquistas: presencia libertaria en Chile, Santiago, RIL, 2008.
592 Josep Picó y Juan Pecourt, Los intelectuales nunca mueren. Una aproximación sociohistórica (1900-2000), Barcelona, RBA, 2013.
593 Del Solar y Pérez, op. cit.
594 Ibid.
595 Entrevista a Sergio Zorrilla, enero de 2014. Sergio Zorrilla es actualmente académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago.
596 Ibid.
597 Idem.
598 Idem.
599 Entrevista a Sergio Zorrilla, enero de 2014.
600 Ibid.
601 Antonio Gramsci, “Relaciones entre ciencia, religión, sentido común”, Antología, Manuel Sacristán (ed. y trad.), México, Siglo XXI, 1970, pág 556.
602 Mario Garcés es actualmente historiador de la Universidad de Santiago de Chile.
603 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014.
604 Mario Garcés cuenta: “en primer año, un profesor de historia, Julio Montaner, que era el director del Museo de Ciencias Naturales y que viajaba una vez a la semana a darnos clases. Era un viejo comunista arqueólogo, muy relevante porque es el que descubre las osamentas o los restos de San Vicente de Tagua Tagua, que en esa época era el descubrimiento arqueológico más antiguo de Chile. Bueno, Julio, el primer semestre da un curso de introducción, el segundo da un seminario y nos invitaba a pensar en la arqueología desde una perspectiva materialista o marxista y por lo tanto él se abría a esos debates, nos sugería lecturas. Él mismo estaba pensando y nos hacía parte de su búsqueda, por lo tanto, también nos sentíamos nosotros siendo muy jóvenes, 18, 19 años, discutiendo algo relevante”, ibid.
605 Idem.
606 Ferrada de Noli, op. cit.
607 Nelson Gutiérrez, “Debate con Salvador Allende en la Universidad de Concepción”, Punto Final, N° 132, 8 de junio de 1971.
608 Ibid.
609 Ferrada de Noli, op. cit.
610 Jaime Rosenblitt plantea que la reforma universitaria en Concepción se desarrolló como un enfrentamiento entre la masonería y el MIR. Los masones eran mayoría en el cuerpo docente y en la práctica eran quienes designaban al rector. El MIR, por su parte, se oponía a los términos de la reforma y desarrolló al interior del proceso una constante acción violenta. Rosenblitt, “La reforma universitaria, 1967-1973”, Memoria Chilena [en línea], recuperado de http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0014015.pdf.
611 Ferrada de Noli, op. cit.
612 Información entregada en varios intercambios de correos entre la autora y Ferrada.
613 Marcello Ferrada de Noli, Rebeldes con causa. Mi vida con Miguel Enríquez, el MIR y los derechos humanos, [Suecia], Libertarian Books, 2020.
614 Estos dos documentos fueron entregados por Ferrada de Noli a la autora.
615 Ferrada de Noli, “Nelson Gutiérrez…”, op. cit.
616 Ibid.
617 Ibid.
618 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014.
619 Ibid.
620 Vitale, Contribución…, op. cit.
621 Entrevista a Mario Garcés, enero de 2014.
622 Fernando Mires, “Hacia la conciencia humana de la literatura chilena”, El Siglo, 14 de agosto de 1966, y Los fundamentos represivos del Estado capitalista, Concepción, Universidad de Concepción, 1971.
623 Löwy, op. cit.
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Una selección de los Manuscritos económico-filosóficos de 1844 de Karl Marx con un ensayo de Marcello Musto que nos introduce al trabajo alienado en Marx....,Colombia. ELN reafirma la lucha por la segunda y definitiva independencia
Resumen Latinoamericano, 18 de julio de 2023.
El reciente triunfo de un Gobierno distinto al régimen impuesto desde el Grito de Independencia de 1810, nos convoca como sociedad a construir cambios de fondo de manera autónoma, lo que nos obliga a replantear la histórica injerencia de imperios extranjeros en el devenir político del país.
El Grito de Independencia dado el 20 de julio de 1810, tenía implícito crear un Estado soberano donde el poder residiera en el pueblo, pero la minoría que ha dominado a Colombia es un agente del plan imperialista de la Guerra sin fin, que sólo sirve a los intereses imperialistas de Estados Unidos.
El Paro Nacional de 2021, que dio origen al estallido social, marcó el horizonte en torno a los derechos fundamentales que por siglos le han sido conculcados al pueblo colombiano, y en especial a la gran mayoría de la población excluida, empobrecida y perseguida.
Hoy, existe un Gobierno con una narrativa diferente, pero eso no significa que la estructura excluyente y violenta del Estado haya cambiado, porque continúa en manos del viejo régimen que durante décadas se ha opuesto a la solución política del conflicto social, político y armado, y que ‘a sangre y fuego’ sostiene el actual estado de cosas.
Para dar un salto en la historia de dominación y construir una nueva sociedad donde exista paz con justicia y equidad social, no basta con elegir un Gobierno distinto y deponer las armas de la insurgencia. Se requieren unas verdaderas transformaciones políticas, económicas, sociales, culturales y éticas, que no serán una lucha fácil.
No podemos renunciar a la verdadera independencia, la cual no sólo implica reivindicar el principio democrático de autodeterminación de los pueblos y la soberanía frente a las potencias imperialistas, a lo que hay que agregar la lucha por la integración y hermandad de los países de NuestraAmérica en la construcción y búsqueda colectiva de la paz, y el bienestar social en equilibrio y armonía con la naturaleza. Le apostamos a esa Segunda y Definitiva Independencia en donde como colombianos y colombianas resolvamos soberanamente nuestros asuntos sin utilizar la violencia en la política. Una independencia que beneficie a la sociedad toda y en la que el Estado no coloque todo el aparato militar en defensa de las empresas transnacionales y en persecución de su población, que lucha hoy, como lo hicieron nuestros ancestros desde que decidieron ser libres y soberanos.
Comando Central
Ejército de Liberación Nacional de Colombia, ELN
Fuente: ELN Voces
Capital mundial: el negocio de la migración. | |||
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Chile. La Concertación mantuvo la impunidad de la dictadura.
Por Felipe Portales. Resumen Latinoamericano, 17 de julio de 2023.
Cada vez está quedando más claro que la consolidación del modelo neoliberal impuesto por la dictadura respondió a una profunda y, a la vez, solapada derechización del liderazgo de la Concertación. No a un temor o a una imposibilidad político-jurídica de hacer los cambios.
Cada vez está quedando más claro que la consolidación del modelo neoliberal impuesto por la dictadura respondió a una profunda y, a la vez, solapada derechización del liderazgo de la Concertación. No a un temor o a una imposibilidad político-jurídica de hacer los cambios. Por lo demás, el orgullo finalmente expresado por aquel liderazgo en defensa de los “30 años” –luego de la revuelta o estallido social de 2019- lo demuestra sin lugar a dudas.
Lo que todavía permanece muy oculto es que tampoco hubo interés alguno en dicho liderazgo en una búsqueda de justicia respecto de las graves violaciones de derechos humanos. Lo que se estimó ingenuamente como una desafortunada o temerosa frase del presidente Aylwin de buscar “justicia en la medida de lo posible” (La Nación; 22-5-1990), no fue más que un eufemismo para conformarse con la verdad que se alcanzase con el Informe Rettig, que daría cuenta del número e identidad de las personas desaparecidas y ejecutadas por la dictadura. En efecto, es obvio que todo se logra “en la medida de lo posible”. De haber tenido una clara voluntad en esa búsqueda habría hablado de “la máxima justicia posible” o algo similar.
Pero quien reconoció explícitamente este abandono inicial de búsqueda de justicia fue el considerado por todos como máximo ideólogo de la “transición”: Edgardo Boeninger. Así, en un libro escrito en 1997 (Democracia en Chile. Lecciones para la gobernabilidad y que se encuentra en PDF) escribió: “En el marco de la estrategia del gobierno, una primera decisión fue no intentar la derogación o nulidad de la Ley de Amnistía de 1978, pese a que tal propósito estuvo incluido en el programa de la Concertación. Eso significaba aceptar que no habría castigo por condena penal de los responsables de los crímenes con anterioridad a su promulgación, con la sola excepción del asesinato de Orlando Letelier, explícitamente exceptuado de dicha ley por el propio gobierno de Pinochet” (p. 400).
Y, peor aún, los sucesivos gobiernos de la Concertación intentaron reiterada e infructuosamente lograr la aprobación de proyectos de leyes destinados a extender dicha amnistía de 1978 a 1990. Fueron los casos del Acuerdo-Marco (1990); el proyecto de ley Aylwin (1993); el proyecto de ley Frei (1995); el Acuerdo Figueroa-Otero (1996); un proyecto de ley generado en la Comisión de Derechos Humanos del Senado (1999); el proyecto de ley de inmunidad de Lagos (2003); y otro proyecto surgido de senadores gobiernistas y opositores en 2005; que además trató de ser “reflotado” en 2007. Afortunadamente, todos esos intentos fueron derrotados por la indignación moral suscitada por los cada vez mayores conocimientos de las atrocidades cometidas y por la fuerte presión contra ellos de las ONG de derechos humanos y particularmente de las agrupaciones de familiares de víctimas de la dictadura.
Asimismo, hubo también reiteradas declaraciones de diversos líderes de la Concertación que promovieron públicamente la impunidad de crímenes de lesa humanidad. Partiendo en 1990 con el presidente del Senado, Gabriel Valdés, quien, luego de descubrimientos de fosas comunes de ejecutados políticos a lo largo del país, llegó al extremo de ¡querer fijar plazos para terminar con dichas búsquedas!: “Pondría un plazo corto. Uno o dos meses más, máximo, y que hagamos un acto realmente generoso, donde todos contribuyan a dar información. No podemos seguir indefinidamente en la búsqueda de muertos. Este país no puede seguir en esas condiciones psicológicas, porque nos va a hacer daño a todos. Yo siempre pienso que la responsabilidad de los mayores es construir un país para los jóvenes: limpio, transparente (sic), decente y sin traumas. Sin odiosidades” (Paula; Agosto, 1990)…
Asimismo, en enero de 1991, poco antes de saberse el Informe Rettig, el mismo Valdés señaló que el conocimiento de dicha verdad “es un paso fundamental y después de eso vendrán los necesarios acuerdos. Porque este año tenemos que aclarar la verdad, pero también dentro del año poner punto final” (La Tercera; 4-1-1991). Con mayor sutileza, el ministro del Interior, Enrique Krauss, dijo que “entendiendo que la justicia representa básicamente un deber social primordial, es importante desechar la idea de que a través de ella lo que se pretende es la venganza. En el esquema natural de las relaciones entre los hombres no es la única forma de indemnizar los padecimientos de que se ha sido víctima reproducirlos en el ofensor (sic). El legislador, comprendiendo la necesidad de recomponer la trama de la relación entre los hombres, ha concebido formas indirectas que cumplen el mismo propósito. Se trata de reivindicaciones de orden moral, que se proyectan incluso al plano financiero, gracias a los cuales los ofendidos (sic) encuentran una satisfacción justificada, necesaria y respetable de los agravios soportados (…) En los momentos claves que se empiezan a vivir (…) en orden a generar las condiciones de reencuentro y reconciliación entre los chilenos, es conveniente recordar esta concepción elemental en virtud de la cual la justicia no tiene solamente un sesgo reivindicativo. La justicia también es alcanzable por vías reparadoras indirectas” (Las Ultimas Noticias; 17-2-1991). Es decir, solamente ¡por indemnizaciones pagadas por todos los chilenos a los familiares de las víctimas fatales!…
Más crudamente, el subsecretario del Interior, Belisario Velasco, dijo que “lo que el Gobierno espera, como conclusión de este informe, es que precisamente con el conocimiento de la verdad haya reconciliación en el país”; y que “Chile necesita un perdón generoso para que haya reconciliación” (La Epoca; 4-2-1991). Es decir, sin justicia alguna…
Y la extensión de la impunidad hasta 1990 la empezaron a promover desfachatadamente líderes de la Concertación como el presidente del Senado, Gabriel Valdés, y el presidente de la Cámara de Diputados, José Antonio Viera-Gallo. Así, el primero dijo en diciembre de 1991 que “la transición es un problema político y va a terminar el día que tengamos una situación que permita dictar una ley de amnistía general como se ha hecho en otros países, pero dejando al margen algunos casos que no fueron incluidos en la amnistía anterior y están en poder de la justicia, como el caso Letelier” (El Mercurio; 15-12-1991).
Al día siguiente, Viera-Gallo (en el contexto de que aún quedaban algunas decenas de “presos políticos” para ser indultados por Aylwin) se manifestó partidario de una amnistía en dos fases.
Primero a los presos políticos remanentes y luego e ex funcionarios de la DINA y la CNI con la excepción de “los asesinatos más graves (sic) cometidos en los últimos años, entre ellos, el caso Letelier, caso de los degollados, Operación Albania, Tucapel Jiménez y otros de similar magnitud” (El Mercurio; 17-12-1991).
¡Hasta la propia derecha se manifestó en contra de la idea! El presidente de RN, Andrés Allamand, dijo: “Así como defendemos en todas sus partes –y nos parece un elemento clave en la estabilidad política y la reconciliación- mantener la Ley de Amnistía de 1978, no nos hemos planteado en la hipótesis de una nueva ley de amnistía” (Ibid.). Y el diputado de la UDI, Andrés Chadwick, indicó que su partido “no promoverá una nueva ley de amnistía, porque no es indispensable ni urgente para la paz social” (Ibid.).
Posteriormente en 1993, en el contexto de un serio conflicto del gobierno con Pinochet (el “boinazo”), nuevamente el presidente de la Cámara de Diputados, José Antonio Viera-Gallo, propuso extender la amnistía a tal grado que “implicaría que en vez de 900 procesos por violaciones de derechos humanos, tendríamos sólo 20, que son los que realmente interesan al país (sic) y frente a los cuales no puede pensarse en la amnistía” (Rafael Otano.- Crónica de una transición; Edit. Planeta, 1995; p. 318).
Y el presidente del Senado, Gabriel Valdés, propuso “un rápido proceso de dos o tres meses para terminar con los juicios a los oficiales de las Fuerzas Armadas y, al mismo tiempo, con la búsqueda de personas detenidas-desaparecidas durante el régimen militar”. Específicamente, “haría un proceso corto en virtud del cual quienes saben dónde están los cuerpos lo pudieran decir –sin que ello implicara responsabilidades- al Arzobispo de Santiago y a los obispos de las diócesis del país u otra autoridad, sin otro propósito de que los chilenos no pisemos tierra bajo la cual hay cuerpos de nuestros compatriotas (sic)”; y esto “aun cuando no sean encontrados, porque muchos de ellos eventualmente pueden estar en el mar”; y “simultáneamente hay que terminar con los juicios”, ya que “si investigar (judicialmente) significa llegar al sobreseimiento, qué objeto tiene investigar cuando hay una ley de amnistía”. Y al mismo tiempo proponía extender la amnistía hasta 1990 con algunas excepciones: “Hay que terminar con esta situación, dejando excluidos algunos casos como el de Letelier, Prats, degollados y uno o dos más (sic)” (El Mercurio; 20-6-1993). Y en apoyo de lo anterior, el ya candidato presidencial de la Concertación, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, dijo: “Creo que Gabriel Valdés formuló un conjunto de ideas muy importantes, que apuntan en el camino correcto de buscar la verdad, la justicia y la reconciliación en Chile” (La Segunda; 23-6 1993).
Fuente: Rebelión
Europa :: 18/07/2023.
En Vilnius la OTAN amenazó con la guerra fría, con una guerra hibrida global x Strategic Culture Foundation.
El conflicto en Ucrania se ha reducido a una parodia hollywoodense en la que EEUU cabalga al rescate de sus aliados europeos que se ven amenazados por la “crueldad rusa”...,Democracias de cartón x Jorge Majfud.
Las similitudes del sistema dominante actual con otros como el feudalismo, la esclavitud y el colonialismo son, por lejos, mucho mayores que las percibidas por la población....
EL "POLLO" EDGARDO ENRIQUEZ ESPINOSA.CON SU COMPA.FUNDADOR DEL MIR DE CHILE CAIDO EN COMBATE EN ARGENTINA...,
Francia: un análisis de la revuelta francesa tras el asesinato de Nahel. | ||||||
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Resumen Latinoamericano, 14 de julio de 2023.
El frente de guerra occidental Ómar Gómez levantó el paro armado que mantenía en la región del Sipí, San Juan, Cajón y sus afluentes desde el pasado 4 de julio. Según estimados de la Procuraduría, cerca de 25 mil personas están confinadas en la zona por lo que el Ministerio Público delegó una comisión especial para atender la crisis humanitaria.
La noticia se dio a conocer a través de un audio, por alias Fabián, comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), quién anunció que el paro armado indefinido desde hace varios días en el departamento del Chocó se suspenderá a partir de este jueves 13 de julio.
El paro armado anunciado por el ELN desde el 4 de julio en la región San Juan (Chocó) continúa dejando serias afectaciones a civiles. Las comunidades de municipios como Sipí continúan confinadas en sus propios hogares, pues los constantes enfrentamientos entre esta guerrilla y elClan del Golfono cesan, como tampoco los hostigamientos a civiles y comerciantes.
En Istmina, la crisis humanitaria ahondó con las restricciones al transporte de alimentos impuestas por ambos grupos armados. En ese municipio la principal actividad económica es la minería (también pausada), pero los pequeños y medianos comerciantes del casco urbano también son los primeros afectados con la situación que se convirtió en una constante.
Según datos de la Defensoría del Pueblo,es el quinto paro armado que se registra en Sipí en lo que va de 2023. Las acciones violentas de las dos estructuras en ese municipio llegaron al punto de que el alcalde municipal, Juan Rivas, aseguró en declaraciones recogidas por Noticias Caracol que la población “está secuestrada” en medio de una inminente situación de hambruna.
Para la Procuraduría, cerca de 25 mil personas están confinadas en el sur del departamento, por lo que el Ministerio Público delegó una comisión especial para atender la crisis en la zona. Jefferson Mena, procurador para asuntos étnicos, cuestionó el papel del Gobierno nacional y su falta de actuar para contener la ofensiva de la guerrilla y la estructura criminal.
“El departamento no tiene los recursos con que atender esta situación y las alcaldías tampoco”, manifestó el funcionario. El grupo designado por esta entidad sostendrá una serie de encuentros con representantes de las comunidades afectadas, personeros locales y la Defensoría para conocer fondo las principales afectaciones de la población y las opciones existentes para llegar hasta esos territorios y ocuparse de los habitantes en San Juan.
Por su parte, el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, anunció desde Bogotá acciones para atender a los habitantes de zonas como Sipí, Istmina, Nóvita y Medio y Litoral de San Juan. De paso, envió un duro cuestionamiento al ELN por mantener este paro.
“Bloquear a una poblaciónes completamente la antítesis de mandar mensajes de convivencia. Yo quiero recordarle al ELN que un proceso de paz lo puede negociar el Gobierno con una organización insurgente, pero lo valida es la sociedad, y la sociedad frente a estos hechos, evidentemente, generó rechazo”, sostuvo el alto funcionario.
Fuente: Contagio Radio
¿Cual es la oscura estrategia de Alemania en la guerra de Ucrania? x M K Bhadrakumar.
EL "POLLO" EDGARDO ENRIQUEZ ESPINOSA.CON SU COMPA.FUNDADOR DEL MIR DE CHILE CAIDO EN COMBATE EN ARGENTINA.
El congreso de EE.UU. ordenó informar sobre la conspiración contra el presidente Allende. El de Chile aún no (I).
Chile 50 años: La Tercera miente.
Nación Mapuche. Recordatorio a horas del juicio de
extradición pasiva del Lonko Weichafe Facundo Jones Huala
Resumen Latinoamericano, 2 de julio de 2023
1 de julio de 2017… hoy hace 5 años
Comunicado público del Lonko Weichafe Francisco Facundo Jones Huala:
México: detenidos ocho militares por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Chile. Salvador Allende responde a Gabriel Boric a través de su nieto....,
Por Pablo Sepúlveda Allende. Resumen Latinoamericano, 21 de junio de 2023.
El nieto del expresidente Salvador Allende, respondió al presidente chileno Gabriel Boric, cuando habló de debilitamiento de la democracia en Venezuela, la restricción de libertades en Cuba y la represión en Nicaragua.
En 2018 Gabriel Boric era Diputado por el Frente Amplio en Chile. Desde aquella fecha mostró su inclinación socialdemócrata, más cerca de Washington que de nuestro golpeado Sur global y de los países que como Venezuela, Nicaragua y Cuba no se supeditan a los mandatos del imperialismo.
En esa ocasión y en varias luego de aquella, la voz valiente del pensamiento de Salvador Allende respondió a Boric. Fue su nieto, Pablo Sepúlveda Allende, médico graduado en Cuba, candidato a Constituyente, miembro de la Red en Defensa de la Humanidad el que con claridad meridiana desmontó los tópicos de la narrativa contra los países soberanos independientes a Washington.
Por la importancia que recobran hoy aquellas palabras, luego que Boric ungido como presidente de Chile afirmara lo mismo contra Venezuela en la reunión de jefes de Estado de América Latina convocada por el presidente Lula, celebrada a finales de mayo del 2023.
Compartimos con nuestros lectores la respuesta del nieto de Salvador Allende.
El Doble Estándar en DDHH y la Izquierda «Nice»
Pablo Sepúlveda Allende (*)
Me atrevo a responderte porque veo el peligro que significa que importantes líderes como tú, jóvenes referentes de esa “nueva izquierda” que ha surgido en el Frente Amplio, hagan simplonas, absurdas y desinformadas comparaciones en temas tan delicados como lo son los DDHH.
Es muy sesgado y grosero que equipares -sin el más mínimo argumento- el supuesto “debilitamiento de las condiciones básicas de la democracia en Venezuela”, la “permanente restricción de libertades en Cuba” y “la represión del gobierno de Ortega en Nicaragua” con las sí comprobadas atrocidades de la dictadura militar en Chile, el evidente intervencionismo criminal de los EEUU alrededor de todo el mundo y el terrorismo de Estado de Israel contra el Pueblo de Palestina.
El que escribas semejante insensatez no “significa transformarse en un pseudo agente de la CIA”, pero sí denota una importante irresponsabilidad e inmadurez política que puede transformarte en un elemento útil para la derecha, o peor aún, terminar siendo esa “izquierda” que la derecha ansía; una izquierda sonsa, ambigua, una izquierda inofensiva, que por oportunismo prefiere parecer “políticamente correcta”, esa izquierda que no es “ni chicha ni limonada”, esa que no quiere quedar mal con nadie.
Una izquierda así, confunde, pues no se atreve a señalar y enfrentar con coraje a los verdaderos enemigos de los pueblos. Ahí el peligro de emitir opiniones políticamente inmaduras.
¿Acaso te has preguntado por qué Venezuela está siendo tan vilipendiada y atacada mediáticamente? ¿Por qué es noticia todos los días en prácticamente todos los países del mundo occidental donde dominan los grandes medios de comunicación? ¿Por qué es atacada por todos los flancos y en patota? ¿Por qué esos grandes noticieros callan las continuas masacres en Colombia y México? ¿Por qué los que se rasgan las vestiduras preocupándose por un diputado venezolano, confeso de participar en un intento de magnicidio, no tienen el valor de exigir a Israel que cese el genocidio contra el Pueblo Palestino?
El mundo al revés. Ese es el mundo de la política sin corazón y sin coraje.
Ya Margarita Labarca Goddard te argumentó de forma clara y contundente por qué te equivocas en tus juicios hacia Cuba, Venezuela y Nicaragua. Yo sólo agregaré que Venezuela tiene una democracia mucho más saludable y transparente que la que hay en Chile, cuando quieras te lo puedo argumentar y lo podemos debatir, si es que te interesa.
También resulta fácil argumentarte por qué es una falacia la “permanente restricción de las libertades en Cuba”. Eso sin mencionar que la palabra “libertad” está tan manoseada, que a estas alturas su verdadero significado resulta ambiguo, y una definición sensata requiere de un debate hasta filosófico. O dime tú, ¿qué es la libertad?
Te nombro estos dos países porque los conozco bastante bien. En Cuba viví 9 años y en Venezuela llevo viviendo otros 9 años. A Nicaragua no la conozco de primera mano, pero te invito a preguntarte cómo habría sido la reacción de un gobierno de derecha ante la acción de bandas criminales pagadas y fuertemente armadas, que llegan a tomar sectores de las más importantes ciudades del país; y donde además, dichas bandas mercenarias se instalan a cometer hechos abominables como secuestrar, torturar, mutilar, violar y hasta quemar vivos, a decenas de seres humanos, por el solo hecho de ser militantes de una causa -en este caso, militantes sandinistas-, donde la persecución llegó al punto de asesinar a familias enteras en sus propios hogares.
El gobierno legítimamente electo en Nicaragua, aun teniendo los recursos, el marco jurídico y la fuerza para accionar contundentemente de forma inmediata contra semejante desestabilización fascista, bastante se contuvo. ¿Crees que la derecha en el poder habría tenido esa visión pacífica y de llamado a diálogo para la resolución del conflicto?
La historia nos responde
Entiendo que puedas estar confundido por los grandes “medios de comunicación” que se encargaron de victimizar a los victimarios; igualito a como lo hicieron hace un año en Venezuela durante las llamadas guarimbas.
Por tanto, Gabriel, hablando objetivamente, con argumentos serios -sin opiniones formadas y modeladas mediáticamente a base de tergiversaciones y mentiras repetidas a diario-, no existe doble estándar en los que defendemos a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
No tenemos desaparecidos ni torturados, no metemos presos a quienes piensan u opinan distinto, sí a criminales; sean estos diputados, políticos o supuestos estudiantes. Más bien me parece ver ese “doble estándar” en ti mismo, al emitir cómodos juicios de valor desde la manipulación y el desconocimiento.
Sobre medios de comunicación, democracia y libertades, podemos discutir comparando a Chile con estos países. Te aseguro que lamentablemente Chile no saldría muy bien parado, más aún, si incluimos los derechos humanos, económicos y sociales que allá no son más que mercancías.
“Una persona alcanza su nivel más alto de ignorancia cuando rechaza algo de lo cual no sabe nada”.
¡Salud!
(*) Médico, Coordinador de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, nieto del Presidente Salvador Allende Gossens.
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G7 in Hiroshima: a War summit
Kissinger at 100: still a war criminal
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